El Santo Padre explicó que “la historia, estudiada con pasión, puede y debe enseñar mucho de nuestro ‘hoy’, tan disgregado y sediento de verdad, de paz y de justicia. Basta que, por medio de la historia, aprendamos a reflexionar con sabiduría y valentía sobre los efectos dramáticos y malignos de la guerra, de tantas guerras que han entorpecido el camino del hombre en esta tierra”.