La ayuda de EEUU a Ucrania e Israel, en el limbo por el desbarajuste de los republicanos bajo el peso de Trump.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció este jueves su primera entrevista a un periodista occidental tras casi tres años de guerra en Ucrania, en la que se mostró dispuesto a negociar el final del conflicto, pero se negó a entrar en el debate político interno estadounidense.
El periodista estrella de la ultraderecha estadounidense, Tucker Carlson -expulsado de la cadena conservadora Fox News por sus ideas radicales- fue el elegido para llevar a cabo esta entrevista de dos horas, que tuvo siempre un tono amable, a veces entre risas, sin que Carlson le hiciera ninguna pregunta incómoda.
Carlson le preguntó hasta en dos ocasiones si creía que "otra administración después de Joe Biden podría restablecer la comunicación" entre los dos países, y Putin no quiso seguir por esa línea, aun admitiendo que en su carrera ha tenido buena relación con algunos presidentes, como George W. Bush (2001-2009) o Donald Trump (2017-2021). "No se trata de quién es el líder o de la personalidad de uno en concreto, sino de las élites mismas: es la idea de la dominación a toda costa basada en las fuerzas dominantes de la sociedad estadounidense", reflexionó.
Negociaciones sobre Ucrania
La entrevista resultó decepcionante, pues no solo no quiso hacer comentarios sobre el futuro político en EEUU -como muchos esperaban- sino que tampoco hizo propuestas concretas para acabar con la guerra en Ucrania, más allá de mostrar una voluntad genérica de negociación. Esta voluntad se topa con unas supuestas "instrucciones de los países occidentales a las que obedece" el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que lo han llevado incluso -dijo Putin- a firmar un decreto para prohibir negociar con Rusia, pero en todo caso tampoco Putin puso alguna oferta sobre la mesa.
Aseguró que hay "mercenarios estadounidenses" combatiendo en Ucrania, siendo el grupo más numeroso tras el de los polacos, y advirtió contra cualquier idea de enviar soldados regulares de EEUU, algo que "traería a la humanidad al borde de un conflicto global muy serio".
Y volvió a insistir en el interés de EEUU por una negociación: "Ustedes tienen problemas en las fronteras con la inmigración, problemas con la deuda nacional de más de 33 billones de dólares... ¿Y no tienen nada mejor que hacer? (...) ¿No sería mejor negociar con Rusia para llegar a un acuerdo?".
El dólar como arma política
Putin, al que se vio muy relajado durante la entrevista y que pudo explayarse sobre algunos de sus temas favoritos -la historia, el espacio vital ruso, la religión- utilizó abundantes minutos para criticar el uso que supuestamente hace EEUU del dólar "como herramienta de lucha en política exterior", algo que para él supone "uno de los mayores errores estratégicos".
Según él, este uso político del dólar se aplica a la lógica de las sanciones: "El hecho de que EEUU aplique medidas restrictivas a ciertos países -muchos de ellos aliados de Rusia, aunque no lo dijo-, tal como restringir sus transacciones, congelar sus cuentas, etcétera, causa una gran preocupación y envía una señal al mundo entero", apuntó. Puso como ejemplo que en su propio país las transacciones antes de empezar la guerra en Ucrania eran en un 80% en dólares y euros, pero que el porcentaje ha bajado en favor del rublo y el yuan, que juntas ya suman el 68%.
Según Putin, con las sanciones de EEUU sobre su economía "creyeron que eso nos llevaría al hundimiento total, pero nada se hundió. Es más, otros países lo están pensando y acelerando sus pagos de petróleo en yuanes (chinos)". Las consecuencias, según dijo, no están claras, pero indicó que el futuro del comercio mundial es el dominio de los países del grupo de los BRICS, que según Putin ya pesan más que todos los países del G7: "Estas son las tendencias del desarrollo global y la economía mundial, inevitables, seguirán pasando lo mismo que cuando sale el sol".