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Los ríos se están secando

Por Antonio Sánchez Hernández
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antonioasanchezhgmailcom/16/16/22
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martes 24 de julio de 2018, 21:56h
A los ríos no se les mata por la cola, sino por la cabeza. Se trata de proteger las cuencas altas y luego los lechos. Ing. Alfredo Alba Sánchez.

Ya desde la década del 1970, nuestros ríos comenzaban a mostrar las profundas cicatrices dejadas por los areneros, quienes recurrían a estas fuentes naturales gracias a su fácil acceso y a que las gravas y arenas tienen en el río el mejor costo del mercado: son gratis. Para la década de los años 80 la situación se tornaba patética, al extremo que el 29 de septiembre de 1986, el Presidente Joaquin Balaguer consciente del grave daño provocado a nuestros ríos, emitió el decreto No. 257 que prohíbe la extracción en los ríos Nigua, Nizao y Yubazo, por métodos manuales, mecánicos o de cualquier otra índole, es decir, prohibición total y absoluta.

Ese decreto, vigente y no derogado, no ha sido respetado ni por los areneros ni por los gobiernos sucesivos, al punto de que han seguido en el año 2000 las excavaciones mecánicas, no solo en estos ríos señalados por el decreto No. 257, sino en los demás ríos de la R.D. En una palabra, la devastación de los ríos y de su entorno es en la actualidad la política real de los agregados en todo el país. Y eso debe corregirse.

Y concluye: “La protección de los ríos, es un paso que debe darse ya, pero comenzando de una manera gradual. Que se protejan los lechos, pero que se permita por un tiempo extraer de las minas secas, de los viejos cauces, y sitios que no interfiera con el cauce del río. Que desde hoy se inicien los estudios de explotación de canteras, y que se proceda al traslado de las operaciones de agregados en un tiempo prudente. Es importante que seamos firmes en nuestras convicciones, y sepamos también proteger a la industria del agregado, pues también donde abundan las minas secas y las canteras, se oyen las voces de ecologistas protestando por los árboles que caen”, nos sugiere el Ing. Mairení N. Bournigal.

Opiniones del Ingeniero Geólogo Romeo Llinás. Daños irreversibles en la explotación de los agregados.

En su ponencia en el Seminario nos dice: "La forma en que se extraen los agregados de los cauces fluviales y la extracción indiscriminada que han hecho de los agregados de los ríos las empresas que los suministran a la industria de la construcción con el daño subsiguiente directo a la hidrología subterránea, la hidrología superficial y los procesos erosivos los suelos agrícolas, en las zonas de las terrazas fluviales, demandan establecer y aplicar políticas que se puedan mantener en el tiempo y que contribuyan con una explotación de los recursos naturales renovables y no renovables, con el objetivo de que dichas operaciones de explotación y beneficio sean sostenible y equitativo de tal forma que no logren el deterioro de las condiciones ambientales de su entorno sino que incluso coadyuven a mejorarlas". (Ing. Geólogo, Romeo Llinás: Nov. 1999).

"Analizando la situación que al presente ha provocado la explotación de los agregados en los cursos y terrazas de los ríos en todo el país, de primera impresión se aprecia una situación preocupante que debe ser analizada y evaluada a partir de datos que permitan análisis técnicos y científicos iniciando con los conocimientos geológicos y geomorfológicos de las corrientes fluviales como parte del modelado de la corteza terrestre y su interacción con las condiciones de la hidrología superficial y la hidrología subterránea"(Romeo Llinás: Nov. 1999).

Los areneros deben salir de los ríos y buscar otras alternativas, nos sugiere el ingeniero geólogo Romeo Llinás.

La importancia adquirida por la industria de agregados en la economía dominicana plantea que las soluciones se realicen tomando en consideración que los areneros deban salir de los ríos, como lo establece el decreto No. 257 expedido por el Dr. Balaguer, buscando otras alternativas. Se trata de alternativas económicas.

"Ahora bien, así como explicamos esta problemática, es indudable que nuestro país está compelido a buscar una solución que no paralice la industria de la construcción. Estamos ante una situación muy difícil, pero existen soluciones adecuadas con diferentes alternativas que son sostenibles ambientalmente, satisfaciendo la demanda de agregados a la construcción", nos sigue diciendo el Ingeniero geólogo Romeo Llinás.

Explotar canteras de rocas en forma competitiva.

“La solución, de acuerdo al Ingeniero Llinás, consiste en lograr que los industriales que extraen agregados de los ríos, exploten canteras de rocas en forma competitiva económicamente cuando se las compare con el costo de explotación de los cauces fluviales; para esto se debe considerar el costo del deterioro ambiental e introducirlo en los costos operacionales de la extracción de las cuencas fluviales". En una palabra, el Ing. Llinás propone que el daño ambiental debe ser contabilizado desde el punto de vista económico.

