Según un comunicado de la Guardia Costera, hay 80 supervivientes, por lo que a bordo de la embarcación viajaban más de 120 personas. El barco de pesca en el que viajaban migrantes de Irán, Pakistán y Afganistán, chocó contra las rocas debido al mal tiempo y se partió por la mitad, según las primeras informaciones.
Los cadáveres, entre ellos los de un recién nacido y varios niños, han aparecido en la turística playa de Steccato, en la localidad de Cutro (provincia de Crotona), dispersos a lo largo de varios kilómetros.
Meloni apunta a los traficantes mientras el papa pide rezar por las víctimas
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha expresado su "profunda tristeza" por el suceso y ha reiterado su promesa de acabar con la inmigración irregular. El gobierno de ultraderecha de Meloni tiene un enfoque duro hacia la inmigración, y ha restringido las actividades de las ONG que rescatan a personas en el Mediterráneo.
La semana pasada, el Parlamento italiano aprobó una propuesta legislativa sobre salvamento marítimo que contempla multas de hasta 50.000 euros para quienes prestan asistencia humanitaria y que Naciones Unidas ha calificado de "preocupante".
"Es una enorme tragedia que muestra la absoluta necesidad de actuar firmemente contra los canales de migración irregular", ha comunicado por su parte el ministro de Interior, Matteo Piantedosi.
Por su parte, el papa Francisco, que ha defendido en varias ocasiones los derechos de las personas migrantes, ha pedido, durante su mensaje dominical en la Plaza de San Pedro, que se rece por las víctimas del naufragio, tanto los fallecidos como los supervivientes.
La costa italiana es uno de los principales puntos por el que los migrantes intentan llegar a Europa por mar. La ruta del Mediterráneo central es una de las más peligrosas. Según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), 20.333 personas han muerto o han desaparecido desde 2014.
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