Con el director de su más reciente película, el argentino
Lecchi, ha trabajado en varios filmes.
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La actriz española Ariadna Gil. |
Ariadna Gil: "El que no ha entrado en una sala no sabe lo que es ver cine"
Por EFE
jueves 27 de junio de 2013, 07:54h
La
actriz española Ariadna Gil, que el próximo 12 de julio estrena en España
"Sola contigo", un "thriller" hipnótico y oscuro del que es
protagonista absoluta, está convencida de que ir al cine es una experiencia irrepetible
que las nuevas generaciones se están perdiendo por el "mal hábito" de
ver películas en el ordenador.
"El
que no ha entrado en una sala no sabe lo que es el cine", asegura en una
entrevista con Efe la actriz ganadora de un Óscar compartido por "Belle
epoque" (1992), que le dio su, de momento, único Goya como mejor actriz
principal, en una carrera con más de 40 largometrajes, con títulos como
"Lágrimas negras", "El laberinto del fauno", "Amo tu
cama rica", "Alatriste" o "Soldados de Salamina".
Aunque
reconoce que la crisis de espectadores no es un problema único de España, sí
considera que es más acusado aquí por la diferencia de "cómo se trata,
cómo se cuida, cómo se habla de él a todos los niveles, y cómo se educa en la
cultura del cine. No puedes obligar a la gente por la calle a que vaya al cine,
es un acto de libertad", subraya.
Y los que elijan "Sola
contigo" se encontrarán con un recital interpretativo de la versátil Gil,
hoy enfundada en un mono negro que destacaba aún más la blancura de su piel y
su sonrisa, que, por cierto, no aparece ni una vez en la cinta. "Es que
esta mujer está en un infierno, comida por la culpa. Lleva años castigándose
por algo que pasó y no ha podido remediar; vive en una especie de letargo"
al que le ha llevado un error del que no es capaz de recuperarse, explica.
"Lo
que le pasa a esta mujer, que es alcohólica, le puede pasar a cualquiera; un
despiste, y tu vida puede cambiar radicalmente", advierte. "Sola
contigo", rodada íntegramente en Buenos Aires, cuenta la historia de una
mujer divorciada que tiene una orden judicial que le impide ver a sus hijas,
aunque lo intenta, mientras un desconocido le anuncia por teléfono que la
matará, pero antes debe saldar cuentas con aquellos a los que hizo daño.
El
guión, también escrito por el director argentino Alberto Lecchi, con el que Gil
ha rodado otras tres películas, "enganchó muchísimo" a la actriz,
sobre todo por "esa sensación de buscar los por qué" del personaje
que le impactó mucho. "Me pareció un desafío brutal, porque es muy
contenido, y a la vez, constante. No es un personaje simpático ni
empático", explica. "Es un drama muy interior, pero también es género
puro: la estructura de la película es un 'thriller' clásico donde hay un asesino
que no sabes quién es y no es hasta el final cuando lo descubres todo y todo te
encaja. Para mí -señala Gil- es ese cine negro que te deja pensando: ¡ah,
claro, era 'esto'!, y me encanta".
"Esto", como dice Ariadna,
son mentiras tras mentiras artesanalmente hilvanadas por Lecchi, que decide
otorgar al protagonista masculino, un inspector de policía al que da vida
Leonardo Sbaraglia, la habilidad del diablo para manejar el caso. "Solo
hay un personaje sincero", explica Lecchi a Efe, Florencia, la secretaria
y amiga de María Teresa (Sabrina Garciarena), pero el resto son "incluso
peores que ella".
El trabajo, explica el director, fue una especie de
puzzle, "muy complejo desde el punto de vista de la dirección (...),
porque lo que había que mostrar no era la verdad; era difícil de
delinear", por lo que precisó de la complicidad de los actores. Después de
once largometrajes, entre ellos, la premiada "Nueces para el amor"
(2000) también con Gil, Lecchi se define como un director sin referentes "fanáticos"
-"puedo salir de una película de un grande y decir 'no me gustó'",
explica-, y confiesa que le tiene "un miedo atroz al éxito y al
fracaso", un miedo "patológico".
Reconoce la preocupación por la
desafección del público español a las salas: "Es normal en una crisis que
la gente cuide más su bolsillo, pero lo que pasa es que ahora hay dos películas
pochocleras americanas que copan las salas y parece que si no vas a verlas eres
un tarado, cuando es al revés", ironiza. "Pero yo tengo esperanzas
-apunta-, cuando salió el vídeo también parecía que se moría el cine, pero a la
larga, se va a ver que el cine se tiene que ver en el cine; será difícil y
habrá que descubrir otra manera de solventar las películas porque si no, no se
podrá recuperar la inversión, pero ese es el gran trabajo", resume.