El segundo vicepresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), José Luis Caballero, reivindicó como un “gran legado” de ese organismo, que arribó a sus 65 años de creación, el haber defendido los derechos humanos frente a las dictaduras del continente.
Paraguay.- “La CIDH ha podido arrebatarle a las dictaduras los derechos humanos de todas las personas”, aseguró a EFE el comisionado, en alusión a la labor que han asumido de defender “los derechos y la emancipación de todas las personas”.
Durante la celebración del 65 aniversario de la CIDH en un evento previo a la 54 Asamblea Ordinaria de la OEA, que se celebrará desde este miércoles en Paraguay, Caballero refirió que la situación de los derechos humanos en la región es “complicada” y admitió que desde la CIDH resultan “estorbosos para Gobiernos que hacen a un lado a la democracia”.
En ese sentido, consideró que el reto de la institución es “consolidar la democracia para los derechos humanos”.
Por su parte, la presidenta de la CIDH, Roberta Clarke, destacó que la Comisión, como un órgano de protección de los derechos humanos del Sistema Interamericano, ha adquirido relevancia por su “impacto transformador”.
“En nuestros 65 años de historia, el trabajo de la Comisión ha tocado las vidas de miles de personas”, resaltó en su intervención en el encuentro.
Clarke recalcó que, desde su creación en 1959 y la consiguiente aparición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), en 1979, las visitas en territorio y la emisión de informes han tenido “gran impacto”, al denunciar las violaciones de los derechos humanos en regímenes dictatoriales.
Recordó, por ejemplo, que en 1979 la CIDH visitó Argentina y alertó a la comunidad internacional sobre la retención, tortura y desaparición de personas durante la dictadura de Rafael Videla.
Además, rememoró la visita a Perú y el informe que denunció las violaciones a los derechos en el Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), el cual jugó “un gran papel en la presión” para el cambio del régimen.
Igualmente, en 1978 hubo un informe sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua, durante el Gobierno de Anastacio Somoza, un documento que Clarke consideró “salvó muchas vidas” y marcó el inicio “del fin de esa dictadura”.
Décadas más tarde, en Nicaragua, el presidente Daniel Ortega “sigue violando los derechos humanos”, sentenció.