Esta Ciudadela, impulsada por la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, en 1964, acoge a 900 focolares, provenientes de 70 países, entre los que hay familias, jóvenes, laicos, sacerdotes, religiosos y algún Obispo. Allí trabajan, estudian y rezan juntos en un espíritu de fraternidad y comunión practicando la caridad evangélica.