www.diariohispaniola.com
Gustavo Pernalete
Gustavo Pernalete

Gustavo Pernalete: Me gustaría tener una conversación, algún día

Por Gustavo Pernalete
viernes 25 de julio de 2014, 14:01h
La tecnología promete dejarnos hacer cualquier cosa, desde cualquier lugar y con cualquier persona, pero a la hora de establecer compromisos, coordinar temas en extremo sensibles o escuchar atentamente a nuestros colaboradores más cercanos, conversar es como respirar oxígeno. No tiene sustituto.
¿Estamos sacrificado la acción de conversar debido a hábitos como el envío de mensajes de texto y el uso de redes sociales?

En los lugares de trabajo los jóvenes han crecido evitando una conversación y aparecen comúnmente usando auriculares. Caminando por pasillo o bajo sus cascos en plantas, van juntos, pero cada uno en su propia burbuja, conectados a teclados y pantallas táctiles pequeñas.

Ahora están de moda los auriculares grandes, lo que permite convertir el escritorio en una cabina de helicóptero, sin filtraciones de ruido que nos hacen sentir que realmente estamos alzando vuelo.

En este silencio, la tecnología nos permite estar hiperconectados a distancia, pero sin acercarnos demasiado. Así vamos borrando la diferencia entre el acto físico emocional y relacional de conversar, y el "estar conectado a".

Esa pulcra cabina de helicóptero todavía no ha podido sustituir los tonos, los matices, los gestos y el contacto de dos que se miran y se hablan.

Y todo lo anterior me viene a la mente porque acabo de recordar que comunicación estratégica significa instalar temas de conversación, en el sentido físico y fisiológico de la expresión.

A pesar de la avanzada tecnológica y el uso extendido de las redes sociales, los principales problemas de comunicación en las organizaciones tienen su raíz en la vieja y efectiva conversación.

Según Boris Groysberg y Michael Slind, investigadores en Harvard University y autores del libro Talk Inc., las más recientes investigaciones y datos disponibles arrojan evidencia de cortocircuitos en las conversaciones entre los CEO´s y sus más estrechos colaboradores. Según ellos esto está claramente presente en los casos de escándalo financiero en Enron, de la falta de competitividad que arrastra a Nokia, y en el desastre de British Petroleum en el golfo de México.

La tecnología promete dejarnos hacer cualquier cosa, desde cualquier lugar y con cualquier persona, pero a la hora de establecer compromisos, coordinar temas en extremo sensibles o escuchar atentamente a nuestros colaboradores más cercanos, conversar es como respirar oxígeno. No tiene sustituto.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios