Santo Domingo.- Aunque la disminución no ha sido tan significativa como para provocar alarmantes efectos económicos adversos e inmediatos, debe servirnos de alerta de lo que puede suceder nacionalmente como consecuencia de la contracción económica, inflación y recortes de programas sociales en los EEUU y otras naciones de donde provienen nuestras reservas.
Estas causantes, de no tomarse en debida cuenta, junto a otras que pudieran presentarse como las relacionadas con el endeudamiento externo, proporcionan vulnerabilidad externa a nuestra economía que obligan a blindarla
Para blindarla, no es necesario rebuscar fórmulas sino recurrir a elementos fundamentos del sentido común y la lógica económica : una mayor disciplina fiscal para generar excedentes financieros públicos que permitan apoyar la producción primaria, especialmente agropecuaria, de bienes con que satisfacer nuestras necesidades nacionales y generar puestos de trabajo.
Y eso no se está observando en el accionar gubernamental, de acuerdo a la ejecución presupuestaria del presente año. Durante el primer trimestre del 2022, los 218 mil millones de RD$ pesos que los dominicanos pagamos de impuestos fueron totalmente consumidos en partidas corrientes: burocracia, subsidios, intereses de la deuda y demás gastos de funcionamiento.
Por esa razón, entre otras, el gasto de capital, que debe apoyar la infraestructura y créditos de producción, apenas está siendo el 41% de lo presupuestado; porcentaje obtenido al dividir el promedio diario de gasto de capital (158 millones de RD pesos) entre el promedio diario presupuestado: 385 millones de pesos dominicanos.