Puerto Rico.- La liquidez del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) de Puerto
Rico se redujo un 8,5 % en abril si se compara con el mes anterior, hasta los
1.024 millones de dólares, según desveló hoy el brazo financiero de Gobierno de
la isla.
Esta caída se suma a la de marzo, cuando la liquidez quedó en
1.118 millones de dólares, lo que supuso un descenso del 9 %, en línea con lo
ocurrido en los últimos meses.
En 2014, la liquidez del Gobierno de la isla triplicaba a la
actual y las autoridades temen que en poco tiempo este Estado Libre Asociado a
EE.UU. se quede sin fondos para pagar a sus funcionarios, mantener los
servicios básicos a la ciudadanía o atender los compromisos con los bonistas
derivados de su ingente deuda.
De hecho, la calificación de la deuda de Puerto Rico, que en
conjunto asciende a más de 73.000 millones de dólares, está en grado
especulativo, el reservado para los llamados "bonos basura" o
"chatarra".
El Gobierno tenía previsto recuperar esa confianza con la
presentación de una ambiciosa reforma contributiva con la que pretendía aumentar
la recaudación y reducir el fraude, pero la oposición del Legislativo
-incluidos parte de los legisladores del partido gobernante- lo han impedido.
Tras meses de negociaciones y a falta de un mes y medio para
que empiece el próximo ejercicio fiscal, el Ejecutivo parece haber logrado el
apoyo de sus propios legisladores para aprobar una reforma que no es tan
ambiciosa como la inicial pero que podría elevar la recaudación.
Durante la semana que viene se tratará en el Parlamento local
de aprobar esta última propuesta, que incluye una subida del actual Impuesto
sobre Ventas y Uso (IVU) del 7 % al 11,5 % e imponer un Impuesto sobre el Valor
Añadidio (IVA) del 4 % a los servicios entre empresas, que ahora está exentos
de tributación.
Además, establece que en un plazo de nueve meses el IVU se
transformará en un IVA del 10,5 %, una medida a medio camino de lo que buscaba
el gobernador y que seguirá obligando a aplicar importantes recortes si se
quiere pagar la deuda contraída con los inversores.
Así, el Gobierno calcula que con esto podría elevar en 1.200
millones de dólares la recaudación, lo que unido a recortes de 500 millones en
el gasto público podría permitir la presentación de un presupuesto equilibrado,
que no incurra en más déficit.
Otro frente abierto que preocupa es el del sistema de salud
pública, que en palabras del propio Gobierno en un comunicado remitido hoy a la
comunidad internacional, está "al borde del colapso inminente" si
Washington no interviene.
El sector sanitario supone el 20 % del producto interno bruto
(PIB) de la isla, "por lo que un colapso no sólo amenazaría el cuidado de
millones de ciudadanos estadounidenses (los puertorriqueños tienen pasaporte de
EE.UU.) sino que también lastraría considerablemente la economía ya débil de la
isla".