En la mayoría de esos casos, las manifestaciones estuvieron respaldadas por las autoridades locales, que se oponen frontalmente al veto temporal a la entrada de refugiados y de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana decretado por la Casa Blanca. Si el viernes y el sábado las protestas se concentraron en los aeropuertos, el domingo muchos estadounidenses se lanzaron a las calles para exigir la retirada de las medidas.