La diabetes puede afectar a la mayoría de las estructuras
del aparato ocular, entre ellos a los nervios óculomotores ?los que mueven al ojo? del tercer, cuarto o sexto par, produciendo
una neuropatía diabética cuyos síntomas, en principio, pueden ser confundidos
con los de un aneurisma intracraneano o un tumor cerebral.
Aunque ésta es la variante menos agresiva de la mononeuropatía
diabética, "es la que más asusta, porque se cae el párpado y el ojo
prácticamente se paraliza y se va hacia afuera. Se presenta el estrabismo (bizquera)
y la pérdida de control del ojo, además de un dolor intenso que lleva al
paciente a la sala de emergencias", añade.
La doctora Corona subraya que los pacientes con parálisis
del tercer par de nervios óculomotores llegan a su consulta con altísimos niveles
de glucosa (azúcar) en la sangre y con el colesterol y los triglicéridos
descompensados, lo que indica que su enfermedad sistémica -la diabetes? no está
controlada y que deben seguir un esquema de tratamiento que les permita
estabilizarse.
Estos pacientes suelen ser sometidos a exámenes de sangre
y pruebas para observar los vasos sanguíneos en el cerebro, como angiografía
cerebral, angiografía por tomografía computarizada, angiografía por resonancia
magnética, resonancia magnética o tomografía computarizada del cerebro o
punción raquídea.
La especialista de Centro Láser explica que, para que la
neuropatía diabética afecte a los nervios óculomotores deben transcurrir entre
diez y 15 años a partir de la aparición de la diabetes.
Quienes presentan esta condición suelen ser diabéticos
con más de 45 años que no cuidan sus niveles de glucosa, no llevan dieta ni
tratamiento y viven una vida sedentaria.
"Muchos debutan cuando se presenta la parálisis de uno de los nervios
óculomotores. Ni siquiera saben que son diabéticos", añade.
El tratamiento consiste, generalmente, en controlar de
manera estricta los niveles de azúcar en la sangre, colocar parches o gafas con
prismas para reducir la visión doble y administrar medicamentos contra el
dolor.
La buena noticia es que, si el paciente logra controlar
su diabetes mediante tratamiento, dieta y ejercicio, los síntomas de la
parálisis óculomotora desaparecen a los tres meses.
Y, para evitar ésta y otras complicaciones oculares de la
diabetes y conservar una buena salud visual, la doctora Corona recomienda a los
pacientes con la enfermedad acudir al oftalmólogo cada seis meses.