El Carnaval es una
tradicion cultura que genera y
posibilita la cohesión social .
El carnaval es una manifestación que se origina en la
civilización judeo-cristiana. El espacio que habita el Carnaval precede a la
celebración de la Cuaresma. Ambos periodos de tiempo, el Carnaval y la
Cuaresma, son los extremos, la polarización del exceso y de la purificación.
Bien que desde toda óptica son contradictorios y opuestos, es ese sentido de polaridad, que procura y
permite en el espacio colectivo y social guardar el equilibrio de una
comunidad.
El sentido de la palabra carnaval es adiós a la carne
(cane-vale), indica una despedida que
muestra un gran apego a lo terrenal, a la
"carne" de la que justamente se despide la colectividad, por un periodo
excepcional de cuarenta días.
En el carnaval los excesos son parte de sus
características.
En la República Dominicana, el Carnaval, toma como
personaje central al Diablo Cojuelo en las diversas regiones y provincias del
país.
En La Concepción de La Vega Real, desde hace más de cinco
siglos, se celebra el carnaval más antiguo de América. Bien que se ha
transformado en el tiempo, ha guardo un gran apego a tradiciones y personajes
que llegaron desde España y todo centro Europa, en el equipaje cultural que
traían de forma invisible pero al final siempre tangible los colonizadores.
El Carnaval surge y
se celebra desde las entrañas del pueblo, sin que haya intervención alguna de
las autoridades públicas, como no sea
para autorizar la participación de las diferentes expresiones de las máscaras
de carnaval en los espacios públicos. Esa permisión necesaria, no tiene
incidencia alguna en la creatividad popular, la que junto a la tradicion es lo
que da fuerza a esta particular expresión.
Sin embargo, en el siglo XX, la Alcaldía de la Ciudad de
Santo Domingo crea un desfile nacional del Carnaval, e inicia una labor de
coordinación, producción y premiación, que hace que se debilite la tradicion
originaria y de las comunidades, para dar paso a espacios más propensos al
espectáculo.
El Carnaval como toda manifestación cultural propicia la cohesión
social, la identidad grupal, y la posibilidad de un desarrollo socio-económico
a partir del saber y quehacer popular.
Si bien la intervención de las autoridades públicas en el
Carnaval no es la opción más feliz, la creatividad popular y las expresiones
tradicionales logran trascender lo que podría ser una incidencia negativa.
Por lo que en la celebración del Carnaval Nacional con
auspicios del Ministerio de Cultura, los participantes además de ostentar
algunas de las de las tradiciones, en el transcurrir del tiempo, ese pueblo
vivo, ha creado sus propios códigos musicales, sus esquemas de expresiones
corporales, sus disfraces, adaptados a
ese escenario de características institucionales, pero que gritan por la
libertad que la verdadera democracia cultural requiere.
La cultura cohesionadora, permea los espacios estructurados
y establece sistemas y códigos de conductas, de liderazgos, que luego de más de
30 anos, de un desfile-espectáculo, va dando espacios a expresiones nuevas, que
de nuevo surge de las entrañas creativas de un pueblo, y que luego de más de
tres décadas, ya se pueden apreciar como tradicion viva de reciente cuño popular de los
dominicanos.