La semana pasada la dediqué en exclusiva a la
lectura de los análisis publicados en los últimos 50 años por el establishment
estadounidense en lo referente a su seguridad defensiva, a su visión del mundo
y a las diversas opciones planteadas sobre su política exterior. Tragarse todo
eso en una semana es prácticamente imposible pero con un titánico esfuerzo de
síntesis y con ganas de saber, es
posible "repasar" las distintas doctrinas y acercarnos al día de hoy para poder
comprender a estos Estados Unidos dirigidos por Barack Obama: el presidente más
criticado en todo el mundo y en su propio país por su extraña y confusa
política, en todos los frentes, y especialmente en la cancha de la diplomacia
internacional. La mastodóntica tarea no era muy atractiva debido la profusión
de textos, pródiga en correcciones a las primeras ediciones y a las primeras
salidas a la luz pública, algo muy propio de las élites políticas
norteamericanas cuando las distintas comisiones del Congreso ponen sus ojos
críticos sobre los estudios e informes elaborados por sus "sabios"... pero confieso que me animé por un detalle
aparentemente frívolo y superficial: antes de enfrascarme en la tarea, me tomé
un café mientras no estaba seguro de zamparme por completo, otra vez, la
simplona pero curiosa historia del capitán Nathan Algren (Tom Cruise) en el
Japón del siglo XIX...
Ver de nuevo la película
El
último samurai, del belicoso director estadounidense Edward Zwick, me sirvió para darle forma y
cierto sentido a un discurso sobre la guerra y sus estrategias que hoy es de
crucial importancia para entender lo que realmente está pasando en el mundo
mientras Obama afirma una cosa y al día
siguiente dice lo contrario, o Vladímir Putin señala a los yankees como
potencia arrogante y -pasada una semana-
los llama luego cariñosamente socios...
Digo que Edward Zwick es
"belicoso" no por crítica cruel ni desprecio sino todo lo contrario: me gustan
sus trabajos cinematográficos porque en casi todos ellos el paisaje es la
guerra y todos sus personajes, perfectamente tratados, se explayan en
manifestar sus pasiones sobre el amor, el erotismo y el sexo, perfectamente "condimentados"
con los ideales políticos y la expresión más filosófica de amistad, deber,
valor y honor.
En líneas generales y para no extenderme mucho
en este entretenido filme. Mi intención es explicarles la evolución en la forma
de pensar sobre la guerra y debo dejar claro que, si somos serios en cuestiones
historiográficas, tendríamos que tirar a la basura el 90% de este tipo de películas; pero también hay que reconocer que el capitán
Nathan Algren como héroe americano curtido en combate durante la guerra civil
americana, Katsumoto como el último líder de un antiguo linaje de guerreros
samuráis y la deliciosa, dulce y preciosa venus nipona Koyuki (Taka), nos
muestran, como en todas las películas de guerra aparentemente intrascendentes y
disparatadas, lo que es la vida y cómo se nos recuerda que la guerra siempre
estuvo ahí, naturalmente acompañada por el amor y la muerte. ¿Pero quién no ha
deseado en algún momento de desesperación o desengaño desaparecer de este
asqueroso mundo en guerra permanente y encontrar un último refugio de paz?.
¿Quién no ha soñado con encontrar esa belleza de mujer japonesa y vivir
apartado en esas tierras altas una bella historia de amor? ¿Quién no ha deseado
con toda la fuerza de su corazón vivir al margen de la primera Gran Guerra en
Europa en el idílico rancho de Montana del británico coronel Ludlow (Anthony Hopkins) y sus tres hijos en Leyendas de
pasión para dar sentido a nuestra insignificante existencia?
Los potenciales enemigos de Estados
Unidos... dos grandes y uno pequeño...
