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Isla de Sangre: 'la historia vuelve en otra piel'
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Isla de Sangre: "la historia vuelve en otra piel" (Foto: @titogonzalezdev)

Isla de Sangre: "la historia vuelve en otra piel"

Una de las grandes celebraciones del día 12 de octubre, llamado el día de la Raza, fue la puesta en escena, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, de la obra, escrita por Cristian Martínez Villanueva, hace ya un tiempo, llamada: Isla de Sangre

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Isla de Sangre: "la historia vuelve en otra piel" (Foto: @titogonzalezdev)
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Isla de Sangre: "la historia vuelve en otra piel" (Foto: @titogonzalezdev)
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Isla de Sangre: "la historia vuelve en otra piel" (Foto: @titogonzalezdev)
En la que cuenta la leyenda, en otra versión de la Matanza de Jaragua y la muerte de Anacaona, la Flor de Oro, reina y señora de aquellos predios Taínos, de nuestra Quisqueya, historia escrita con dolor y sangre, a imagen y semejanza de aquellos hechos, que con tristeza han dejado profundas huellas en el tiempo.

El texto, sin desperdicios, asumido con intenso dramatismo, por la actriz Nileny Dippton, orgánica y segura de si, ante cada transición, asumidas con magistral versatilidad, adentrándonos por túneles simulados, como si el tiempo pidiera cuentas, ante tanto dolor infrigido. Un trono Taino, estilo Duo, en madera de caoba, sobre una plataforma, sirve como elemento unificador, para llevarnos entre humo y niebla, sobre las alas de un espectacular pájaro carpintero, cuyo peculiar gorjeo e intenso aleteo, hechizaba la escena, dominada por Atabeyra, primer personaje, que la magnífica intérprete ejecuta a la perfección, jugando con distintos tocados a una excelente transición, entre Higuemota, Cristóbal Colón, Nicolás de Ovando, El Depredador Histórico, culpable de aquellos crímenes aborígenes y la Anacaona, que Dileny asume de manera íntegra, vencida, triste, pero con el instinto de madre empoderada, para proteger a su pequeña hija y a su nieta Mencia.

Llora ante la injusticia contra Caonabo y Cotubanama, contra su amada tierra y su raza mancillada, destronada y humillada. Cada detalle emociona hasta las lagrimas, cada utilería y la destreza de la actriz, mantiene alerta a la audiencia, que en silencio comparte las emociones y el dolor desgarrante de la puesta en escena. Fausto Rojas, joven y acudido Director Teatral, nueva vez alcanza un excelente resultado, manejando tiempo y espacio, en complicidad con su intérprete, de la que saca partido, a su intensidad y capacidad actoral. Iluminación, música y vestuario, se unifican a la perfección, en un resultado óptimo.

Por igual la presencia de dos actores Frederich Liendo y la niña Nefer Mourou, que en breve espacio juegan sus roles acertadamente, como el complemento Perfecto de una buena producción. Mención aparte para el músico David Almengod, que junto a José Ismael Valdez, actúan como banda sonora en vivo, aportándoles carácter al ambiente general y conectando con todos los elementos excelentemente. Congratulaciones para todo el equipo, entre ellos Giamilka Roman, Leonel Del Valle, Miguel Ramírez y Bautista Sierra, cuyos roles en diseño, producción, iluminación y vestuario, se conjugan, junto a la imagen de Luciano Hippolito, para ofrecernos una producción, que todos debemos ver y aplaudir.<
Fotografías: Tito González de Vega

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