Miles de habitantes de la ciudad brasileña de Porto Alegre pasaron el fin de semana buscando desesperadamente un refugio ante las inéditas inundaciones que ya han causado al menos 79 muertes en el sur de Brasil.
Brasil.- Con el nivel del río Guaíba en máximos históricos, 6.000 residentes de la capital del estado de Rio Grande do Sul, con una población de 1,3 millones, empacaron lo mínimo necesario, dejaron sus casas y se trasladaron a alguno de los refugios públicos de la ciudad, mientras que otros tantos miles fueron a casas de familiares o amigos.
Pese a estar agradecida por la ayuda que prestan los voluntarios, Silva dijo que su hijo tenía bronquitis y que necesitaba salir del estadio cuando antes hacia otro lugar con mejor atención y que garantizase una higiene básica.
"Tenemos que ir a un albergue para tomar un baño... Ya perdimos todo y aún vamos a perder la dignidad", señaló a EFE, antes de apuntar que el Ejército había prometido trasladarlos, pero que todavía no lo había hecho después de varias horas de espera.
Entre los voluntarios que ayudaban en el estadio estaba Adriano, un camionero de 51 años que vio todo lo que estaba pasando por televisión y decidió junto a varios miembros de su familia comprar pan para los afectados.
"Es lo mínimo que podemos hacer... Estamos encontrando a gente hambrienta que lleva dos o tres días sin comer bien", afirmó a EFE, con la voz entrecortada por la emoción.
Con cuatro de las seis estaciones de tratamiento de agua sin funcionar, el 70 % de la ciudad está sin suministro, por lo que el alcalde, Sebastião Melo, dijo en rueda de prensa que "no se puede perder una gota".