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Serán los segundos Juegos Olímpicos de la capital japonesa. Los primeros fueron en 1964. En la elección de los Juegos del '64 Tokio venció a las ciudades de Detroit, Viena y Bruselas.

Los segundos Juegos Olímpicos de Tokio harán de su bahía un entorno futurista

Por DiarioHispaniola
lunes 09 de septiembre de 2013, 08:26h
Tras ser nombrado, el Comité Organizador de los Juegos tendrá entre sus primeros cometidos el dar el pistoletazo de salida para las obras de las 22 instalaciones olímpicas (el 59 por ciento del total) que aún no existen. Aunque más de la mitad de las sedes queden por levantar, los plazos no preocupan en absoluto en un país donde el sector de la construcción es uno de los más activos y avanzados del mundo.
  • El primer ministro japonés, Shinzo Abe (derecha) y el presidente de Tokio 2020, Tsunekazu Takeda (izquierda) durante la rueda de prensa ofrecida tras la presentación de la candidatura de Tokio 2020 en la 125 sesión del Comité Olímpico Internacional (COI),

    El primer ministro japonés, Shinzo Abe (derecha) y el presidente de Tokio 2020, Tsunekazu Takeda (izquierda) durante la rueda de prensa ofrecida tras la presentación de la candidatura de Tokio 2020 en la 125 sesión del Comité Olímpico Internacional (COI),
    EFE

  • La gente celebrando en Tokio la elección de la capital japonesa como sede de los Juegos Olímpicos 2020.

    La gente celebrando en Tokio la elección de la capital japonesa como sede de los Juegos Olímpicos 2020.
    EFE

Tras hacerse con los Juegos de 2020, Tokio tiene por delante el reto de levantar varios estadios y una villa olímpica y el de reforzar su red de transportes, especialmente en torno a la zona de la bahía, donde busca crear un entorno futurista para el evento.

Salvo por el trazado para el ciclismo en ruta que se levantará frente al Palacio Imperial o el estadio olímpico, que debe ser completamente renovado, las sedes que quedan por levantar corresponden principalmente a la zona de la bahía.

Al margen de las 11 que van ser solo temporales, toca construir un velódromo, un estadio de vóleibol para 15.000 espectadores, o un coliseo con pistas para disputar partidos de badminton o baloncesto en la isla artificial de Ariake, donde se va a concentrar buena parte de la acción en los Juegos.

En el otro extremo del estuario, en Yashio, se debe construir también un parque con varias canchas que deben sentar a 10.000 espectadores para los partidos de hockey hierba. Para ligar mejor estos emplazamientos entre sí y con la llamada zona patrimonial, que se corresponde con la porción donde se celebraron los JJOO de 1964, es previsible que se hagan nuevas estaciones, y se conecten y amplíen al menos la línea Rinkai de tren y la Yurikamome (que funciona con un monorrail sin conductor).

Tokio se comprometió a que el público asistente no realizaría desplazamientos superiores a los 30 minutos entre ninguna de las sedes que compondrán el núcleo central de estos Juegos, por lo que el Comité estudiará muy de cerca cómo optimizar la ya de por sí eficiente red de transporte de la ciudad. Además, Tokio 2020 va a centrar muchos esfuerzos en dos de sus proyectos más emblemáticos, la villa y el remodelado estadio olímpico.

El área residencial que acogerá a unos 17.000 atletas se levantará en la isla de Harumi en un espacio de 44 hectáreas que contará con edificios de diseño futurista y amplias zonas verdes que costará unos 105.700 millones de yenes (804 millones de euros). Por su parte, el nuevo estadio de Kasumigaoka será proyectado por Zaha Hadid, que tiene previsto crear sobre la base del estadio olímpico de 1964 una estructura grandilocuente y dinámica en blanco nuclear con cubierta retráctil y capacidad para 80.000 personas.

Sin embargo, el resultado final podría variar con respecto al diseño presentado por el estudio de la arquitecta angloiraní, ya que el Consejo de Deportes nipón, propietario del estadio, ha hablado de revisar la selección de materiales. Esto es debido a que la obra podría superar fácilmente los 200.000 millones de yenes (1.521 millones de euros), en vez de los 130.000 (989 millones de euros) estipulados originalmente.

De cualquier modo, el estadio deberá estar a punto para acoger el Mundial de Rugby de 2019, probablemente el evento de mayor entidad en la capital nipona de aquí a que se celebren los Juegos y el que pondrá más a prueba buena parte de lo prometido por la candidatura. Aunque más de la mitad de las sedes queden por levantar, los plazos no preocupan en absoluto en un país donde el sector de la construcción es uno de los más activos y avanzados del mundo.

Los grandes descampados de las múltiples islas ganadas al mar que pueblan la bahía de Tokio han permanecido años intactos a la espera de que el COI eligiera o no a la capital nipona. El Gobierno de la ciudad, que ya tenía previstos nuevos desarrollos hacia la franja oriental del estuario al margen de los Juegos, aprovechará ahora el evento para abanderar dicha expansión urbanística.

El Comité Organizador también deberá empezar a coordinar el programa de eventos de prueba, que se celebrarán en condiciones muy similares a las competiciones que tendrán lugar en 2020, durante un periodo de entre dos años y tres meses antes de los JJOO.

Se prevé que el primero de estos ensayos sea una prueba de vela que se celebrará en julio de 2018 en el futuro Puerto Olímpico de Wakasu, junto a la boca de la bahía. Al margen de la propia candidatura, queda además un reto mayúsculo que va a depender principalmente del Gobierno de Japón; la situación en Fukushima.

El primer ministro Shinzo Abe declaró en Buenos Aires su compromiso de cara a que la radiación no afectará a Tokio. Cumplirlo no será nada fácil al tratarse de una crisis nuclear tremendamente compleja que a partir de la selección de Tokio como sede olímpica será escrutada aún más de cerca si cabe por la comunidad internacional.  

Las votaciones en Buenos Aires

La victoria de Tokio sobre Estambul fue clara, con 60 votos a favor de la capital japonesa contra 36 de la ciudad turca. Madrid fue perdedora por tercera ocasión, con 26 votos.

En la primera ronda, Madrid y Estambul empataron a 26 votos, por 42 de Tokio; en el desempate para decidir la primera eliminada, Madrid cayó al quedarse en 45, por 49 de Estambul.  Tokio marchó por delante desde la primera votación y casi dobla a Estambul en la ronda definitiva.

El resultado, 60-36, recuerda al de hace cuatro años, cuando Río de Janeiro derrotó a Madrid por 66-32. Los 26 votos de Madrid es el resultado más pobre que obtiene la ciudad española en sus tres candidaturas consecutivas. Tanto Madrid 2012 como Madrid 2016 obtuvieron un máximo de 32 votos, por lo que este tercer intento no ha sido solo el de la eliminación más temprana, en primera ronda, sino también el de peor resultado.
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