El líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, advirtió a Israel de que ha traspasado «todos los límites» con las recientes explosiones de aparatos en manos de sus integrantes y ha prometido una respuesta «difícil», mientras el saldo de los ataques alcanza ya los 37 muertos y casi 3.000 heridos.
Beirut.- En su primer discurso desde los incidentes de esta semana, Nasrala aseguró que el Estado judío será objetivo de un «ajuste de cuentas difícil» y advirtió de que los enfrentamientos entre ambos han entrado en su «parte más precisa, sensible, profunda e importante» tras casi un año de violencia.
«El martes, el enemigo israelí tuvo como objetivo miles de aparatos buscapersonas que fueron detonados al mismo tiempo. El enemigo superó en esta operación todos los límites, las leyes y las líneas rojas, no le importó nada en absoluto», denunció.
El clérigo chií criticó que muchas de las explosiones tuvieron lugar en espacios públicos con presencia de civiles, por lo que no solo estuvieron dirigidas contra miembros de Hizbulá, sino también contra «todo el entorno que les rodeaba».
El miércoles, poco más de 24 horas después de la primera oleada, explotaron en cadena un gran número de «aparatos de radio», confirmó Nasrala.
Un ataque sin precedentes
Se trató de dos acciones sin precedentes, no solo por el modus operandi, que Hizbulá aún investiga, sino también por haber causado el mayor número de víctimas desde el inicio del fuego cruzado entre el movimiento libanés e Israel el pasado 8 de octubre.
Las detonaciones ocurridas el miércoles fueron de más intensidad y tuvieron un mayor «impacto sobre las víctimas», causando 25 muertos y 608 heridos, de los que 61 permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos, anunció en rueda de prensa el ministro libanés de Salud Pública, Firas Abiad.
Por su parte, la primera tanda dejó doce fallecidos y 2.323 heridos, de los que unos 824 fueron atendidos en salas de emergencia y el resto requirieron ingreso hospitalario.
Abiad rebajó así este jueves la cifra de unos 2.800 heridos reportada inicialmente por su departamento, al aclarar que erróneamente habían contabilizado a algunas de las víctimas por partida doble después de que fueran trasladadas a segundos hospitales.
«Esto es considerado un crimen de guerra, porque los mártires murieron en zonas civiles, no en frentes de guerra», denunció el ministro, al apuntar que el Gobierno libanés costeará el tratamiento de todas las víctimas.
En esta línea, también el primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó la «guerra tecnológica» de Israel y pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte una postura «firme» al respecto durante una reunión prevista para abordar los ataques en el Líbano mañana, viernes.
«La sesión del Consejo de Seguridad que se celebrará mañana a petición del Gobierno libanés debe presentar una posición disuasoria, que detenga la guerra de genocidio emprendida por Israel», urgió Mikati en un comunicado.
Miedos a una escalada
El país aún vive la resaca de lo ocurrido en los últimos dos días, con centenares de personas ingresadas en hospitales de todas la regiones.
Esta misma mañana, el Ejército anunció que sus unidades especializadas habían comenzado a detonar de forma controlada una serie de aparatos de comunicación «sospechosos» en diferentes zonas, pidiendo a la población que informe sobre la presencia de «cualquier» máquina anormal.
Incluso la Autoridad de Aviación Civil emitió una orden prohibiendo «hasta nuevo aviso» el transporte de mensáfonos y walkie talkies en los vuelos desde y hacia el Aeropuerto Internacional Rafic Hariri de Beirut, el único operativo en la nación.
Mientras tanto, siguen creciendo los miedos a una guerra abierta en el Líbano.
Después de elevar el tono de sus amenazas contra Hizbulá en los últimos días, el Ejército israelí aprobó este jueves nuevos planos para su frente norte, mientras que sus cazas rompieron violentamente la barrera del sonido sobre Beirut y otras regiones en pleno discurso de Nasrala.
Durante su intervención, el jefe de la formación chií reveló que poco después de las primeras explosiones de buscapersonas recibieron mensajes israelíes llamándoles a suspender su frente de apoyo a Gaza y amenazando con más ataques si no lo hacían.
Sin embargo, se aferró a su retórica de que «el frente libanés no parará antes de que pare la agresión contra Gaza», sin importar «las consecuencias».