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El destacado actor Franklin Soto interpreta al controversial personaje de Tony Echavarría, Cambumbo.
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El destacado actor Franklin Soto interpreta al controversial personaje de Tony Echavarría, Cambumbo. (Foto: Fuente Externa)

Memorias de un transgresor llamado Cambumbo

Tony Echavarría, Cambumbo.
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Tony Echavarría, Cambumbo.
"Aqui sólo entran quienes yo quiero"

Franklin Soto en el personaje de Cambumbo, refleja la vida nocturna en los años 80 donde Cambumbo era el rey de los trasnoches.
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Franklin Soto en el personaje de Cambumbo, refleja la vida nocturna en los años 80 donde Cambumbo era el rey de los trasnoches. (Foto: Fuente Externa)
Vemos al actor Franklin Soto en el personaje de Cambumbo cuyo talento innato hacía mímicas sobre la pista de la voces originales de cantantes pero sin disfrazarse, solo se colocaba una pamela y se pintaba los labios de rojo.
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Vemos al actor Franklin Soto en el personaje de Cambumbo cuyo talento innato hacía mímicas sobre la pista de la voces originales de cantantes pero sin disfrazarse, solo se colocaba una pamela y se pintaba los labios de rojo. (Foto: Fuente Externa)
¿Cuántos podemos hacer o ejercer con propiedad este mandato personalizado ? Solo unos cuantos o más bien muy pocos, entre estos, un personaje de las noches de la BOHEMIA Y EL AFTER HOUR local , llamado TONY ECHARRIA , mejor conocido en el ambiente artístico , con el sobrenombre de CAMBUMBO.

Un personaje único en su clase y estilo, con su propio bar, donde él escogía quienes entraban, como si de su propio escenario se tratase, ya que de una forma artesanal, si así se quiere reconocer, imitaba con transformismo, a las figuras emblemáticas de su mágico repertorio, maquillado en los ojos, con labios pintados, con sombreros, turbantes, marabúes y bufandas, utilizaba un foco (tipo linterna), cual su micrófono y spot light a la vez, interpretando a Olga Guillot, Niní Cáffaro, José José y al mismo tiempo, en una especie de denuncia social, con el tema.

Los mismos Indios, de Johnny Ventura, exponía sus puntos de vistas, cosa muy arriesgada para aquellos años y como bien expone, el magnífico texto del actor: aquí desde el 1962 hasta el 1966, políticamente hablando, la cosa estaba bien jodida. Punto y aparte, para Franklin Soto, quien asume el personaje como una segunda piel, encantando al auditorio, que responde con aplausos sonoros y carcajadas contagiosas, agregando a su favor, como referencia de que hace un trabajo excelente, que en su mayoría, el público no conoció a Cambumbo, aunque habíamos unos cuantos que si lo vimos actuar en su lugar, alguna vez, por lo cual podemos determinar que la puesta en escena, tiene fondo y posee forma, para atrapar el espectador, embuirlos, en la historia de este mítico ser, devoto de San Miguel Arcangel, artífice de la decadencia y arquetipo de la subcultura, esencial en la vida nocturna de una generación ya pasada.

Tengo el privilegio de conocer a Frankin Soto, desde sus inicios, como pareja sentimental de la gran Patricia Ascuaciasti y ver cuánto ha crecido, como artista, empresario, cantante del grupo Bonyé y merecedor del Premio Soberano como obra teatral y actor del año 2019, siendo la última obra que se estrenó, antes de la Pandemia, que luego obligó al teatro y al espectáculo a cerrar las puertas.

El escenario, esta vez el Bar del Teatro Nacional, se llena de nostalgia ante una Bellonera, caratulas, discos de pastas, una mesa con licor, maquillages, espejos y todo lo que un artista necesita para lograr su perfomance, antes por medio de dos pantallas un video, introduce a la leyenda, humanizando y justificando ante la audiencia, la prepotencia y autoestima de una Pseudo Diva, como lo fue Cambumbo, que en la calle Paraguay (Ensanche la Fe), instaló su resistencia, su campo de batalla, donde en las madrugadas, las pesadillas se volvían sueños de candilejas, suspiros románticos y quejas lastimosas, según la cantidad de alcohol ingerido o el tipo de dolor, la pena de amor o la intensa pasión.

Todo esto se desborda, en la actuación del actor, atrapando desde el minuto inicial, con su famoso estribillo: ¿qué lo que pasa aquí ? y cada asistente se veía obligado a responder, aplaudir y celebrar, las ocurrencias del anfitrión, quien decía además, con mucho desparpajo: aquí todo el mundo paga, sino se va!. Lo valioso de este montaje, además de su dinámica, la intervención de otros talentos, la integración publico - actor, es revivir y compartir con las nuevas generaciones, la historia del espectáculo nacional, sus protagonistas, sus gestores iniciales y dar a conocer, de dónde viene el gusto por la bohemia, como ADN nacional.

Ojalá otros se motiven y alguno quiera traer del pasado a Paco Escribano, personaje de leyenda, a quien se cita obligatoriamente, en la obra, como referente de una época de gloria y esplendor, revestida de opresión. Un aplauso para Franklin Soto, por su actuación en Cambumbo y por mostrarnos, que en el bajo mundo, es donde está el sabor de muchas cosas y que no es malo, de vez en cuando bajar, si se sabe retornar a tiempo.

Memorias de un transgresor llamado Cambumbo
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(Foto: Fuente Externa)
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