Santo Domingo.- La fiesta mundial de los trabajadores encuentra al movimiento sindical dominicano débil y disperso, pero a la vez sumamente preocupado por una eventual modificación de la legislación laboral que podría reducir sus derechos y prerrogativas.
La debilidad y dispersión del movimiento sindical no es de hoy. Se estima que menos del 5 % de los trabajadores asalariados dominicanos está afiliado a un sindicato. Dentro de este contexto, las tres centrales sindicales que agrupan un mayor número de sindicatos asumen la representación del sector.
Variados factores han frenado, y limitan todavía, el desarrollo del sindicalismo en la República Dominicana.
Vale recordar que sólo el 30 % de la población económicamente activa trabaja en condición de asalariada. Los salarios pagados en el país son de los más bajos de la región latinoamericana y del Caribe, el desempleo abierto supera el 15 % y más del 55 por ciento trabaja por cuenta propia o vive en la informalidad.
La mayor parte de los empleadores no ve con buenos ojos la constitución de sindicatos y la propia legislación no estimula su creación, siendo muchas las denuncias de despidos de trabajadores que intentan organizarse.
La celebración del Primero de Mayo de este año se da bajo la sombra de una posible modificación del Código de Trabajo que está siendo reclamada desde hace algún tiempo por las organizaciones empresariales y que los representantes sindicales ven con mucha recelo.
Una comisión para la reforma del código laboral fue constituida por el gobierno pero esta no pudo establecer resultados aceptados por empleados y trabajadores. La oposición del movimiento sindical ha sido muy firme con relación a determinados cambios deseados por el empresariado, y muy en particular la eliminación o reducción sustancial de la "cesantía" que es como se designa en la República Dominicana a la indemnización que el empleador debe pagar al trabajador cuando le despide sin justificación alguna.
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