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En esta publicación se comparte la quinta parte de la entrega 'Códices y Enigmas del Descubrimiento de América'
En esta publicación se comparte la quinta parte de la entrega "Códices y Enigmas del Descubrimiento de América" (Foto: Fuente externa)

El verdadero descubridor: ¿Colón o Sánchez de Huelva?

Quinta parte

Por Giovanny Cruz Durán
domingo 18 de octubre de 2020, 07:08h

Como hemos demostrado enigmas y misterios signaron la vida de Colón... y hasta de su muerte. Luego de todas las glorias y honores obtenidos, es acusado de traición, maltrato, robo y crímenes.

Santo Domingo.- Luego de un traumático tercer viaje Colón regresa a España encadenado. Sin embargo, logra que ya unos no muy entusiasmados Reyes Católicos financien un cuarto, último y casi olvidado viaje. Para lograr esa vez el respaldo de los Reyes se comprometió a llegar definitivamente a las verdaderas Indias.

El 11 de mayo de 1502 dejó Cádiz con cuatro carabelas de mala calidad. Misma historia: engaña a los marinos haciéndoles creer que se encuentra más cerca de su verdadero objetivo, motín a bordo, convencimiento de Colón y descubrimiento de otros lugares; pero no las prometidas Indias.

Colón llega hasta el Orinoco; pero no percibe, aparentemente, que acaba de toparse con el luego llamado Continente Americano. Recorre, en una travesía fantástica, toda la costa de América Central y parte de la América del Sur. De regreso se interna en Panamá. Hace contacto con los indígenas de allí, que también es rebido en principio de muy buena forma. Mismo intercambio de oro por baratijas, mismos abusos y mismo desencanto indígena que terminan haciendo la guerra a Colón y a sus acompañantes; quienes fracasan en su intento de hacer un asentamiento en Panamá y hasta pierden una de sus naves.

Otra vez a un tris estuvo de adelantarse a la Historia cuando alentado por los indígenas se interna en las selvas panameñas, por la misma zona en que luego se construiría el Canal de Panamá. A un paso estuvo Colón de encontrar una ruta entre el Atlántico y el Pacifico. Empero, decidió devolverse.

En su salida apresurada de Panamá descubre el mal estado en que se encuentran sus barcos, atacados por gusanos que convirtieron sus naves en coladores. Azotado por una tormenta, ya a punto de naufragar, decide devolverse y llegar hasta Jamaica. Encallan en las arenas de las costas jamaiquinas. Hambrientos y enfermos él y sus marineros decide no internarse en Jamaica por temor a la furia de los indígenas.


Pero, supuestamente, sabedor cuál día se produciría un eclipse de luna (por la lectura de documentos del astrónomo y matemático alemán Johannes Müller von Königsberg, que había escrito un almanaque que contenía tablas astronómicas que cubrían desde 1475 a 1506, y el cual proporcionaba información detallada sobre el sol, la luna y los planetas, así como las estrellas y constelaciones más importantes), convoca a los jefes indígenas para mostrarles el gran poder que tiene sobre los cielos y “produce”, el 29 de febrero de 1504, el “encantamiento” de la luna. Los indígenas, entonces, lo colman de atenciones y comidas. Hasta aceptan, acompañado de su escribano, ir en una canoa hasta la Hispaniola a buscar ayuda. Lo logran.

El Almirante, y los aún vivos marineros, regresan a España. Pero llega desprestigiado, pobre, agobiado por la artritis y abandonado definitivamente por los Reyes Católicos.

En su lecho de muerte se enfrenta a la Suprema Inquisición, a quien hasta expulsa de su casa. Pero sí recibe, moribundo, al obispo Marchen, quien fuera confesor de la Reina. Se confiesa ante él y, supuestamente, admite que el verdadero descubridor español del Nuevo Mundo fue Alonso Sánchez de Huelva, a quien el propio Colón podría haber asesinado.