Bien, pues esta introducción nos permite
ambientarnos para hablar hoy de países exóticos; de la guerra que nunca se ha ido de nuestras
vidas, de China, de Rusia, de Persia y de todo ese "idílico" Oriente Medio que
soñaba Lawrence de Arabia... Fíjense que podemos volver al cine pero, esta vez,
apoyándonos en una de las consideradas mejores películas de la historia del
séptimo arte. Un filme británico que se elevó, por sí mismo y por la maestría
de su director David Lean, a la
condición de obra maestra "certificada" por el American Film Institute; una
inolvidable interpretación del genial Peter O'Toole fallecido hace solo poco
más de dos años. Un monstruo sagrado de la interpretación que supo, con todo
carácter y sentido del humor, "clavar"
el personaje de un glorioso espía militar inglés, enlace en El Cairo de la
Inteligencia Militar Británica, que era
todo lo contrario de lo que se piensa de un hombre de guerra... el díscolo,
culto, experto en árabe y profundamente conocedor de la cultura beduina; un
Lawrence de rasgos, estilo y amores inconfesables, del que se había ocultado su
exquisita homosexualidad en defensa de la imagen de un "Héroe del Imperio" que
podría fácilmente ser arrojado al estercolero de la Historia por una perversa
sociedad victoriana que manejaba la homofobia con el mismo cinismo que la
misoginia. Espero pues, que se vayan situando en este mundo de amor y de guerra
para comprender que no vemos nada de la "realidad" porque un potente aparato de
poder es el verdadero "Director" de un gran relato audiovisual que, sin lugar a
dudas, está muy por encima de una representación cinematográfica considerada
obra de arte, cuando en realidad la obra de arte es todo el gran teatro del
mundo realizado y puesto en escena para que usted sea solamente un simple
espectador del gran teatro de la Historia.
Pero una cosa es la fantasía amorosa y otra
bien distinta, la realidad de la guerra.
Desde luego los militares chinos no andan muy descaminados cuando
barruntan desde hace veinte años que los Estados Unidos han señalado a la
República Popular China como el principal enemigo en el siglo XXI para las tropas del Pentágono. Según Pekín,
el endulzado lenguaje de Washington para catalogar a China como un serio "competidor"
en la carrera por la hegemonía global, no hace otra cosa que revelar para la
cultura y filosofía chinas el amplio abanico de eufemismos desplegados por los
laboratorios de ideas estadounidenses para poder manifestar en el lenguaje
económico -o simplemente
diplomático- lo que no se puede expresar
de forma suave o decorosa sin haber declarado una guerra abiertamente o incluso
cuando comienzan las disputas y hostilidades por asuntos de interés territorial
que podrían ser catalogados de "cierta gravedad" al llevar implícitos los intereses
económicos derivados de las fuentes de energía y otras riquezas en el tablero
que se disputa. La "pelea" chino-japonesa por las islas Senkaku no es tan
simple como obtener el derecho de pesca en aguas territoriales o tener acceso a
los recursos petrolíferos y gasísticos de la zona. Es algo más: a Estados
Unidos le preocupa el crecimiento militar de China y su necesidad de expandirse
a costa de los países vecinos...
El gran error de los ayatolas iraníes y el
"titubeo" de Moscú para elegir a sus aliados...
Todo lo que sería una expresión dura o
malsonante, cuando francamente se hace ver al contrincante que "lo que es
mío es mío y no voy a permitir que te lo lleves", se vuelve realmente complejo si lo que
quieres es establecer un periodo adecuado de negociaciones reflexivas en torno
a los intereses de una y otra parte. El establishment estadounidense
reconoce, desde hace dos décadas, que se enfrenta a un serio "adversario"
económico al que no puede tratar como a los iraníes o a los rusos. Con los
gobernantes persas no tiene problemas de envergadura ya que los iraníes
simplemente son candidatos a ser una potencia regional que no ha tenido el
menor recato de demostrarle a Washington que Persia maneja recursos de cierta
importancia para desestabilizar todo el Oriente Medio. Esa "simpleza", según
los teóricos del Departamento de Defensa, explica que Teherán solo maneja una
burda guerra de propaganda enarbolando una "bandera palestina" cuyo mástil le
arderá en las manos corriendo el riesgo adicional de que el fuego palestino
queme la suya propia; una bandera de la República islámica de Irán que poco a
poco se decolora y que a la vuelta de la esquina puede desaparecer dejando paso
a otra en la que los clérigos persas no serían parte de la nueva simbología
patria... Otra Estado fallido -lectura de Washington- para bravucones y fanáticos islamistas...
