Una de las quejas es tener una policía militarizada que no
respeta los derechos humanos
Los hondureños llevan más de medio siglo soportando una Policía corrupta
Por EFE
martes 11 de junio de 2013, 08:38h
En
Honduras llevan más de 50 años soportando una Policía corrupta que, con
honrosas excepciones, ha tenido agentes y oficiales involucrados en robo de
vehículos, secuestros, narcotráfico, asesinatos y hasta intentonas de golpe de
Estado, entre otros delitos que en su mayoría han quedado impunes.
Los hondureños llevan más de 50 años
soportando una Policía corrupta que, con honrosas excepciones, ha tenido
agentes y oficiales involucrados en robo de vehículos, secuestros,
narcotráfico, asesinatos y hasta intentonas de golpe de Estado, entre otros
delitos que en su mayoría han quedado impunes. "Haciendo las salvedades
del caso, desde 1959 hemos tenido una Policía militarizada que, como derivación
de eso, no ha respetado los derechos humanos, ha sido una Policía
corrupta", dijo a Efe Matías Funes, uno de los miembros de la Comisión de
Reforma a la Seguridad (CRS), creada en marzo de 2012 por el Gobierno.
La CRS
fue creada para diseñar, planificar y vigilar el proceso de reforma integral de
la seguridad pública, incluida una propuesta de reforma de la Policía Nacional,
que abarca su depuración, el Ministerio Público y el Poder Judicial, entre
otras actividades. Funes recordó el pasado oscuro de la fuerza de seguridad
ciudadana desde el fallido intento de golpe de Estado del 12 de julio de 1959,
contra el entonces presidente Ramón Villeda Morales, por parte del coronel
Armando Velásquez, quien entonces contó con apoyo de la Policía y algunos
militares.
Tras la frustrada asonada de Velásquez, Villeda Morales creó la
Guardia Civil, cuerpo que desde el principio tuvo roces con el Ejército que
incluso condujeron a hechos violentos en los que murieron policías y militares.
Entonces, los enemigos de Villeda Morales, quien al final de su mandato fue
derrocado el 3 de octubre de 1963 por el entonces coronel Oswaldo López,
utilizaban la denominación peyorativa de "Ejército negro" para
referirse a la Guardia Civil.
La existencia de la Guardia Civil también fue uno
de los pretextos para que los militares derrocaran a Villeda Morales, otrora
líder del Partido Liberal y fallecido en 1971. El régimen de facto de López
disolvió de inmediato la Guardia Civil y creó el Cuerpo Especial de Seguridad
(CES), que años más tarde pasó a ser la Fuerza de Seguridad Pública (Fusep),
siempre bajo el mando de los militares, aunque en 1993 fue disuelta la temible
Dirección Nacional de Investigación (DNI).
Desde 1963 hasta 1998 la Policía de
Honduras fue el cuarto brazo de las Fuerzas Armadas de Honduras. "Lo que
tuvimos en ese tiempo fue una policía con doctrina y prácticas militares",
comentó Funes, quien además considera que el traspaso de la Policía a la égida
civil en 1998 "no fue lo suficientemente fuerte para
desmilitarizarla". La ley orgánica de la Policía aprobada y la que vino
diez años después, indicó Funes, recogían muchos remanentes militaristas, lo
que creó "un gran problema", porque la fuerza responsable de la
seguridad ciudadana "ha estado siempre militarizada".
"Uno de
los grandes retos es desmilitarizar la Policía", enfatizó Funes,
excandidato a la presidencia de Honduras por el partido de izquierda
Unificación Democrática, docente universitario, analista y escritor. Uno de los
proyectos propuestos en 2012 por la CRS, que integran tres hondureños y dos
extranjeros, es la creación de una policía comunitaria, lo que también
contribuiría al proceso de saneamiento de la institución policial, que sigue
marchando muy lentamente.
Pese al proceso de depuración de la Policía Nacional
iniciado a finales de 2011, con frecuencia se denuncia a agentes y oficiales
por su participación en diversos tipos de delitos y crímenes, lo que ha venido
ocurriendo en los últimos 54 años, con la diferencia de que en algunas décadas
muchos de los casos no trascendieron.
"El problema es que en la Policía
hay sectores coludidos con la delincuencia o ellos mismos son delincuentes;
tenemos una Policía que no es muy confiable ante los ojos de la población, lo
que obliga a una depuración que hasta ahora ha ido muy lenta", dijo Funes.
La situación de la inseguridad es preocupante en Honduras, donde la violencia
criminal deja un promedio de 20 muertes diarias.
Las medidas adoptadas hasta
ahora por el Gobierno que preside Porfirio Lobo no han dado los resultados que
la población esperaba, considerando que el gobernante se comprometió en su
campaña a brindar "trabajo y seguridad" a sus compatriotas. A menos
de ochos meses de terminar su mandato de cuatro años, que finaliza el 27 de
enero de 2014, Lobo no ha podido cumplir ninguna de sus dos promesas de
campaña. De muy poco le han servido los tres ministros de Seguridad que ha tenido en lo
que lleva de gestión y algunas operaciones conjuntas entre policías y militares
con nombres rimbombantes como "Relámpago" o "Libertad", que
no han garantizado la seguridad ciudadana.