En efecto, de hacerse de esta manera, se vería que los costos de explotación de los agregados de los ríos son mayores en comparación con otras alternativas económicas, como sería la explotación de las calizas basada en una economía sustentable. Y se evitaría que nuestros ríos se sequen para siempre convirtiendo el país en un desierto, lo cual no solo viola la ley vigente sino que evitaría un crimen ecológico que atenta contra el presente y el futuro
económico de las próximas generaciones de dominicanos.

Modificaciones a la ley con la reforma del sector minero.

"Para lograr competitividad económica de la explotación de canteras de rocas frente a la extracción en los cauces de los ríos, tendríamos que hacerle una reforma a la Ley que se contemple, dentro de las modificaciones que se están analizando con la Reforma del Sector Minero, de manera tal que los empresarios que se dediquen a la extracción de agregados obtengan Concesiones para explotar canteras de roca, y que las sometan a los procesos de voladuras en los frentes de las minas, las transporten a las zonas de trituración o molienda; después sean sometidas a clasificación o tamizado para separar las distintas fracciones de tamaño y separación de los finos y tierra, y se obtengan de esta forma los diferentes tamaños de todos los agregados que se utilizan en la industria de la construcción.

Las modificaciones a la Ley deben analizar la posibilidad de establecer exenciones impositivas aduanales para la adquisición de los equipos de voladura, trituración, clasificación y transporte estrictamente dentro de las canteras, cuidando de que sea solamente a estos y no a los que intervengan en la industria del Mármol; y también se deberá analizar la conveniencia de otorgar exenciones impositivas a la renta imponible por un tiempo determinado y finito, para permitir un nivel de costo unitario de producción en los agregados de canteras que sea competitivo y logremos convencer a los empresarios de agregados que extraen materiales en los ríos de la conveniencia de que se desplacen a las canteras de rocas; esto así, en razón de lo fácil o poco complejo en que consiste la explotación de agregados en los ríos".(Romeo Llinás)

Opiniones del Ing. Alfredo Alba Sánchez, presidente de la asociación de empresas procesadores de agregados del Nizao.

El Ingeniero Alfredo Alba Sánchez, Presidente de las Empresas Procesadores de Agregados del Nizao, nos dice en su ponencia titulada “Los agregados, la Economía y la Ecología”: “Los agregados, arena y grava, constituyen más del 50% de todos los minerales consumidos en una sociedad. En nuestro país consumimos alrededor de 15 millones de metros cúbicos cada año, lo que equivaldría a una demanda de dos metros per cápita entre los dominicanos que si bien está muy por debajo de los niveles mundiales, refleja un continuo crecimiento, como lo demuestra el hecho de que la construcción se ha colocado en los últimos años en el primer lugar de los sectores que intervienen en la conformación del Producto Bruto Interno nacional.

Los agregados son básicos para el desarrollo de la economía urbana e industrial, construcciones, obras civiles e infraestructuras viales, por lo que la mayor demanda se registra en los grandes centros poblacionales, fundamentalmente en la capital de país y las áreas de mayor desarrollo industrial, turístico y urbanístico. Como consecuencia los yacimientos de agregados naturales explotados con mayor intensidad son los que se encuentran en las proximidades de los centros de mayor demanda, en los depósitos aluviales de los ríos y las canteras montañosas, interviniendo en el primero de los casos ecosistemas de ribera, terrenos de riqueza agrícola apreciable, así como, en el segundo caso, cuencas altas de los acuíferos de los ríos que limitan la disponibilidad de los recursos áridos”.


El caso de río Nizao: ejemplo típico de la industria extractiva de agregados.

“El río Nizao nace a dos mil ochocientos cuarenta metros de altura sobre el nivel medio del mar, en la ladera oeste de Alto Bandera en Valle Nuevo, en pleno corazón de la cordillera Central, recorriendo 133 kilómetros hasta desembocar en el Mar Caribe por pendientes muy inclinadas, lo que confiere a la corriente del cauce una velocidad considerablemente alta y al Nizao un alto poder de erosión y arrastre de material árido de su cauce.

De Ahí que se traslade una inmensa cantidad de material fragmentario muy variado en sus dimensiones que rueda por la inclinada gradiente media del río, que en la cuenca alta de más de 13 metros por kilómetro. El Nizao escurre de su cuenca más de 800 millones de metros cúbicos de agua al año, con un caudal promedio de 16 metros cúbicos por segundos desde que fuera estudiado en la década de los cincuenta por el consorcio Parsons Corp.-F. Bonnet-Boyle Corp., que dicho sea de paso recomendó el emplazamiento sobre su cauce de ocho grandes obras para la intervención regulación del río. Estas obras fueron las presas de Rancho Arriba, Jiguey, Aguacate, Valdesia y las Barías, el acueducto Valdesia –Santo Domingo y los canales Marcos A. Cabral y Nizao-Najayo.

De estas obras la única que falta por ejecutar es la primera, el embalse de Rancho Arriba. Con ellas se buscaba aprovechar un potencial hidroeléctrico de 680 megavatios, suministrar 6 metros cúbicos por segundo de agua a la ciudad de Santo Domingo para uso doméstico y aportar 12 metros cúbicos por segundo, para irrigar más de 200 mil tareas de tierras fértiles en las provincias de San Cristóbal y Peravia. Las siete obras realizadas se levantaron en los primeros 117 kilómetros del cauce del río, convirtiendo al Nizao en el complejo hidroeléctrico más importante del país.