Rusia, en cambio, es un ente político y
cultural que posee la "animalidad" militar adecuada para ser potencia regional
en la "clandestinidad"... Entiéndase esa animalidad como la visión en términos
militares que tiene Occidente sobre sus socios o sus potenciales enemigos... Se
decía en Estados Unidos, hace 25 años, allá por 1990, que si el Kremlin sabe lo
que le conviene, su única salida decente es Europa; asociarse con la Unión
Europea porque la misma peligrosidad que presienten los U.S.A. con respecto a la China del futuro es
ya "aliento chino en el cogote" para la élite de Moscú... Los "sabios" rusos dedicados al profundo
estudio sobre la supervivencia de la nueva Rusia inventada por Vladímir Putin
en el concierto mundial, ya dan por hecho que una elección errónea de aliados,
puede derrumbar definitivamente el nacionalismo ruso y convertir a la heredera
legal de la URSS en un estado "tapón" fácilmente comestible para el apetito de
recursos energéticos de China y la imperiosa y vital necesidad de Pekín de territorio y recursos
para expandirse. Ningún análisis cabal y ningún estudio fiable, eleva hoy a
Rusia a la condición de potencia regional si no es a través de una colaboración
"clandestina" con sus socios europeos y estadounidenses. Sirva esto para
comprender la absurda idea de representar una nueva guerra fría y la
cabezonería de Washington a la hora de conformar una multipolaridad teatral que
no existe en la realidad. De ahí mi apreciación sobre esta Rusia de Putin que
mantiene "relaciones clandestinas" con Occidente en lo que respecta al orden
global.
En un mundo de hambre y miseria, ya no
prometen paraísos donde abunda la comida; ríos de leche y miel... sino una gran
casa de putas para deleite de violadores y pederastas...
Lawrence de Arabia o el general Gordon de
Khartum no son dos fantasmas británicos del colonialismo como pretenden los
advenedizos de lo que se ha dado en llamar hoy "politólogos" o "analistas" de
esos tanques de pensamiento que tanto abundan en las instituciones
gubernamentales para tratar de "orientar" a los estudiosos y -incluso- a la
ciudadanía en la interpretación de la política y sobre todo en su manifestación
más extrema que es la guerra... algo
-por cierto- bastante sospechoso
debido a los intereses nacionales que se barajan y barruntan en esos
laboratorios de ideas... La visión global que estos dos personajes, dejaron
perfectamente asentada en la Filosofía Política es que la guerra, el amor y la muerte son
consustanciales en el ser humano desde que aparecemos en este mundo. Estos dos
militares británicos no eran tan colonialistas como se pretende
encorsetar a todo el que pone los pies en el Oriente Medio sino dos visionarios
que de forma generosa, lúcida y espléndida, soñaban con un suerte de
globalización más humana que la que estamos padeciendo hoy.
No deja de ser curioso que los mediocres
políticos de la Unión Europea no vean una nueva forma de "colonialismo" o
incluso "invasión" en los centenares de miles de migrantes que, cada año, las mafias y los servicios de inteligencia
árabes han diseñado para abarrotar Europa de "desesperados de la tierra"
que a ellos les sobra y le viene de perlas para desestabilizar a un Viejo
Continente, exhausto y con más de 20 millones de parados, que ya no recuerda de
dónde viene y mucho menos hacia dónde va... Los más de 18 millones de
musulmanes europeos nadie sabe explicarlos y mucho menos explicable es para
ellos el fenómeno social que entraña la masiva llegada de seres humanos con los
que nadie sabe qué hacer porque la Unión Europea también es otro "barco" que ha
llegado a la terrible situación de no poder mantenerse a flote como en toda
metáfora de aviso inminente de "naufragio" político y social. Estamos asistiendo no a un "suicidio
colectivo" de hombres, mujeres y niños
africanos y orientales... porque la surrealista sociedad posmoderna nos está
ofreciendo un crimen social producto -no estoy muy seguro de ninguna
neutralidad- de las guerras y un auténtico y terrible genocidio por entregas
del que nadie nunca se va a responsabilizar.
La guerra, el amor y la muerte -como están viendo ustedes- son de la
misma sustancia, esencia y naturaleza invisible que las nuevas tácticas y
estrategias para combatir al enemigo...
