Santorini es por excelencia paradigma de la belleza del mar Egeo. Con dos millones de turistas al año es, después de Mikonos, el destino predilecto en Grecia. Ahora, esta perla volcánica ha lanzado la voz de alarma y quiere poner un techo a las visitas anuales, emulando en cierta manera a las Baleares.