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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama. |
Obama admite que el "sueño" de King está inacabado por la creciente desigualdad
Por EFE
jueves 29 de agosto de 2013, 10:21h
El
presidente de los Estados Unidos dijo en un discurso, exactamente 50 años
después del discurso de Martin Luther King "I have a dream" ("Yo tengo un sueño")
que hay una "gran asignatura pendiente", y es asegurarse de que el sistema
económico estadounidense ofrece "una oportunidad justa para la mayoría,
desde el guardián negro y el trabajador de la siderurgia blanco al inmigrante
que lavaplatos", y esa tarea "no será fácil". Según el
presidente, "la posición de todos los estadounidenses que trabajan,
independientemente de su color, se ha erosionado".
El
presidente de EE.UU., Barack Obama, admitió que el "sueño" del líder
afroamericano Martin Luther King "parece aún más difícil de alcanzar"
hoy que hace 50 años, al alertar de la creciente desigualdad en el país y de
que la brecha racial persiste en cuanto a la distribución de la riqueza.
Obama
habló en las escalinatas del Monumento a Lincoln en Washington, el mismo lugar
donde King pronunció hace exactamente 50 años su famoso discurso "I have a
dream" ("Tengo un sueño"), y lo hizo para subrayar la "gran
asignatura pendiente" del país pese a destacar también los progresos
hechos en este medio siglo.
"Durante más de una década los trabajadores
estadounidenses de todas las razas han visto estancarse sus salarios e
ingresos. A pesar de que los beneficios empresariales se han disparado, así
como los pagos a unos pocos afortunados, la desigualdad ha aumentado de manera
constante", detalló. Y el panorama es peor en el caso de los negros y los
latinos, con tasas de desempleo superiores a las de los blancos, tal como
recordó ayer Obama.
La marcha por los empleos y la libertad de Washington de
hace medio siglo "nos enseña que no estamos atrapados por los errores de
la historia, que somos dueños de nuestro destino", enfatizó Obama, quien
llamó a sus compatriotas a trabajar juntos y a "reavivar las brasas de la
empatía".
"Sé que el camino será largo, pero sé que podemos
llegar", pronosticó el presidente, convencido de que la misma
"imaginación" y el "espíritu" que impulsaron hace 50 años a
King y a todos los que marcharon junto a él están presente en los jóvenes de
hoy.
"Porque ellos marcharon, Estados Unidos se volvió más libre y más
justo no solo para los afroamericanos, también para las mujeres y los latinos,
asiáticos e indígenas, católicos, judíos y musulmanes, homosexuales y
discapacitados", enfatizó Obama.
Ese 28 de agosto de 1963 "Estados
Unidos cambió para ti y para mí", afirmó Obama al añadir que, además,
"el mundo entero sacó fuerzas de ese ejemplo". Pero
"deshonraríamos a aquellos héroes si sugiriéramos que el trabajo está
completo (...) Asegurar las ganancias de este país requiere una vigilancia
constante, no complacencia", advirtió al mismo tiempo.
Miles de personas
se congregaron en el Mall de Washington para rendir homenaje a Luther King y
escuchar a Obama y a las decenas de oradores que precedieron al presidente. Entre
esos oradores estuvieron actores como Jamie Foxx y Forest Whitaker, la estrella
de la televisión Oprah Winfrey, el reverendo Al Sharpton y Caroline Kennedy, la
hija del asesinado presidente John F. Kennedy, así como los exmandatarios Jimmy
Carter y Bill Clinton.
"Es altamente improbable que alguno de nosotros
tres (Carter, Clinton y Obama) hubiésemos pasado por la Casa Blanca o
estuviésemos en esta plataforma si no hubiera sido por Martin Luther King y su
cruzada por los derechos civiles", afirmó Carter. Clinton, por su parte,
dijo que "es hora de dejar de quejarse" y de cooperar para terminar
con el "terrible estancamiento político" que afecta hoy a Washington.
El expresidente también aludió a la reciente decisión del Tribunal Supremo de
anular una parte central de la Ley del Derecho al Voto de 1965, que protege el
derecho al sufragio de las minorías. "Una gran democracia no puede hacer
más difícil votar que comprar un arma de asalto", advirtió Clinton al
respecto.