No es una exageración si les digo que vivimos
en una sociedad caracterizada por la absoluta vacuidad del discurso político,
una representación espectacular de la diplomacia y de la toma de decisiones
gestionada, casi a la perfección, por
las oscuras oficinas del control de masas que en los últimos 30 años ha
determinado que la casi totalidad de la ciudadanía mundial se caracterice, a su
vez, por una ausencia absoluta de formación política que avergonzaría incluso a
los mendigos aficionados a la filosofía de la Grecia antigua. Da la sensación
de que el único recurso que le queda a esa suerte de rebaño de cabras
desquiciadas y asesinas es la aceptación, incluso con amor, de una sodomización
intelectual ejercitada por moros y persas de la más baja extracción política,
cultural y religiosa que prometen paraísos con harenes multitudinarios de
mujeres con vaginas inmaculadas como premio... En pleno siglo XXI, este relato
metafísico creado por las más abominables dictaduras teocráticas islámicas,
también ha determinado que el Islam esté situado hoy al borde de un precipicio
que difícilmente podrá sortear si no fuera porque otros musulmanes, con las
técnicas y estrategias más perversas -todo hay que decirlo- hayan hecho frente a Teherán para tratar de
"salvar los muebles" de una religión en un mundo que asiste aterrorizado a las
consecuencias de la lectura fanática de un libro sagrado del que ya, casi
todos, opinan que es un perverso manual
misógino de guerra a muerte contra la pecaminosa cultura occidental...
Se empeñan los "arabizados", los conversos
extasiados y todos los antiamericanos del planeta, en hacernos creer que no
existe una guerra sin cuartel y a muerte entre los musulmanes, porque todos
ellos se quieren mucho y -por lo visto- deberíamos entender que esta orgía de
crímenes islamista es obra de los americanos... Bueno... supongamos que sea
cierto y forme parte de una estrategia de guerra, pero entonces la pregunta del
millón a los musulmanes sería: ¿No te creías muy listo y decías que para
destruir a Israel, a los sionistas americanos, a Europa y a todos los infieles
del planeta valía todo?... Pues aplícate
la misma regla porque ahora van a por ti y no pararán hasta colgarte del cuello
con una soga... Eso en el mejor de los casos... ¿Por qué va a ocurrir eso?...
Si nos atenemos a lo que la historia reciente nos muestra, no hay ninguna duda
que a los clérigos persas les espera el mismo final que a Gadafi... Así se
piensa en la élite estadounidense, y así se teme en sus aliados de Europa. Pues
de eso trata este artículo. Les voy a explicar cómo ha cambiado todo, de forma
absoluta, en lo que respecta a las nuevas formas de guerra y las teorías que se
manejan para atajar un mal que ya es considerado la representación del infierno
en todo el tablero de Oriente Medio. Un infierno mucho menos poético que el del
maestro de la lírica, Dante Alighieri, pero un
perfecto ejemplo de Divina comedia para que todos los incultos del planeta acepten,
de buen grado, la guerra como la genuina banda sonora en esta vida, de todas
las generaciones de la historia.
Los dramaturgos del Kremlin y su seria
candidatura al premio Nobel...
Bueno, no creo que puedan negar mi esfuerzo
pedagógico por describir y aclarar que en todo este territorio de la satrapía
que es el Middle East, se mueven "entes"
nacionales y dirigentes de los que le cuentan algo a usted todos los días. No
me pueden negar que lo más curioso de todo esto es que casi nadie sabe quién es
el enemigo y cada cual dice lo que le sale de los cojones presentándose al mundo
¡como analistas geopolíticos! ¡tal como suena! Te dicen que Cuba es el enemigo
irreconciliable de los Estados Unidos cuando llevo dos años diciendo, en
artículos publicados en medio mundo, que a Cuba había que salvarla y sacarla,
cuanto antes, de esta obra teatral malamente orquestada para que la chusma
mundial entendiera que ni Cuba, ni Rusia, son enemigos de Washington ni de
nadie... pero ahí están todavía, dale que dale, conque si Rusia está invadiendo
militarmente Sudamérica y chorradas como que "ha colocado misiles atómicos
en La Havana" y para colmo, además, está armando y asesorando a los burros
bolivarianos para acojonar a la Casa Blanca... Esto es lo que hay en la
perturbada prensa antihegemónica. Esto es lo único que puede y sabe manejar esa
chusma nostálgica de revoluciones que nunca han existido y nunca existirán.
Este es el vodevil que coprotagoniza la Rusia
de Putin como importantísimo elenco de actores de la geopolítica. No sé hasta
qué punto esta frívola tragicomedia ucraniana puede resultar exitosa para
conseguir la paz en el Dombás pero por el camino que lleva la demora en la
entrega de los buques de asalto anfibio de la clase BPC- Mistral, "bâtiments
de projection et de commandement", puedo apostar que ese drama orquestado
sobre la industria naval, se vendrá abajo como obra teatral cuando dentro de
muy poco los barcos naveguen inevitablemente a su base de Sebastopol con su
tripulación rusa. Curioso enemigo de Occidente el que mantiene las dotaciones
completas de marinos rusos, desde hace dos años, en los astilleros franceses de
Brest y Saint-Nazire... ¿Sigue usted pensando que Rusia es el enemigo cuando
están a punto de entregarle unos barcos de guerra con sistema OTAN?
