El presidente dominicano, Danilo Medina, se sumó esta semana a la larga lista de gobernantes de América que han decidido lanzarse a la reelección, apoyada, en este caso, en una altísima popularidad y en la total fragmentación de la oposición .
Santo Domingo, (EFE).- Tras un silencio de meses, Medina, economista de 63 años, dijo finalmente el miércoles en un discurso a la nación que dejaba en manos del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) la decisión de postularlo a las elecciones del año próximo, tras la reciente reforma a la Constitución para reintroducir la reelección presidencial por dos periodos consecutivos.
El cambio constitucional fue propuesto por la mayoría de los miembros del influyente comité político del PLD y su discusión, aprobación y proclamación se dio en menos de mes y medio en el Congreso Nacional, controlado por el partido del Gobierno.
En este tiempo, Medina, quien cumplirá su cuatrienio en agosto de 2016, nunca dijo si aceptaría o no presentarse a un nuevo periodo en las elecciones del próximo año, mientras la clase política y la prensa mantenían opiniones divididas sobre este particular.
En su esperado e inusual discurso del miércoles, el gobernante justificó la reintroducción en la Constitución local de la reelección por dos periodos consecutivos y nunca más, igual al lo que ocurre en Estados Unidos, un referente para el país caribeño.
De acuerdo con Medina, la nueva Carta Magna, proclamada el pasado 12 de junio, está a tono con el deseo de la mayoría del pueblo dominicano, y estimó que cuatro años resultarían insuficientes para concluir una obra de Gobierno como la que él encabeza.
Aunque admitió que había mostrado renuencia al tema de la reelección, se convenció de que la mayoría de los ciudadanos está, como lo registran todas las encuestas hechas públicas, a favor de que vuelva a presentarse para un nuevo cuatrienio.
"Si el partido me postula como candidato presidencial podré concurrir a otro mandato y, entonces, el pueblo me daría otra oportunidad de seguir al frente del Gobierno", expresó.
Si bien el jefe de Estado goza de una alta popularidad, el cambio constitucional no estuvo exento de críticas en el seno del PLD, incluso, el presidente de ese partido, el exgobernante Leonel Fernández, lo condicionó a la celebración de un referendo en el que participe al menos el 60 % de los votantes inscritos en el registro electoral.
Fernández (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012) advirtió de que una modificación constitucional sin la celebración de un referendo, sería "sumamente peligroso, nefasto y catastrófico" y abriría la posibilidad de que alguien intente perpetuarse en el poder.
Pero pese a esa rotundidad, unos pocos días después de que Fernández expresara su postura, el PLD anunció la firma de un acuerdo "histórico", que determinó el compromiso del exmandatario y de los legisladores de su corriente de apoyar las aspiraciones de Medina de seguir al frente del Gobierno.
Para lograr la reintroducción de la reelección, el oficialismo contó con el respaldo de su aliado el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y con el del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), hasta el año pasado el principal partido opositor del PLD.
A lo largo del debate en el Congreso Nacional surgieron denuncias de los supuestos sobornos recibidos por votar a favor del cambio constitucional, lo que ha sido rechazo por el oficialismo y que ha quedado en agua de borrajas de cara a la galería.
Las denuncias vinieron sobretodo del Partido Revolucionario Moderno (PRM), surgido en 2014 tras la división del PRD.
Diputados del PRM nombraron con nombres y apellidos a los funcionarios que presuntamente habían intentado sobornarles para que dieran su visto bueno a la reforma e, incluso, pidieron una investigación al ministerio público, aunque sin presentar pruebas.
Los cuestionamientos también vinieron de la acera del partido minoritario Fuerza Nacional Progresista (FNP), quien en un claro rechazo a la reforma constitucional decidió poner punto final a la alianza que mantuvo por más de 20 años con el PLD y abandonar los cargos que ejercía en el Gobierno, entre ellos, el Ministerio de Energía y Minas y la Dirección General de Migración.
La FNP favorece, como Fernández, que la reelección pase primero por un referendo, aunque, contrario al exjefe de Estado, no ha dado su brazo a torcer y asegura que "la ignominia será derrotada".Marta Florián/ EFE
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