Gerardo García, director de operaciones de Carrefour, combina liderazgo empresarial con paternidad comprometida. Con más de 20 años en retail, su enfoque humano y empático lo distingue. Reconocido por Diario Hispaniola como un padre líder, demuestra que el verdadero legado se construye en casa y se proyecta hacia la sociedad.
En el mundo empresarial, donde las cifras y los resultados suelen marcar el ritmo, Gerardo García ha logrado algo excepcional: conjugar el liderazgo corporativo con una paternidad comprometida y transformadora. Como director de operaciones de Carrefour, su trayectoria de más de dos décadas en el sector retail no solo se mide en logros profesionales, sino en el impacto humano que ha dejado en cada paso.
Formado en Estados Unidos y Francia, Gerardo ha demostrado que la excelencia no es solo una meta, sino una forma de vida. Su enfoque estratégico, su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado y su visión de largo plazo lo han convertido en un referente en la industria. Pero detrás del ejecutivo hay un padre que entiende que el verdadero legado no se construye solo en oficinas, sino en los valores que se transmiten en casa.
Su familia es el eje que da sentido a su liderazgo. Junto a su esposa, Dayanara Hernández, ha formado un hogar donde el respeto, la dedicación y el amor son pilares inquebrantables. Sus hijos Emiliano y Rodrigo, fruto de esta unión, son testigos cotidianos de un padre que lidera con empatía y presencia. Además, Gerardo es padre de Gerardo Ulises, mexicano con quien mantiene una relación cercana, basada en el compromiso afectivo y el acompañamiento constante.
“Ser padre me ha enseñado a liderar con empatía”, ha dicho en más de una ocasión. Y es precisamente esa sensibilidad la que ha permeado su estilo de gestión: cercano, humano, orientado al desarrollo de equipos y al bienestar colectivo.
En el marco del Día del Padre, Diario Hispaniola lo reconoció como uno de los padres líderes que inspiran con su ejemplo. No por sus títulos, sino por su capacidad de equilibrar el éxito profesional con una vida familiar plena, donde cada hijo representa una historia de amor, aprendizaje y legado.
Gerardo García representa una nueva generación de líderes: aquellos que entienden que el poder de transformar comienza en casa y se proyecta hacia la sociedad. Su historia nos recuerda que el liderazgo más auténtico es aquel que se vive con propósito, y que la paternidad, lejos de ser una pausa en la carrera, puede ser su mayor impulso.