Comedia frívola, ligera y picante para consumo
de politólogos idiotas e indocumentados... sainete de argumento basado en la
intriga militar para descerebrados que juegan al análisis geopolítico, trama
argumental para cotillas de medio pelo que se comen toda la mierda
"contrainformativa" producida por el "gran director" que como habrán comprobado
alcanza mucho más allá y mucho más alto de las clases desposeídas en la
pirámide intelectual. Comedia para antihegemónicos de argumento basado en la
intriga y el equívoco, que puede incluir números musicales interpretados por
cosacos del Volga, y de variedades moscovitas para tarados comunistas sudamericanos.
No dejo por ello de aplaudir a Vladímir Putin porque por lo menos ha sido capaz
de dirigir una obra casi cinematográfica en cuya acción predominan los aspectos
placenteros, humorísticos, festivos y
cuyo desenlace final no es otro que la entrega de los barcos a Moscú... y si
quieren mearse de risa, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado la
invasión de Europa y sobre todo Alemania con sus moteros del Club Lobos
Nocturnos para demostrar su poder a la OTAN... Tengo entendido que los
militares estadounidenses de las bases alemanas, ya se han cagado patas
abajo...
Quizás no han advertido en el Kremlin que una
pieza teatral de tan bajísima calidad no hay moro ni persa que se la trague
pero, por otra parte, hay que tener en cuenta que los servicios de inteligencia
rusos han valorado con precisión que el cortito nivel de entendimiento del
fanatismo terrorista musulmán, no da paras más... Así que habrá que aguantarse
con esto. Pero por favor, no se crean la mierda que están publicando sobre el
enemigo ruso. Creo que la estrategia más adecuada es suplicar que le den a
Putin el premio Nobel, pero no el de la paz como a Obama, sino el premio Nobel
de Literatura.
Conclusión...
Sin embargo, tratar con los chinos no es lo
mismo que negociar con los persas en un zoco de alfombras o convencer a Rusia
de que su sitio es una Europa que abarque desde las islas británicas hasta el
estrecho de Bering... Una Eurasia -pueden llamarla, si quieren- que "encerraría" a China para siempre en su
reducido patio continental, es decir, rodeada absolutamente por Moscú... pero
si quiere usted saber la estrategia de Washington para seguir siendo la única
superpotencia mundial en el siglo XXI, les voy a adelantar algo sobre mi
próximo artículo:
Usted no sabe nada de las cuatro guerras que
están en marcha desde hace meses y que originan miles de muertos todos los
días. Es como si no existieran y no se habla de ellas en los medios de difusión
de masas. Los miles de muertos no se cuentan porque no es "relevante" lo que
parece ser que no existe. Y si existe y verdaderamente "es"... no es importante
porque no sale en la TV y tampoco en los periódicos. Les dije, hace más de un
mes, que la guerra de Yemen era la obertura de algo muchísimo más grave y
gordo... Las operaciones militares en Libia ya han comenzado pero nadie sabe
cómo aunque todo el mundo ha visto que el presidente egipcio, Abdel Fatah
al-Sisi, está atacando el "prostíbulo" del asesinado Gadafi, por tierra mar y
aire... pero con tropas disfrazadas...
Israel, por su parte, está enfrentando a
diario el ataque ordenado por Irán en su frontera norte donde los terroristas
de Hezbollah preparan un ataque masivo contra los judíos. Teherán ha ordenado a
Hamas y la Yihad Islami de Gaza, Judea y Samaria que ataquen en todos los frentes...
y los barquitos persas han capturado buques mercantes norteamericanos mientras
lo mejor de su flota se concentra en Bab el- Mandeb... ¿De verdad cree que EEUU no hará nada? Pues
yo les diré lo que van a hacer...
No olvide nunca, que el amor, la guerra y la
muerte forman parte de nuestra vida y que también han decidido ocultar que
somos bien poca cosa ante la grandeza del mayor espectáculo del mundo: el circo
de la política.
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