PRD: Crónica de una división anunciada

Santo Domingo.- El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) fue el que obtuvo, individualmente, la mayor cantidad de votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2012, comicios que terminó ganado en segunda vuelta Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Todo indica que el PRD, considerado hasta ahora como la principal fuerza de la oposición, se dividirá dentro de poco tiempo. A la cabeza de los dos bandos aparentemente irreconciliables que pugnan dentro de esa organización se encuentran el actual presidente del partido, Miguel Vargas, y el candidato presidencial de 2012 y ex presidente de la República Hipólito Mejía.

 Los reproches entre ambos y sus seguidores son múltiples.  El último de ellos, y el más enconado, proviene del ex presidente Mejía que reprocha a Vargas no haberle apoyado a lo largo de la última campaña presidencial y de haber favorecido, en los hechos, al candidato del partido de gobierno que terminó finalmente alzándose con la presidencia de la República. Pero las querellas vienen de lejos.

Hipólito Mejía gobernó de 2000 a 2004, siendo entonces su ministro de Obras Públicas Miguel Vargas.  Los partidarios de Hipólito Mejía insisten bajo cuerda que Vargas aprovechó sus funciones ministeriales para enriquecerse ilícitamente. Mejía hizo modificar la constitución en 2002 para poderse presentar como candidato a la reelección en 2004, logrando el más bajo resultado del PRD en toda su historia electoral: 31 %, y menos de 34 % sumando el voto de los partidos que le apoyaron en las elecciones de este año.

En 2008 el candidato del PRD fue Miguel Vargas. Perdió frente a Leonel Fernández, elegido en 2004 y que se representaba para la reelección. Vargas atribuye su derrota a la connivencia de Hipólito Mejía con el presidente Leonel Fernández. En 2009 Vargas firmó un acuerdo con el presidente Fernández llamado el "pacto de las corbatas azules", por la forma en que estaban ataviados los dos firmantes.

El convenio con Vargas le permitió al presidente Fernández alcanzar la mayoría necesaria para aprobar una nueva Constitución.  La constitución entonces en vigor no les permitía volver a presentarse como candidatos presidenciales al ex presidente Mejía ni al presidente Fernández. En el nuevo texto Mejía podría hacerlo en 2012 y Fernández en 2016. En 2010 hubo elecciones legislativas y municipales.

En éstas el PRD no logró elegir un solo senador. Los partidarios de Miguel Vargas acusaron al ex presidente Mejía y a sus partidarios de haberse puesto de acuerdo con el gobernante PLD para provocar este resultado.

En 2012 Vargas y Mejía se presentaron a elecciones primarias internas abiertas para seleccionar el candidato presidencial de su partido en las elecciones presidenciales de 2012.

En estos comicios internos Mejía batió a Vargas por un margen considerable, denunciando este último que Mejía le habría vencido gracias al apoyo de partidarios del PLD que votaron de manera irregular en la votación perredeísta. Aunque aceptó de mala gana la selección de Mejía como candidato presidencial, Vargas no hizo grandes esfuerzos a favor del triunfo del candidato de su partido.

Producida la derrota de Mejía, éste acusó a Vargas de ser uno de sus principales artífices. Vargas ha respondido con procedimientos disciplinarios que han culminado con la expulsión del PRD de Mejía y de algunos de sus partidarios.

Mejía y sus seguidores han hecho valer múltiples alegatos ante el Tribunal Superior Electoral invocando la ilegalidad de los procedimientos de expulsión utilizados por el PRD bajo el control de Vargas.

Todos los reclamos han sido rechazados, reforzando esto en los partidarios de Mejía su convicción que los organismos judiciales electorales están viciados en su perjuicio. Aparentemente no les falta razón si se constata que el pacto de las corbatas azules permitió a Vargas colocar a varios de sus partidarios en el Tribunal Superior Electoral y en las demás altas instancias judiciales del país, llamadas generalmente altas cortes.

La dirección del PRD, bajo de control de Vargas, ha llamado a la realización de una convención del partido para el próximo 24 de febrero. Mejía y sus partidarios han denunciado el evento como una maniobra de Vargas y sus partidarios para mantenerse al frente del PRD con la anuencia de las autoridades judiciales cuyos integrantes responden, en su mayoría, al gobernante PLD.

Luego de múltiples reuniones e intentos de mediación todo indica que la realización de la convención del PRD bajo el control de Miguel Vargas consagrará la división del PRD, que es el más antiguo partido dominicano, fundado en el exilio durante la dictadura trujillista en enero de 1939 en La Habana.

La generalidad de las encuestas que han sido dadas a conocer indica que, al presente, la mayoría de los perredeístas siguen a Hipólito Mejía y a Luis Abinader, quien fuera el candidato a la vicepresidencia del PRD en 2012. Muchos de los seguidores de Mejía y Abinader están dando muestras de que se aprestan a formar tienda aparte luego de la realización de la convención que Vargas organiza.

Además, han hecho un llamado a otras fuerzas de la oposición a participar unidas en las elecciones de 2016. La polémica interna dentro del PRD ha sido sumamente agria y no han faltado graves acusaciones. Los temas ideológicos o programáticos han esto ausentes del debate.

Ante la inminencia de la división del PRD, los principales dirigentes del PLD no disimulan su complacencia. Hace algunos meses el ex presidente Leonel Fernández había afirmado que su partido, el PLD, se mantendría en el gobierno hasta el año 2036. Hace pocas semanas acaba de rectificar, precisando que el partido actualmente en el gobierno se mantendrá en el poder hasta 2044.