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Costumbres curiosas y famosas para recibir el Año Nuevo.
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Costumbres curiosas y famosas para recibir el Año Nuevo. (Foto: Fuente externa)

Costumbres curiosas y famosas para recibir el Año Nuevo

Por Xiomara Martínez
El Año Nuevo se celebra globalmente con rituales diversos, pero todos comparten el deseo de prosperidad y esperanza. Tradiciones incluyen comer uvas en España, saltar olas en Brasil, romper platos en Dinamarca y quemar muñecos en Ecuador. Cada cultura busca iniciar el año con buena energía y renovadas expectativas.
Santo Domingo.- El Año Nuevo es una de esas celebraciones que une al planeta entero, aunque cada cultura lo recibe con sus propios rituales y costumbres. Más allá de las diferencias, todas comparten un mismo deseo: empezar el año con buena energía, prosperidad y esperanza.

En España, la tradición más famosa es comer 12 uvas a la medianoche, una por cada campanada y cada mes del año. En Brasil, millones de personas se visten de blanco y saltan siete olas en el mar, pidiendo un deseo por cada salto.

En Japón, los templos budistas hacen sonar sus campanas 108 veces, un ritual espiritual que busca purificar el alma y dejar atrás los deseos terrenales. Mientras tanto, en Dinamarca, la alegría se expresa rompiendo platos contra las puertas de amigos y familiares: cuantos más fragmentos, más fortuna y buenos vínculos.

En Escocia, la fiesta de Hogmanay incluye desfiles con antorchas y la tradición del “first footing”, donde la primera persona que entra a una casa tras la medianoche debe llevar regalos de buen augurio. En Italia, la cena de fin de año se acompaña de lentejas, símbolo de abundancia y prosperidad. Otras costumbres curiosas incluyen llenar la casa de círculos en Filipinas para atraer prosperidad, lanzar un zapato en la República Checa para saber si habrá boda, o tirar agua por la ventana en Uruguay para limpiar las malas energías.

En México, Perú y Bolivia, la costumbre de comer 12 uvas a la medianoche simboliza un deseo por cada mes del año. En Colombia, muchos salen con una maleta vacía a dar una vuelta por la calle, con la esperanza de que el nuevo año traiga viajes y aventuras.

En Ecuador, se queman los famosos “años viejos”, muñecos de trapo que representan lo negativo del año que termina. Al arder, se cree que se abre paso a nuevas oportunidades. En Uruguay y Cuba, se lanza agua por las ventanas —el “baldazo” o “cubazo”— para limpiar las malas energías y dar la bienvenida a la prosperidad.

En Perú, además de las uvas, se usan prendas íntimas amarillas para atraer suerte y prosperidad, y se queman muñecos en la calle como símbolo de renovación. En El Salvador, algunas familias rompen un huevo en agua para “leer” el futuro según la forma que adopte la clara.

En Argentina, la celebración coincide con el verano, por lo que abundan las comidas frías como el vitel toné y los brindis con sidra o champagne. En Venezuela, es tradición estrenar ropa nueva para recibir el año, dejando atrás lo viejo y atrayendo nuevos comienzos.

Y en casi toda la región, se repite la superstición de la ropa interior de colores: amarillo para la prosperidad, rojo para el amor, verde para la salud. Todas estas costumbres, aunque distintas, tienen un mismo objetivo: recibir el Año Nuevo con esperanza, energía positiva y deseos de un futuro mejor.lc

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