El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) informa que, durante el mes de enero de 2024, las remesas recibidas alcanzaron la cifra de US$874.1 millones, aumentando 9.0 % en comparación con el mismo mes del año anterior, y 15.1% al compararlo con enero de 2022.
Santo Domingo.-
El BCRD explica que el desempeño económico de los Estados Unidos fue uno de los principales factores que incidió sobre el comportamiento de las remesas, ya que desde ese país se originó el 85.7 % de los flujos formales del mes de enero, unos US$641.1 millones.
Por un lado, el desempleo general del país norteamericano se ubicó en 3.7 % en el mes de enero, sin variación respecto al pasado mes de diciembre de 2023, manteniéndose en los niveles observados antes de la pandemia. De igual manera, el desempleo de los latinos se mantuvo invariable en enero, con una tasa de 5.0 %.
Adicionalmente, el índice de gestores de compras (PMI por sus siglas en inglés) no manufacturero del Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM por sus siglas en inglés) registró un valor de 53.4 en enero, por encima del 50.5 de diciembre de 2023, iniciando el año con una constante expansión del sector servicios, donde se emplea la mayor parte de la diáspora dominicana.
El BCRD destaca también la recepción de remesas por canales formales desde otros países en el mes de enero, como España, por un valor de US$42.3 millones, un 5.7 % del total, siendo este el segundo país en cuanto al total de residentes de la diáspora dominicana en el exterior se refiere, así como Haití e Italia, con 0.8 % y 0.7 % de los flujos recibidos, respectivamente. El resto de la recepción de remesas se distinguen países como Suiza, Canadá y Panamá, entre otros.
Respecto a la distribución de las remesas recibidas por provincias, el BCRD señala que el Distrito Nacional recibió una proporción del 36.7 % durante enero, seguido por las provincias de Santiago y Santo Domingo, con un 13.6 % y 7.8 %, respectivamente. Esto revela que más de la mitad (58.1 %) de las remesas se recibe en las zonas metropolitanas del país.
El ente emisor indica que, las remesas constituyen una línea de apoyo vital para las familias que las reciben e inciden directamente sobre la reducción de la pobreza y la desigualdad. En ese sentido, los flujos recibidos en enero fueron destinados en su mayoría, un 94.3 % para fines de gastos del hogar, cifra cónsona con estudios previamente realizados por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA). El resto sirvió para saldar deudas de los hogares receptores.
El BCRD informa adicionalmente que, el instrumento más utilizado como medio de pago de las remesas formales recibidas fue el efectivo, con una proporción del 93.2 %. Las tarjetas de débito fueron utilizadas para el pago de 5.4 % de las remesas y el 1.4 % restante se repartió entre transferencias bancarias y notas de crédito.
Analizando la evolución del sector externo tras el cierre de 2023, las perspectivas del BCRD contemplan una evolución favorable de los ingresos de divisas durante 2024, como lo han sido los ingresos de turismo, la inversión extranjera directa y las exportaciones, en conjunto con las remesas.
En cuanto a las remesas y los flujos de IED, se estima que se ubiquen en torno a los US$10,400 millones y a los US$4,500 millones, respectivamente, al terminar el año. Estos ingresos de divisas favorecen la estabilidad relativa del tipo de cambio que se observa en la actualidad, de tal manera que al cierre de enero 2024 la moneda nacional se depreció en 1.2 % con respecto al cierre de 2023.
La institución resalta que, los mayores flujos de ingresos externos han permitido también mantener un nivel adecuado de reservas internacionales, las cuales alcanzaron al cierre de enero los US$14,371.3 millones. Este nivel representa un 11.7 % del PIB y unos 5.1 meses de importaciones, por encima de los umbrales recomendados por el FMI.
El Banco Central reafirma su compromiso con la vigilancia sobre el entorno económico actual para continuar tomando las medidas necesarias para contrarrestar el impacto en la economía dominicana del desafiante panorama internacional imperante, a fin de garantizar la estabilidad de precios y del mercado cambiario.