Infectóloga Carolina Coronado recomienda medidas de prevención ante el COVID-19

Santo Domingo.- Desde que se supo sobre el primer brote del Coronavirus, cuyo epicentro de propagación inició en Wuhan, China, la enfermedad ha atacado a millones de personas y se ha convertido en una pandemia mundial que no parece detenerse.

Carolina Coronado, médico especializado en el tratamiento de enfermedades infecciosas, explicó a Diario Hispaniola que el Coronavirus es una enfermedad provocada por el virus SARS-CoV2, el cual pertenece a una amplia familia de virus que normalmente afectan a los animales y que, en algunos casos tiene la capacidad de trasmitirse a las personas.

Se le conoce con el nombre COVID-19, una palabra que proviene de las sigas “CO” de Corona, “VI” de Virus, “D” de Disease o enfermedad -por su traducción en español- y “19” del año 2019”. A pesar de su rápida propagación a nivel mundial, la especialista llamó a la calma y puntualizó que el COVID-19 es un virus cuyo contagio y propagación pueden ser evitados si se toman en cuenta algunas recomendaciones puntuales.

“Una de las principales cosas que se pueden hacer es evitar aglomeraciones de personas, así como saludar de manos o de beso. No tocar la nariz, ojos o boca con las manos sucias, realizar aseo de manos con agua y jabón de manera periódica y cuando no puedan lavarse las manos, usar un gel antibacterial; descontaminar manijas de puertas y superficies con desinfectantes comerciales, o con 10 mililitros de cloro doméstico en medio litro de agua; estornudar o toser hacia el hueco del codo y no hacia la palma de la mano”, comentó.

En el caso de las personas que estén expuestas en las oficinas de trabajo, además de las recomendaciones anteriores, sugirió que de sentir algún síntoma relacionado al COVID-19, lo ideal es que permanecer en casa y reportarlo al personal superior. De no ser posible, dijo que es importante usar cubre-bocas para proteger a los demás y que si los síntomas persisten o se agravan, consultar a su médico y no auto-medicarse.

En los colegio, enfatizó que dependiendo de la edad del niño, a través de un lenguaje llano, se les debe enseñar a los estudiantes las medias de prevención de las enfermedades respiratorias y de otros tipos de enfermedades contagiosas, dejando claro además, que esta es una práctica debería ser continua como parte del currículo escolar.

“Cada centro escolar debe garantizar el acceso al agua de lavamanos en todo momento, así como la existencia de jabón y gel antibacterial. Debe recomendarse el lavado de manos de los estudiantes y el profesorado así como el personal de apoyo y limpieza de manera rutinaria, varias veces al día. El personal de limpieza, debe también, asegurar la desafección de manijas de puertas, escritorios, mesas, entre otros, con desinfectantes comerciales o con 10 mililitros de cloro doméstico en medio litro de agua”, agregó.

En caso de identificación de circulación del virus, instó a valorar la suspensión de clases en el recinto escolar y a optar por la realización de clases virtuales, hasta tanto sea controlado dicho brote.

Aprovechó para hacer un llamado a la población a guiarse por las recomendaciones que realizan -de manera diaria- las autoridades competentes, así como a no difundir información falsa porque contribuye a la desinformación.

“Las personas deben recordar que el nexo epidemiológico es lo más importante para sospechar enfermedad por COVID-19, y si no existe este antecedente de contacto con una persona sospechosa o con alguien que tenga una historia de viajes recientes a los lugares en donde se ha informado circulación activa del virus, es improbable que los síntomas respiratorios que presente un paciente sean por esta enfermedad”, aclaró.

Coronado especificó que el factor de riesgo de los pacientes se clasifica según la edad y la condición de salud preexistente al contagio del COVID-19.

“Por un lado, los pacientes que sufren de enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, hipertensión, cáncer u otras enfermedades de este tipo constituyen un factor de riesgo para padecer esta virosis con mayor severidad. Mientras que por otro lado, a mayor edad, mayor la severidad de síntomas si cuando se contrae el virus”, puntualizó.

Agregó que según los resultados de las estadísticas realizadas hasta la fecha, en el grupo de menores de 9 años, la tasa de letalidad es nula y es también sumamente baja en los menores de 40 años (solo un 0.2%). De 40 a 49 años, es de un 0.4%, y de 50 a 59 años, de un 1.3%. Por encima de esta edad, la tasa de letalidad aumenta. En las personas de 60 a 69 años, es de un 3.6%, mientras que en el grupo de 70 a 79 años es de un 8%. El más alto porcentaje de tasa de letalidad es en aquellas personas que padecen la enfermedad y sobrepasan los 80 años de edad.

Sobre los principales síntomas, Coronado dijo que la fiebre, la tos seca, la mialgia o dolor muscular y la fatiga son los síntomas se clasifican en frecuentes, menos frecuentes y pocos frecuentes.

“Los síntomas reportados más comúnmente son: Fiebre, tos seca, mialgia (dolor muscular) y fatiga. Los síntomas menos comunes son: dolor de garganta, secreción nasal. Los síntomas muy poco frecuentes son diarrea, náuseas y vómitos”, detalló al tiempo que hizo énfasis en la importancia de no auto-medicarse y buscar ayuda con un profesional de la salud en caso de que padezca enfermedad respiratoria y los síntomas persistan o se agraven.

“La población a recordar que tenemos transmisión activa de casos de influenza y que esta enfermedad respiratoria viral tiene tratamiento, pero sobretodo, que tiene vacuna protectora disponible en los centros de vacunación está disponible”.

En cuanto a la preparación del sistema de salud para enfrentar un posible brote en el país, comentó que en países con mayor cartera y mejor calidad de servicios de salud se han identificado grandes brotes de esta enfermedad, por lo cual sería utópico pensar que en nuestro sistema podríamos contener de manera adecuada un brote.

“Entiendo que el Ministerio de Salud y otros organismos involucrados están haciendo los esfuerzos por realizar los trabajos pertinentes en cuanto a la información a la población sobre la prevención, así como la capacitación al personal de salud, sin embargo, no es suficiente. Se necesitan más pruebas diagnósticas, más salas de aislamiento, mas camillas en unidades de cuidado crítico con garantía de ventiladores, mayor vigilancia epidemiológica en la población general, así como vigilancia exhaustiva en puertos y aeropuertos”, finalizó. Rosa A. Rodríguez y José A. Méndez /Diario Hispaniola.