www.diariohispaniola.com
El dilema del toque de queda
El dilema del toque de queda (Foto: Cortesía)

El dilema del toque de queda, debería continuar ¿Sí o no?

Por Rosa A. Rodríguez C.
x
roserodriguez17gmailcom/15/15/21

En los últimos ocho meses el país se ha sumergido en un toque de queda interminable. Desde el principio, fue la medida a la que recurrió el gobierno para contener la propagación del coronavirus en nuestra sociedad.

Los primeros meses fueron más estrictos y no era para menos. La incertidumbre en torno al contagio del covid-19 eran muchas. La única solución inteligente para frenar su trasmisión era mantener el aislamiento social, el cual –a su vez- causó grandes efectos negativos a la economía.

En ese punto, el Gobierno se vio obligado a encontrar una solución que, sin poner en riesgo la salud, permitiera que los sectores económicos fueran abriendo sus puertas al mercado de forma paulatina.

Desde antes de julio, se fue permitiendo la apertura de las micro y pequeñas empresas, plazas comerciales, los sectores que componen el turismo (restaurantes, hoteles, líneas aéreas) y recientemente las relaciones comerciales con Haití y la educación.

Hasta aquí, la historia es conocida para la mayoría –por no decir todos- los ciudadanos dominicanos. El dilema actual gira entorno a la continuación o no con el toque de queda.

Una gran parte de la población, entiende que el toque de queda ya no tiene sentido, especialmente cuando en las horas del día el desorden y la violación a las normas de distanciamiento se hace cada vez más evidente.

En las calles, principalmente en barrios y zonas comerciales -como las que están cerca de la Duarte con París y Villa Consuelo- las personas andan sin mascarillas, consumen alimentos en la calle sin lavar las manos y andan sin tomar las distancias.

Están también los que señalan el “negocio” que hay detrás con los policías que “venden” su vigilancia a cambio de unos pesos y los que recurren a la fuerza de manera tan brusca, al momento de “hacer cumplir la ley”, que terminan haciendo daños irreparables en la salud de quienes circulan en las noches, tal y como lo confirman los cientos de videos virales en las redes sociales.

Del otro lado están los que entienden que las restricciones deben continuar, pues aunque muchos no respetan los horarios, es la única alternativa para mantener el “control” de la gente y con ello, que no haya un rebrote de la pandemia.

Desde nuestro punto de vista, las disposiciones que componen el Estado de Emergencia, deben continuar: la cuota mínima de empleados en las empresas, las restricciones de tránsito y con permisos de salvoconductos en los casos pertinentes, la operación de restaurantes y colmados en espacios abiertos y terrazas y en las áreas cerradas manteniendo las distancias, el uso de mascarilla en las calles, la cantidad mínima de pasajeros en el transporte público, etc.

Sin embargo, si bien es cierto que se podrían flexibilizar algunos aspectos, entendemos que eliminar por completo el toque de queda no sería una alternativa inteligente, especialmente ahora, que se acercan las festividades navideñas.

Basta con mirar el ejemplo de otras naciones en las que, al reabrir la economía de manera total, el rebrote del coronavirus tuvo consecuencias muy negativas.

Hace apenas dos semanas, Francia anunció un repunte de contagios, con más de 10.166 ingresos hospitalarios en una semana, mientras que España, registró, este jueves, 7,953 nuevos casos en las últimas 24 horas, según el portal France24. Ambos resultados como consecuencia de la ausencia de restricciones.

De momento, en el país, la tasa de positividad ha presentado una baja notable; igualmente la ocupación de camas en UCI. ¿Para qué arriesgarnos a eliminar las restricciones en el horario, si poco que mucho parece que están funcionando? Es obvio que la solución no está únicamente en mantener o no el toque de queda, pero si en la gradualidad con la que se han ido disminuyendo las horas.

No se puede negar que andar con el tiempo limitado genera un malestar para todos; tampoco que la policía necesita preparación para saber ejercer su autoridad; que las personas deberían de tener un mayor nivel de responsabilidad y sobretodo, respeto a la ley que busca protegerlos; y que el Gobierno también tiene que procurar colocarse en el lugar de aquellos cuyos ingresos se perciben, más que nada en las noches…

Son muchos los factores que hay que analizar y que no se pueden pasar por alto. Pero nuestro compromiso como sociedad, es terminar de asimilar que el coronavirus se instaló en nuestras vidas para permanecer, aunque no para siempre, una larga temporada.

Asumamos a la ya “conocida normalidad” como una compañera de viaje que seguirá presente por unos cuentos meses más. Aprendamos a vivir con este tipo de medidas –el toque de queda- como lo que es: una acción temporal hasta que todo vuelva a ser como antes, porque de lo contrario, si no tomamos consciencia, volveremos a encerrarnos como a principios de año. ¿Acaso eso no sería peor?

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios