Para muchos analistas y profesores la enseñanza del inglés
es un "imperativo" para lograr la plena inserción laboral
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Estudiantes latinos en Dallas, Texas. |
Inmigrantes en Estados Unidos necesitan 48 meses para aprender inglés a nivel profesional
Por EFE
sábado 15 de junio de 2013, 02:55h
Los
inmigrantes recién llegados a EE.UU. requieren una media de cuatro años para
lograr el nivel suficiente de dominio del inglés que les permita desenvolverse
sin problemas e incluso escalar en su sector profesional, según destacó hoy la
directora ejecutiva de un centro especializado.
Mercedes
Lemp, responsable del centro "Language ETC" de Washington, indicó que
es necesario que los recién llegados acudan a clases de inglés regularmente
durante los primeros años para lograr este nivel, algo fundamental a su juicio
si se quiere acceder a determinados empleos "o medrar en el que ya se
tiene".
"Los inmigrantes quieren aprender inglés tanto para poder
comunicarse como para satisfacer sus objetivos profesionales, pero éste es un
proceso muy largo", indicó Lemp, quien lamentó la "falta de programas
y de recursos" que, a su juicio, "impide" a muchos alcanzar este
objetivo.
"En 'Language ETC' (que trabaja focalizado en la enseñanza de
lengua a inmigrantes con pocos recursos a base de profesores voluntarios) nos
encontramos muchas veces con que los estudiantes no saben leer o escribir en su
propia lengua, de modo que no sólo debemos enseñarles inglés, sino ir más
allá", explicó Lemp.
En una conferencia telefónica celebrada hoy para
abordar distintos aspectos del debate sobre la reforma migratoria, la directora
ejecutiva del centro de idiomas pidió más ayudas para la enseñanza del inglés a
los inmigrantes, un "imperativo" para lograr su plena inserción en el
entorno laboral.
Adán Vargas, un joven mexicano que se trasladó a vivir a
EE.UU. con veinte años y sin hablar una palabra de inglés, tardó precisamente
cuatro años hasta dominar el idioma a nivel profesional, un logro que, según
él, le permitió escalar desde empleos poco cualificados en el sector de la
construcción a un puesto de superintendente en la constructora Anning-Johnson. "A
medida que aprendía y mejoraba mi inglés, me diferenciaba del resto de
trabajadores, y desde la compañía me pedían asumir más responsabilidades",
indicó Adán.