Los atentados mortales en el aeropuerto Ataturk de Estambul, una vez más renuevan el debate sobre si la seguridad aérea debe incluir zonas comunes, proporcionando más garantías a expensas de reducir la libertad y la comodidad. Las explosiones del martes por la noche parecen haber alcanzado dos puestos de control de pasajeros, entre el estacionamiento y la zona de facturación.