La experiencia de la Insurrección de Abril de 1965 demuestra que el pueblo dominicano sí puede alcanzar sus metas más anheladas cuando logra la unidad de acción contra los obstáculos políticos que impiden su victoria. Los grupos criollos partidarios del autoritarismo y la misión militar estadounidense propiciaron el golpe de Estado contra el gobierno legítimo del profesor Bosch para impedir que el pueblo disfrutara de las conquistas políticas, económicas y sociales consagradas en la Constitución de 1963, clara negación de la dictadura de Trujillo.
Santo
Domingo. La Insurrección de Abril de 1965, para reponer el gobierno
democrático del profesor Juan Bosch, fue posible gracias a la unidad de acción
de los militares constitucionalistas, la dirigencia perredeísta de entonces, la
izquierda y, sobre todo, la participación decisiva del pueblo en aquellos
acontecimientos.
Para el
Frente Amplio esa es la principal experiencia política que puede extraer hoy, y
proyectar hacia el futuro, el pueblo dominicano de lo ocurrido hace 49 años,
uno de los momentos estelares en la historia patria.
Los
grupos criollos partidarios del autoritarismo y la misión militar
estadounidense propiciaron el golpe de Estado contra el gobierno legítimo del
profesor Bosch para impedir que el pueblo disfrutara de las conquistas
políticas, económicas y sociales consagradas en la Constitución de 1963, clara
negación de la dictadura de Trujillo.
Los
militares constitucionalistas, encabezados por los oficiales Fernández
Domínguez, Hernando Ramírez, Caamaño Deñó, Montes Arache, Lora Fernández,
Lachapelle Díaz, los sargentos Lantigua Bravo, Méndez Batista y otros,
interpretaron certeramente el sentir popular de retorno a la constitucionalidad
sin elecciones y entendieron bien la imperiosa necesidad de coordinar su acción
con el liderazgo del doctor José Francisco Peña Gómez, quien llamó a las masas
a lanzarse a las calles en aquel histórico día.
Dirigentes
y militantes izquierdistas participaron activamente en los combates contra la
parte reaccionaria de las Fuerzas Armadas, aportando su experiencia en la conducción
de la guerra con combatientes destacados como Juan Miguel Román, Fafa Taveras,
Maximiliano Gómez (El Moreno), Asdrúbal Domínguez, Homero Hernández, Amín Abel
Hasbún, Silvano Lora, Juan Ramón Mejía (Pichirilo), Roberto Duvergé, Amaury
Germán Aristy, Aniana Vargas, Teresita Espaillat, Enma Tavárez Justo, Norge
Botello y otros (as).
El
hermano pueblo haitiano aportó su cuota de sacrificio en aquellos combates con
el mártir Jacques Viau Renaud, del comando integrado por hombres y mujeres del
vecino país. También corrió la sangre de los entrenadores italiano y francés
Ilio Capocci y André Riviere.
Los
hombres y mujeres del Frente Amplio recordamos que fue esa heterogénea
confluencia de fuerzas políticas y militares lo que hizo posible el triunfo
popular, con la derrota en tres días de los golpistas encabezados por Elías
Wessin y la dirigencia civil derechista que personificaba Donald Read Cabral,
titular del régimen ilegal del Triunvirato.
Sólo la
abusiva intervención de decenas de miles de marines de Estados Unidos, ordenada
por el entonces presidente Lyndon Johnson, pudo contener el arrollador avance
de las fuerzas populares dominicanas contra los grupos contrarios a sus
legítimas aspiraciones de libertades públicas y adecuada redistribución de las
riquezas producidas por toda la gente de esta media isla.
La
experiencia de la Insurrección de Abril de 1965 demuestra que el pueblo
dominicano sí puede alcanzar sus metas más anheladas cuando logra la unidad de
acción contra los obstáculos políticos que impiden su victoria.
Fuente: Desahogo Dominicano