El capitán Alonso Sánchez de Huelva, había salido a pescar desde las costas de Galicia y arrastrado por el vendaval fue a parar al aún no descubierto por los españoles Continente Americano. Allí, junto a sus acompañantes, permanece un tiempo recolectando frutas y metales preciosos. Un día decide regresar a España, sin seis marinos que prefieren quedarse en las nuevas tierras descubiertas, trazando una ruta guiado por las estrellas. En altar mar es asesinado por uno de los marinos, que le roba los mapas náuticos que había realizado de toda la trayectoria del viaje. El joven marino, que no sería otro que Colón, desvía la embarcación hacia Lisboa y disfrazado se finge italiano, haciéndose pasar por genovés.

En el año de 1484 recurre al Rey de Portugal, Juan ll, a quien trata de convencer para que financie una expedición que iría en búsqueda de ciertas tierras desconocidas, que él dice haber escuchado de su existencia a ciertos pescadores. El Rey rechazó el pedido ateniéndose a la recomendación de tres peritos consultados.

Colon se va con su proyecto a España a finales de 1485. Allí, atormentado, con el secreto de su robo y crimen fue a visitar el convento de Santa María de la Rabida, de la Orden Franciscana, donde confesó todo al fraile Juan Pérez y a otros; quienes arrebataron sus cartas de navegación. Los franciscanos escondieron por algunos años estos documentos, que consideraron peligrosos y herejes. Pero al enterarse de que Colón se estaba reuniendo con personas de las cortes de Inglaterra y Francia, decidieron mostrar los documentos al fraile Antonio de Marchen. Este se los llevó a la reina Isabel la Católica, quien hizo que Colón fuera a hablar con ella.

El 17 de abril de 1492, la reina Isabel firmó las capitulaciones en Santa Fe, adquiriendo Colón, para sí y sus descendientes, el titulo de Almirante de las islas y tierras firmes que descubriera, Virrey y Gobernador General de ellas y recibiría el décimo de las riquezas que se encontraran.

16 de junio del año 1985, el destacado historiador español Nectario María, publicó que… “el verdadero descubridor del Nuevo Mundo fue Alonso Sánchez de Huelva, un náufrago a quien una tempestad lanzó a las costas de la hoy América.”

López de Gomara en su libro: “HISTORIA GENERAL DE LAS INDIAS", también nos habla de un capitán que decía haber estado en el Nuevo Mundo; pero que encontrándose en apuros logró que Colón lo acogiese en su casa, de donde no salió con vida.

Fernández de Oviedo, también nos habla en su libro "EL SECRETO DE COLÓN", de un prenauta desconocido a quien Colón asesinó y robó:

“Dícese junto con esto que este piloto era muy íntimo amigo de Cristóbal Colón, y que entendía alguna cosa de las alturas, y marcó aquella tierra que halló de la forma que es dicha, y en mucho secreto dió parte dello á Colón, é le rogó que le ficiese una carta, y asentase en ella aquella tierra que había visto. Dícese que él le recogió en su casa como amigo, y le hizo curar, porque también venía muy enfermo; pero que también se murió como los otros, é que así quedó informado Colón de la tierra é navegación de estas partes, y en él solo se resumió este secreto.”

En la obra “Décadas del Nuevo Mundo” el cronista italiano Pedro de Anglería comenta que Colón había recibido unos papeles por parte de un navegante enfermo en 1475, donde manifestaba su llegaba a nuevas tierras luego de extraviarse en altamar.

El escritor el historiador peruano Gómez Suárez de Figueroa (Garcilaso de la Vega), en su libro “Comentarios Reales”, publicado en 1609, hace referencia a un viejo relato sobre Sánchez de Huelva que escuchó por parte de conquistadores españoles en su infancia.

También Barlomé de las Casas comenta sobre el personaje Sánchez de Huelva.

Nuevos datos y conclusiones en la próxima y última entrega.

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