La ONU renueva su estrategia contra la trata de personas para centrarla en el crimen organizado, que se lucra con esta moderna forma de esclavitud en un mundo marcado por los grandes flujos migratorios.
Viena.- Ilias Chatzis, el jefe de la sección de lucha contra la trata de personas y el tráfico de migrantes en la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD) explica que la nueva estrategia responde a un mundo que se ha transformado en la última década.
La Covid, un acelerador de cambios “Diferentes desafíos cambiaron el panorama y eso nos obliga a hacer las cosas de manera diferente. No se puede hacer lo mismo que en el pasado y esperar obtener resultados diferentes, especialmente en un entorno tan cambiado”, dice a EFE Chatzis en su despacho en Viena. El experto de la ONU señala que en los últimos años se produjeron retrocesos en la lucha contra la trata y apunta a la Covid como un catalizador de tendencias negativas.
La reducción de recursos estatales por la pandemia, especialmente en los países en desarrollo, junto con la proliferación de conflictos, los grandes flujos de refugiados y el protagonismo de las redes sociales, llevaron a una situación nueva. Internet y las redes sociales tienen ahora un papel dominante en la trata, y los países, especialmente aquellos con menos recursos, afrontan un gran desafío para dar respuesta a esta situación.
La ONU detectó en su informe de trata de 2022 por primera vez un descenso de víctimas identificadas, del 11 % a escala global, pero del 32 % en América del Sur y del 36 % en América Central y el Caribe. La trata es un delito que consiste en captar, retener y explotar a una persona -que suele estar en una situación vulnerable- y además de ser muy lucrativo, tiene un alto grado de impunidad.
Un problema añadido es que un tercio de las víctimas son menores de edad, algo que Chatzis considera “una vergüenza inaceptable”. Si bien la forma más conocida es la explotación sexual, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas, la agricultura o, incluso, son obligadas a practicar la mendicidad infantil o vendidas para matrimonios forzosos.
Aunque la ONUDD no ofrece estimaciones sobre víctimas totales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que casi 28 millones de personas sufren esta esclavitud que mueve más de 235.000 millones de dólares anuales. “La trata está delante de nuestros ojos.
No es un problema del mundo en desarrollo. Ocurre en todas partes y es un delito que se basa en la explotación”, señala el experto griego, que expone que en Europa se dan casos de extracción de órganos y gestación subrogada forzada. “Casi el 70 % de los casos que vemos son casos de crimen organizado y nueve de cada diez tratantes convictos son miembros del crimen organizado”, expone Chatzis sobre los datos que avalan la nueva estrategia.
“También vemos que, cuando está involucrado el crimen organizado, se mueve más dinero, se trafica con más víctimas durante períodos de tiempo más largos y en regiones geográficas más extensas”, agrega. Al ser preguntado por el Tren de Aragua, una organización criminal venezolana especializada en trata, el experto de la ONU señala que en América Latina se da la mayor participación global de la delincuencia organizada en la trata.
“Hay mucha actividad criminal organizada en la trata de personas y esto posiblemente involucra a los carteles de la droga y también a otros que facilitan el tráfico de migrantes”, explica. La nueva estrategia también pone el foco en los beneficios ilegales, con el fin de detectar adónde van, un aspecto sobre el que se puede avanzar mucho. Chatzis pide también a las grandes empresas tecnológicas más esfuerzos para evitar que sus redes contribuyan a la trata, y a fortalecer la colaboración con los países en desarrollo, que a menudo denuncian escasa respuesta a sus solicitudes de asistencia. Ucrania, la crisis que no fue El experto griego resalta un caso positivo: Ucrania.
Tras la invasión rusa, hubo una gran cantidad de refugiados, principalmente mujeres y menores, lo que hizo temer por un aumento del riesgo de trata. Pero los países de la Unión Europea, destaca Chatzis, abrieron sus fronteras y dieron a esos refugiados ucranianos acceso a sanidad, educación y ayudas, con lo que redujeron la vulnerabilidad de los desplazados y, con ello, el riesgo de caer en la trata. “Y esto va en la línea de lo que siempre hemos dicho, que las respuestas duras, de simple aplicación de la ley sin nada más, crean en realidad más oportunidades para los tratantes”, sostiene. “Si hay un muro de cinco metros, habrá una escalera de seis”, explica el experto, que aboga por políticas integrales y no la simple criminalización de los migrantes.