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Las expediciones a ultramar partieron especialmente desde los puertos atlánticos de La Rochelle (Francia) y Noya (Galicia, España), al objeto fundamentalmente de abastecerse de plata, en especial de los yacimientos argentíferos de México y Perú.
Las expediciones a ultramar partieron especialmente desde los puertos atlánticos de La Rochelle (Francia) y Noya (Galicia, España), al objeto fundamentalmente de abastecerse de plata, en especial de los yacimientos argentíferos de México y Perú.

Nuevos datos sobre Colón y los templarios

Segunda parte

Por Giovanny Cruz Durán
miércoles 14 de octubre de 2020, 07:16h

En esta publicación, se comparte la segunda entrega de los enigmas que rodean al almirante Cristóbal Colón y al llamado descubrimiento de América.

Segunda parte sobre los códices y enigmas del Descubrimiento de América

Don Fernando Arrollo Durán (Presidente de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña») escribe, en una amplia carta al también investigador Fernando Fluguerto Martí (Presidente de la Fundación Delphos, en Argentina), lo siguiente:

“No cabe la menor duda que el Temple viajó al continente americano antes de su descubrimiento oficial en 1492, y como bien dice tras la disolución lo hizo de forma más que planificada.

Las expediciones a ultramar partieron especialmente desde los puertos atlánticos de La Rochelle (Francia) y Noya (Galicia, España), al objeto fundamentalmente de abastecerse de plata, en especial de los yacimientos argentíferos de México y Perú. Cabe pensar, que en futuras expediciones llegasen por tierra más al sur, pero en modo alguno puede pensarse en desembarcos, por lo que explicaré más adelante.

Por otro lado, existen pruebas más que concluyentes que tras la orden de arresto partieron navíos templarios hacia América desde Escocia y desde las provincias templarias de la península Ibérica, previa escala en las islas Canarias. Únicamente desde este último lugar indicado cabría la remota posibilidad de una llegada a las costas patagónicas.

- Sinclair y otros historiadores británicos que han estudiado la vía escocesa, sostienen que los navíos templarios que partieron de Escocia sólo cabe pensar que pudieron haber llegado a las costas de Norteamérica, concretamente a algún lugar situado entre Terranova y Massachussetts, donde por cierto existen algunas evidencias. Es precisamente en estas zonas donde tiempo después arribaron los colonizadores ingleses, pues no cabe pensar en una desviación hacia el sur de tanta magnitud como para permitir una llegada a Patagonia. La distancia sería tal que haría absurda e imposible una travesía semejante. La parte más sur a la que habrían podido llegar es a la zona del Caribe, pues como sostiene el oceanógrafo Tomás Doreste, "el viaje al continente americano era sumamente sencillo (con reservas).

Bastaba dejarse llevar por las corrientes marítimas y por los vientos. Y una vez en América, no resultaba complicado el viaje de vuelta. El "Gulf Stream" conducía los barcos hacia las costas de Europa, de tal manera que la travesía no ofrecía (en teoría) apenas riesgos". Esta es la razón por la que Colón, en base a la cartografía templaria a la que tuvo acceso en Portugal, Valencia y La Rochelle, llegó a las costas de la actual isla de Santo Domingo.

A este respecto, indicar que bajo el patrocinio del príncipe Henry Sinclair, integrante de una familia escocesa profundamente ligada a la Orden del Temple, los hermanos Nicolo y Antonio Zeno, habrían alcanzado las costas americanas en 1392. Esto está más que probado en una carta autógrafa fechada en 1458 y escrita por Nicolo Zeno "el Joven", cuyo original se guarda en el archivo del duque de Portland, y en la que éste describe a su hermano Antonio con todo lujo de detalles, las ciudades y las características de los pueblos que habitaban la actual zona de Veracruz en 1392, fecha del segundo viaje a América de los hermanos venecianos. Esta información, publicada en España en 1993, sin duda avala las tesis de Doreste. Previamente, en 1374, ya habrían realizado una primera incursión que alcanzó la actual zona de Massachussetts, que sería el lugar al que llegarían los templarios en fuga de Escocia; al mando del comendador del Ballantrodoch.

Otra documento muy revelador que he podido personalmente comprobar, es una carta manuscrita de Cristóbal Colón, que publicara su hijo Fernando Colón, y en la que el almirante escribe textualmente: "Junto a la Geografía de Ptolomeo tengo el informe de Zeno" Ante esto, cabe preguntarse ¿cómo llegó este informe a manos de Colón antes de que descubriese América?

Conclusión:
 En vista de estas pruebas documentales y otras más que actualmente estamos estudiando, la única posibilidad de que el Temple hubiese alcanzado los territorios patagónicos es a través de los contingentes llegados desde Canarias, y siempre por medio de expediciones terrestres a través de Perú, Bolivia, etc. Ello desde luego no descarta la creación de enclaves portuarios de seguridad en las costas de dicho territorio del sur de Argentina, aunque nos inclinamos más a pensar que si hubo establecimientos más o menos estables fueron más bien por la zona del Río de la Plata. Una de las claves principales de todo ello se encuentra sin duda en el navegante normando Jean IV de Bethencourt, conquistador de Canarias al servicio de la Corona de Castilla, figura sobre la que nos hallamos investigando actualmente. Otra línea importante de investigación, sin duda es la que han abierto recientemente desde Delphos en torno a la Orden de Calatrava y su influencia en el antiguo Virreynato del Perú. Reciba un fuerte abrazo.”

Para concluir la entrega de hoy debemos señalar que la famosa Orden de Calatrava es una orden originalmente religiosa-militar de origen templario. La primera de este tipo formada en España. Se sabe que Colón estuvo directamente vinculado a esa Orden y que hasta vivió un tiempo en sus edificaciones. Hoy sabemos que la primera noticia de un nuevo mundo, llegaron a las cortes españolas de una información que Colón habría dado al confesor de la reina dentro de la famosa orden. Detallaremos en una próxima entrega. Igual hablaré de un personaje muy importante en este tema: Juan de la Cosa, que era un especie de espía de la reina de España.

Me permito comentar, antes de despedirme, el asunto citado más arriba de la línea de puntos que aparece en uno de los mapas atribuidos a Colón, entre Palos de la Frontera y un punto en esta isla al que él le pone Monte de Cristo. Se trata de nuestra provincia de Montecristi de la Hispaniola. Lo que se desprende del hecho es que ya Colón sabía de ese específico lugar de nuestra isla antes de llegar a ella. ¿A qué? ¿Quién se lo ordenó? ¿A traer o buscar qué? En el próximo artículo detallaré este y otros misterios.

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