Israel cumple 12 días en "alerta" ante un posible ataque a gran escala por parte de Irán y el grupo chií libanés Hizbulá, mientras la comunidad internacional -que no ha logrado concretar un cese el fuego en la guerra en Gaza- batalla para frenar una escalada mayor en Oriente Medio.
Jerusalén.- La guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás -que controla la Franja de Gaza- se extiende por más de 10 meses, agravando cada día la crítica situación humanitaria de los dos millones de gazatíes y de los 111 rehenes israelíes que siguen en el enclave.
En paralelo, la tensión es cada vez más aguda en la región desde que Irán y Hizbulá amenazaron con un inminente ataque sin precedentes contra Israel, a raíz de los asesinatos de dos figuras destacadas a finales de julio.
El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Washington comparte la evaluación de Israel de que Irán podría lanzar su anunciado ataque esta semana, lo que podría afectar las conversaciones sobre el cese del fuego.
"Estamos atentos a nuestros enemigos y los acontecimientos en Oriente Medio, especialmente sobre Hizbulá e Irán. Intensificamos la frecuencia de patrullas y salidas de la Fuerza Aérea en el espacio aéreo libanés en un esfuerzo por detectar y eliminar cualquier amenaza", dijo el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari.
El jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, enfatizó por su parte "la continuación de un alto nivel de alerta" y la preparación para operaciones ofensivas y defensivas "en distintos frentes".
Además, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sostuvo una llamada con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, poco después de que el Pentágono ordenase el despliegue de un submarino con misiles guiados en Oriente Medio.
Austin también ordenó al grupo de ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln, equipado con cazas F-35C, que acelere su tránsito hacia el área de responsabilidad del Comando Central estadounidense, lo que se sumará a la capacidad de respuesta que ya proporciona el portaaviones USS Theodore Roosevelt.
Varias fuentes de inteligencia apuntaron a que Irán podría coordinar su ataque con sus aliados del llamado "Eje de la Resistencia" en la festividad judía de Tisha B'av, que comenzó hoy al atardecer y que conmemora la destrucción del primer y segundo templo de Jerusalén.
Este Eje, integrado por Hamás y la Yihad Islámica en Cisjordania ocupada y Gaza, Hizbulá en Líbano, los rebeldes hutíes en Yemen, la Resistencia Islámica en Irak y otras milicias en Siria, juró vengar los asesinatos de Fuad Shukr, líder militar del grupo chií, ocurrido en un bombardeo israelí a las afueras de Beirut el 30 de julio; y de Ismail Haniyeh, entonces líder político de Hamás, y quien murió el 31 de julio en un ataque en Teherán que Irán atribuyen a Israel.
En medio de la tensión, numerosas aerolíneas internacionales mantienen o han extendido sus cancelaciones de vuelos en Oriente Medio, mientras Líbano comenzó a designar albergues ante un posible desplazamiento masivo de su población.
Pese al creciente nerviosismo entre los israelíes, Hagari reiteró que el Ejército no ha ordenado instrucciones especiales de emergencia para los civiles.
El presidente israelí, Isaac Herzog, llamó a "mantener la calma" durante estos "días tensos y complejos", mientras la comunidad internacional se esfuerza por calmar los ánimos en la región.
Reino Unido, Francia y Alemania pidieron a Irán y sus aliados que se abstengan de perpetrar ataques que "puedan intensificar aún más las tensiones regionales".
El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió al nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian, "hacer todo lo posible para evitar una ulterior escalada militar" que traería "peligros impredecibles"
En tanto, las posibilidades de alcanzar un acuerdo de cese el fuego entre Israel y Hamás parecen aún lejanas, pese al empuje de los mediadores -Estados Unidos, Catar y Egipto-, que llamaron a las partes a abordar los "detalles" del pacto el próximo jueves.
Israel aceptó acudir a la cita pero Hamás se rehusó, alegando que el grupo ya "acogió con satisfacción" la propuesta que hizo en mayo el presidente estadounidense, Joe Biden.
Las negociaciones quedaron en punto muerto cuando Hamás pidió el cese definitivo de las hostilidades, mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, busca reanudar los combates hasta la destrucción "total" del grupo islamista.
Según la prensa israelí, Gallant dijo hoy ante una comisión del Parlamento que el concepto de victoria absoluta es "una patraña", y que "la razón por la que el acuerdo se retrasa es, entre otras, Israel".
La oficina de Netanyahu replicó insistiendo en una "victoria absoluta", alegando que el obstáculo para un acuerdo es Yahya Sinwar, principal responsable del ataque del 7 de octubre que desató la guerra y quien se encuentra al frente del ala política y militar de Hamás tras la muerte de Haniyeh.
Herzog reiteró su apoyo a una tregua que permita la liberación de los rehenes y Gallant lamentó "las incesantes filtraciones desde foros sensibles y confidenciales", al subrayar que librará la guerra "hasta el desmantelamiento de Hamás" aunque ahora la prioridad debe ser "proteger a los ciudadanos de Israel y dañar al enemigo".