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2020, un año de mucha enseñanza

Por Margarita Mendoza
domingo 20 de diciembre de 2020, 20:00h

Estamos a escasos días de finalizar el año 2020 y haciendo un consenso de qué enseñanza nos trajo, podemos decir que nunca antes habíamos aprendido tanto en tan poco tiempo.

Lo más importante es que nos enseñó que la felicidad no es alcanzar nuestras metas, sino valorar lo que tenemos.

Nos enseñó que hay tesoros muy preciados que veníamos descuidando y son nuestra mayor riqueza: la familia, los amigos incondicionales... ¡La humanidad! Sí, la humanidad, porque este año nos hemos sentido parte de un conglomerado al que sabíamos existía, pero no lo valorábamos.

Hace tres meses una amiga muy allegada me incriminó por un plato que yo le había extraviado y no pude contenerme y le dije: "La humanidad pierde miles de personas por un virus, hay millones de personas desempleadas y pasando por situaciones de penuria y tú te angustias por un plato. Pide que cuando te entierren te incluyan la vajilla en la caja"… Esa expresión me costó la amiga, pero lo cierto es que como ella hay muchas personas que nos rodean que viven en su mundo egoísta y materialista.

En estos días contacté vía WhatsApp a varios grupos de amigas para que apoyaran con un donativo para juguetes en un barrio marginado de la capital y solamente 7 respondieron a mi llamado.

Este es un año para DAR. Es tan simple hacerlo. Basta con que te preguntes ¿Cómo haría feliz a...?, no es necesario hacer grandes erogaciones. Puede ser con una llamada telefónica, con un "te extrañamos" o sencillamente con enviarle un saludo mañanero vía las redes a ese alguien especial.

No tienen idea de cuántas personas viven en situación de soledad. Acuérdate de esa amiga que enviudó y sus hijos viven fuera, del amigo que nunca formó un hogar y no tiene dolientes; de la vecina que por su amargura, no comparte con los demás. También hay muchos niños de barrios populares que no han tenido un hogar y que necesitan tanto de seres con nobleza de corazón.

Las personas que menos inspiran amor son las que más lo necesitan. Están dolidas, lastimadas, llenas de resentimiento. Llevan una carga por años de una infancia de abandono o de un hogar destruido por su pareja. Piensa en esa persona que necesita de ti.

Hace unos años fui de las personas que "amadriné" a un encuentro de menores de 18 años que estaban embarazadas en un barrio muy pobre de la capital. Fue un evento muy emotivo, pues participaron colaboradoras para llevar un mensaje de amor a esas jovencitas que esperaban su bebé.

Eran muchachas que iban a criar muchachitos. Qué pena me dio ver la falta de madurez y amor de esas jóvenes hacia el bebé que tenían en su vientre. De esas 30, solamente 3 procrearon con un compañero responsable. El resto traería criaturas inocentes a sufrir, a seguir esa cadena de indolencia y de falta de afecto que tanto lacera el alma del adulto.

Sigo contando de mis experiencias en este año y ahora me refiero a un tema tan simple como el saludo. Voy de lunes a viernes al parque Mirador y cuando me cruzo con una persona le doy los "buenos días". Alrededor del 60% no responden. A veces les repito el saludo y ni así. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos envolvemos de tal manera en nuestros problemas que ni siquiera podemos responder un saludo?

A aquellas personas que entienden que éste ha sido un año perdido les digo que NO. Ha sido de enseñanza y si buscamos el lado positivo, de desarrollo personal. Muchos hemos aprovechado nuestro encierro para estudiar, para asistir vía las redes a conferencias y talleres.

Tenemos un mundo para explorar y no nos cuesta. APROVECHEMOS LA OPORTUNIDAD de crecer escuchando experiencias exitosas de otros. Investiguemos qué giro podemos dar a nuestro negocio para que prospere, generemos ideas que valgan dinero.

Yo me he sentido muy bien porque me había propuesto escribir un libro y, aunque esté aún un poco crudo mi proyecto, arranqué y me estoy cultivando con experiencias ajenas, pues mi libro se basará en mis vivencias en tiempos de éxito y de caídas.

También debo contarles que escribo dos veces al mes para Diario Hispaniola, un medio digital que me ha aceptado como "columnista"… ¡Qué logro!

Me he propuesto enderezarme y ayudar a otros a enderezarse y si mis mensajes tocan corazones y cambian vidas, no necesito más. Habré cumplido con una misión de vida.

Líderes podemos ser todos., lo que ocurre es que muchos tenemos ese "gigante dormido" y hay que despertarlo. ¿Estás en esa situación?

En estos días escuchaba en una entrevista de radio a una persona que expresaba con mucho optimismo: "Nos asustamos con el tele-trabajo y otros cambios en nuestra manera de ser efectivos, pero lo que hemos hecho es adelantarnos unos ocho años de la previsiones".

Así como ella decía, los eventos nos han obligado a hacerlo ya. Recuerda que no hay mariposa sin que el gusano sufra en su transformación. Que las águilas cuando van perdiendo fuerza, en sus garras se someten a dolorosos procesos para recuperarse; que el diamante en un carbón que ha pasado por muchos procesos. En fin, que el ÉXITO es un premio que se logra con esfuerzo y dedicación.

Utiliza estos días para pasar balance de cómo ha sido tu año y cómo puedes mejorarlo. Son etapas que nos toca vivir, pero nada es para siempre y esto ¡También pasará!

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