En el contraembalse de las Barías está la obra de toma que alimenta con más de 12 metros cúbicos de agua por segundo los canales Marcos A. Cabral y Nizao/Najayo. Antes, en el embalse de Valdesia son captados 6 metros por segundos para alimentar el acueducto Valdesia/Santo Domingo que surte una parte del agua potable que se consume en la capital.

El criterio científico-técnico dominante en los momentos en que fueron realizadas estas intervenciones hidráulicas sobre el Nizao era el del aprovechamiento máximo de los recursos hídricos, por lo que no debía permitirse que una sola gota de agua fuese a perderse en el mar, resultando que aguas abajo del contraembalse de las Barías, haya quedado el cauce completamente seco, destinado a servir como canal de desagüe de las presas cuando los eventos hidrológicos de gran magnitud o el manejo de los embalses lo demanden, provocando las siguientes consecuencias:

1) Desaparición del caudal superficial desde el Contraembalse de las Barías hasta su desembocadura en el mar Caribe con una longitud de 16 kilómetros.

2) Desaparición de la fauna acuática en el mismo tramo.

3) Desaparición de la vegetación típica de sus orillas en igual trayecto.

4) Aumento de los daños provocados por los desbordamientos de esos últimos 16 kilómetros, ya que los volúmenes de inundación están regidos por los desahogos obligatorios de los embalses de las presas y no por las avenidas normales de su cuenca, siendo que los desahogos del contraembalse de las Barías arrojan inundaciones de 1000 a 1500 metros cúbicos por segundo.

5) Desaparición del uso recreativo del río desde Las Barías a su desembocadura.

6) Disminución del nivel freático de las aguas subterráneas de ese mismo tramo.

7) Disolución de la interdependencia entre la capacidad de almacenamiento de aguas subterráneas de las terrazas fluviales y el caudal superficial del río de Las Barías al mar Caribe.

8) Liberación de los depósitos granulares de su cuenca baja de cualquier compromiso hidráulico de importancia.

9) Conversión de los depósitos de áridos de esa cuenca baja en uno de los yacimientos de mayor importancia para la construcción en la ciudad de Santo
Domingo y zonas cercanas.

En otras palabras, los últimos 16 kilómetros del Nizao requiere la obligada intervención de la ingeniería y la ciencia ambiental para mitigar los impactos producidos por el régimen de regulación a que sido provechosamente sometido. Y concluye: “La adecuación del tramo localizado aguas abajo del sifón del canal Nizao-Najayo, realizada dentro de los criterios técnicos de canalización y conservación del cauce, posibilitará, en síntesis:
  • Control de las inundaciones;
  • Restitución del caudal ecológico ignorado por las intervenciones hidráulicas de la cuenca alta y baja.
  • Creación de importantes proyectos de acuacultura de alto nivel tecnológico.
  • Restitución de las masas boscosas en las terrazas del río.
• Recuperación de los suelos esterilizados por la erosión de las crecidas y avenidas del Río mediante creación de una nueva capa vegetal basada en la lombricultura.
• Transferencia tecnológica a pobladores de las zonas cercanas.
• Creación directa de más de 1300 empleos directos y 3 mil empleos indirectos.
• Oferta de agregados de optima calidad y alta resistencia a la industria de la construcción.
  • Aumento y diversificación de la actividad económica en el entorno geográfico.
• Mejoramiento de los caminos entre las diferentes comunidades.
• Incremento de los ingresos de los ayuntamientos involucrados en las extracciones y el transporte de los agregados.
• Mantenimiento de niveles aceptables en los costos de las construcciones.

La extracción de materiales áridos para agregados destinados a la construcción, las obras civiles y las estructuras viales, como toda explotación minera a cielo abierto, donde quiera que se realicen, producen un determinado impacto ambiental con diferentes niveles de magnitud e importancia y con distintos grados de dificultad y negatividad para su amortiguamiento y superación. Se precisa de estudios específicos para cada yacimiento o zona de explotación en particular que permitan determinar su impacto ambiental, magnitud e importancia, lo que pasa en Nizao no necesariamente ocurre en otros ríos”.

Hace 38 años que el problema está planteado.

Ya en agosto de 1980, hace treinta y ocho años, el Ing. Victor Montero sugería una serie de incentivos para el desarrollo de la industria de la construcción y la explotación de canteras de rocas. Entre ellos destacaban tres incentivos en particular: a) Concesiones de explotación por 20 años. b) Exención de pago de impuestos para extracción, por un término de diez años. C) Exoneración de maquinarias para el laboreo minero, explosivos, vehículos etc. De manera que el problema de los agregados viene ya desde muy lejos. Lo que sigue siendo cercano es nuestra capacidad para posponer los problemas públicos hasta que hacen crisis y metástasis en la sociedad dominicana. (Ing. Víctor Montero: 1980 ).
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