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El capo del Kremlin .- Alfonso M. Becker
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El capo del Kremlin .- Alfonso M. Becker

El mafioso del Kremlin es un “bluff” ...

Por Alfonso M. Becker
jueves 19 de mayo de 2022, 01:18h
Entonces vino uno de los siete Ángeles que llevaban las siete copas y me habló: «Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas, con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de todo el mundo se embriagaron con el vino de su prostitución» Apocalipsis 17: 1-2
Los estrafalarios eufemismos de Berlín están llevando la retórica militarista por el camino de los adornos semánticos más ridículos y preferidos por las masas embriagadas de fatalidad. El rebaño de los exquisitos burócratas alemanes, en consonancia con los afeminados franceses de la algoritmia, recitan poemas de guerra para delirio y agrado de Washington.

Es la insondable letanía de una peligrosa socialdemocracia germana que un día aplaude el grito posmoderno de «Lebe das leben, idiot, es sind zwei tage», como corresponde a la élite multimillonaria de Bruselas, y otro día deja escapar a los cuatro vientos sus balbuceos incoherentes sobre la Tercera Guerra Mundial y otras majaderías bélicas para la chusma de su enloquecida diversidad en el maravilloso universo de sus funcionarios vitalicios.

Ha pasado todo este tiempo que “es oro” y sigue Alemania llenando de miles de millones de euros la billetera de Putin y las arcas de la banda comunista más peligrosa del planeta.

Tras las mascarillas para timoratos del incomprensible rebaño que obedece ciegamente al esclavista Joe Biden y a sus secuaces en Bruselas, ya solo se esconde el amaneramiento incomprensible de una raza humana incapacitada hormonalmente para defender su libertad, a tiros… Como lo hacen los valientes ucranianos.

Y concretamente ocurre en el hombre, que la cobardía se ha instalado en su sangre varonil tras el choque anafiláctico que le han provocado los venenos inoculados por los nuevos “mengeles” del socialismo internacional; con China a la cabeza, y Vladímir Putin en la cola; ese viejo y podrido criminal comunista del KGB que ya no puede ocultar su sueño de restaurar un imperio socialista-soviético para asesinos de masas.

No se sabe si “gracias a Dios” o a la “vaticana casualidad”, Polonia y Hungría ya están siendo presionadas, ad terminum, para que rechacen el cristianismo antiabortista y “traguen” abiertamente con el aberrante abanico sexual que lidera el Washington más degenerado y corrupto de la toda la Historia de Estados Unidos.

La guerra de Ucrania -todo hay que decirlo- le viene de perlas a la Casa Blanca porque no existe cortina de humo más bella en este mundo que la carnicería organizada por un nuevo, degenerado y torpe “carnicero de todas las Rusias” llamado, ahora, simplemente Putin, sin más...

Un criminal de guerra que, tarde o temprano, será llevado ante los tribunales por el exterminio masivo de civiles, hombres, mujeres, ancianos y niños inocentes todos, y enterrados en fosas comunes. Ninguno era combatiente.

Putin no solo ha destruido una nación reduciéndola a escombros, sino que intenta rodearla por completo para exterminar a todos los ucranianos, a todos los habitantes de un país libre; un país que ha arrasado y reducido a escombros sin haber logrado ocuparlo, ni esclavizarlo…

El premier griego, Kyriakos Mitsotakis, el preferido de Washington para la pelea final que ya se advierte generalizada en toda Europa, ha sido recibido como el más “apreciado” aliado por la república estadounidense. No hay político europeo más importante que Mitsotakis para el Pentágono.

Para que se hagan una ligera idea, la Grecia del premier Mitsotakis que conocemos hoy es toda una gigantesca base militar para todas las ramas del Pentágono; efectivos de tierra, mar y aire; y asistencia continua para todo tipo de hardware del complejo militar de U.S.A. incluyendo -claro está- el U.S. Space Command…

Me he permitido estos párrafos iniciales para hacerles saber que la guerra de Ucrania es el producto de una de las trampas más ridículas y estúpidas que ha tendido jamás un enfermo mental americano, como Joe Biden, a un tirano ruso con delirios militares estratégicos.

Ni Rusia es la potencia militar que dice ser, ni Putin es tan machote como para atreverse a tirar bombas atómicas, pues sus pocos generales supervivientes le han hecho saber que ese “atrevimiento” sería la destrucción de Rusia y una buena excusa legal para que los chinos se roben toda la Siberia y contemplen los tesoros del Ártico.

El presidente ruso ha hecho el ridículo más espantoso creyendo que la Unión Europea y sus aliados (o sea, más de 50 países democráticos, poderosos y libres) serían aplastados por su patética e inservible máquina militar que solo asesina civiles inocentes e indefensos. Esos 50 países, todos juntos, son cien veces más capacitados que Rusia en el ámbito militar y económico...

Las declaraciones, por escrito, en la prensa del Partido Comunista Chino, lo dicen todo: «estamos estudiando y analizando, seriamente, todos los errores cometidos por el ejército ruso y aprendiendo todo lo que no se debe hacer en una guerra...».

El que creíamos que era un tipo astuto del sanguinario servicio secreto ruso, no es otra cosa que un “bluf” creado por el Kremlin; un patético montaje de su aparato propaganda destinado a crear un prestigio que posteriormente se revela falso…

Putin es un fanfarrón de los barrios bajos de San Petersburgo, entrenado como asesino a sueldo del antiguo soviet de Petrogrado.

Una leyenda para fanáticos ignorantes creada a partir de asesinatos de padres e hijas de funcionarios rusos, refugiados indefensos, asesinados por envenenamiento en todo el territorio europeo mientras Bruselas disfrutaba de los orgiásticos festejos de su poderosa clase dominante, ya conocida por «the elite of european awakening» que está destruyendo por completo la cultura judeocristiana.

Lo que ha aprendido durante estos meses la clase dominante de Bruselas es que la guerra de Ucrania no solo interesa, atañe o afecta a Ucrania; porque las nociones básicas de geopolítica te indican, claramente, que si te dejas robar la tierra estás “obsequiando” tu país y “certificando” el regalo al enemigo.

No es que sean muy listos los imberbes lechuguinos de Bruselas; la realidad es que sus mujeres, más atrevidas e insolentes que ellos, han notado que todos los países de Europa de Este, del Báltico y del Mediterráneo oriental, han entrado en pánico tocando a zafarrancho de combate; armándose hasta los dientes, y apostando todo el dinero que tienen por Ucrania.

La carnicería ejecutada por el Kremlin tiene todo el potencial de remodelar el continente euroasiático y el resto del mundo; no solo a nivel político y militar, sino que ya ha alcanzado las más altas cotas de inmoralidad ante el desprecio absoluto de Bruselas por todo lo que es cristiano y judío.

No es baladí que estos trágicos tiempos que vivimos hayan sido descritos como la llegada del Anticristo a la Santa Sede, señalando al pope argentino como la bestia del Apocalipsis que aplaude las fechorías de Vladímir Putin y todas las aberraciones sexuales del nauseabundo abanico woke, así como la matanza industrial de niños judíos y cristianos.

Roma y Bruselas no se quedan atrás… porque han sido señaladas como la Ramera de Babilonia cabalgando sobre la Bestia de siete cabezas que describe, perfectamente, el judío italiano Primo Levi; esa promiscua Lilith que era la esposa de Satanás y que vivía en el Vaticano…

Cualquier persona, medianamente culta que conozca la historia de Europa, le puede explicar que el monje agustino, Martín Lutero, y el reformador protestante John Knox, líder de la Reforma escocesa, señalaron a la iglesia católica y romana como la Ramera de Babilonia y a todos sus popes como una periodicidad del Anticristo.

Pero en una era como la que padecemos, la sociedad de espectáculos continuos y difusos, el verdadero Demonio está en la Casa Blanca que esclaviza a los estadounidenses, hombres y mujeres que siempre fueron libres; y la guerra de Ucrania es una gran cortina de humo para el Demonio Joe, que sigue destruyendo a los Estados Unidos de América.

El genocida del Kremlin le ha servido al corrupto Joe Biden para que Estados Unidos haya podido demostrar que la decadente Rusia ha pasado a ser un miserable estado “paria” y que el mafioso del Kremlin es solo un bluff; un despreciable personaje del crimen organizado ruso revestido de un supuesto prestigio falto de fundamento.

El autócrata del Kremlin, es un vulgar fanfarrón nuclear que ha sacado pecho con amenazas intimidatorias a un gigante europeo mucho más grande que el enano militar ruso, y que también dispone de “juguetes” nucleares mucho más sofisticados.

Lo único que ha hecho realmente bien, Putin, es despertar a la OTAN, y eso le costará muy caro.

Alfonso M. Becker © copyright (Todos los derechos reservados)
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