¿Que son las energías limpias?
Se llama energía limpia a toda aquella que no Implica la producción de ningún tipo de residuo contaminante, durante su generación. Hablamos de fuentes de energías limpias por que son inocuas para el medio ambiente, por lo que su producción a largo plazo puede resultar altamente sostenible.
Se les llama limpias por contraposición con aquellas que se consideran sucias, puesto que su generación y consumo producen diferentes tipos de residuos, que son contaminantes de aguas, tierras y aire. Las mas perjudiciales a día de hoy son aquellas que se valen de extraer y quemar combustibles fósiles y/o sus derivados, para producir distintos tipos de energía.
La producción de energía no debe entenderse solo como la de la electricidad, puesto que la energía que mueve a los vehículos, es decir la motriz, también necesita una fuente. El cambio a las energías limpias tiende a la eliminación de las fuentes contaminantes y que estas sean sustituidas por otras de producción sostenible, en todos los niveles de uso.
Energías limpias: ¿quimera o utopía?
Por razones de índole meramente económica, durante muchísimos años se tachó a la producción energética proveniente de fuentes limpias como una quimera, es decir como algo irrealizable. Luego se pasó al plano de la utopía, un proyecto de realización posible pero muy lejano y casi inalcanzable y hoy ya es una realidad palpable.
Es importante recordar, por ejemplo, que el coche eléctrico no es una invención reciente, sino que se remonta a principios del 1800, varios años antes que se creasen los motores de combustión, que además de resultar muchísimo más complejos, eran aún más contaminantes en sus inicios que en la actualidad. Pero la fiebre el petróleo a fines del del siglo XIX y la popularidad de los modelos Ford hicieron que la movilidad eléctrica cayera en el olvido.
Casi 100 años después se retomó la idea de los coches eléctricos. Esta y otras similares, como el desarrollo de las energías renovables, especialmente la solar y la eólica, son una respuesta obligada a la perentoria necesidad que tiene el planeta de atenuar y en lo posible disminuir el calentamiento global por causas antropogénicas.
Además, si bien la movilidad eléctricase plantea como una de las mejores opciones en cuanto a transporte de mercaderías y pasajeros (una de las principales fuentes de contaminación medioambiental global), es indispensable que la electricidad con la que se recarguen sus baterías se produzca por explotación de fuentes limpias, de lo contrario el proceso no sería sostenible.
¿Qué nos enseñó el COVID 19 acerca de las energías limpias?
La pandemia provocada por la enfermedad llamada COVID 19 o Neumonía de Wuhan ha tenido consecuencias de todo tipo. Las peores son los fallecimientos de miles de personas y la crisis económica, que se deriva de las diferentes etapas de confinamiento a las que han sido sometidos los ciudadanos de todo el mundo.
Pero el coronavirus nos ha enseñado que es posible vivir en un mundo con menos contaminación, que los cielos limpios no son una utopía, sino una meta alcanzable y que además de sobrevivir a este virus, necesitamos forjar un futuro promisorio para nosotros y sobre todo para las generaciones que nos precederán y para conseguirlo se debe cambiar la matriz energética global YA.
¿Las energías limpias son la única solución?
Solo con un cambio de matriz energética no es posible solucionar los problemas de contaminación y de degradación medioambiental, que sufren todos los países del mundo en mayor o menor medida. Pero lo que ha quedado claro es que un mundo sostenible es posible, siempre y cuando se deje de polucionar, y las energías limpias son el primer paso para conseguirlo.
Las energías limpias podrían ser el comienzo de la solución de algunos de los problemas más graves que enfrenta la humanidad a día de hoy, como son las muertes por culpa de la contaminación, tanto de humanos como de animales y plantas o el deterioro de los hábitats involucrados con la extracción, manipulación, traslado y procesamiento de combustibles de origen fósil.
Además de la implantación de las energías limpias, se deberían revisar muchísimos otros factores de incidencia. No cabe la menor duda, que si realmente pretendemos hacer algo positivo por el mundo, y por tanto por todos y cada uno de los seres que lo habitan, la solución debe ser integral, global y multidisciplinaria.
Resulta de vital importancia que se fomente el desarrollo de tecnologías que permitan la implantación de energías limpias. Esta debe ser una prioridad tanto a nivel de los gobiernos, como de las empresas y de los particulares. La inversión en innovación energética y las ayudas para la implementación de sistemas de energía sostenible tienen que estar en los primeros puestos de las agendas gubernamentales de todos los países del mundo.
A la vista de cómo funciona el mundo a día de hoy y de la dependencia que se tiene de los combustibles fósiles, este cambio hacia las energías limpias será largo y costoso, por lo que deberá aplicarse de manera gradual. Pero la decisión ya es impostergable, porque el punto de no retorno está cada vez más cerca y cuando crucemos esa frontera, no nos quedará ningún futuro que salvar.