El peso dominicano se deprecia frente al dólar, alcanzando RD$64 en septiembre. Factores internos y externos influyen en esta tendencia, que afecta la inflación y el poder adquisitivo. El Gobierno ajusta proyecciones macroeconómicas, mientras busca equilibrar la estabilidad económica con el dinamismo de sectores generadores de divisas.
Santo Domingo.- El peso dominicano continúa registrando una depreciación sostenida frente al dólar estadounidense, alcanzando en septiembre niveles históricos que rondan los RD$64 por unidad. Según datos de mercado, en apenas seis meses la moneda pasó de RD$58,63 a RD$63,82, y en las últimas jornadas el tipo promedio de cambio se ha mantenido entre RD$63,42 y RD$63,85 por dólar, con incrementos de hasta 1,65 % en un solo día.
Frente a esta tendencia, el Gobierno revisó sus proyecciones macroeconómicas. El Marco Macroeconómico 2025–2029 establece un promedio de RD$62,05 por dólar para este año —ligeramente superior a lo estimado en abril— y RD$65,50 para 2026, lo que implicaría una devaluación de alrededor de 5,6 % en un año. La Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central, por su parte, prevé un cierre de 2025 en torno a RD$64,80.
Causas de la presión cambiaria
Economistas han explicado que la depreciación responde a factores externos e internos. Entre ellos destacan la política monetaria restrictiva de Estados Unidos, que encarece el costo del dólar a nivel global, y la alta demanda estacional de divisas por reposición de inventarios e importaciones. Estas presiones se suman a una mayor volatilidad internacional y a la necesidad de coberturas financieras por parte de los agentes económicos.
Efectos a corto y mediano plazo
En el corto plazo, la depreciación incrementa los costos de bienes importados y presiona la inflación, reduciendo el poder adquisitivo de los hogares. También genera incertidumbre en el sector empresarial al encarecer insumos y materias primas. A mediano plazo, sin embargo, puede traducirse en mayores beneficios para exportadores y receptores de remesas, además de estimular la competitividad del turismo.
No obstante, analistas advierten que una depreciación persistente podría anclar la inflación en niveles superiores a la meta del Banco Central, lo que obligaría a endurecer la política monetaria con impactos en el costo del crédito y en la actividad económica interna. “Llegar a RD$65 era previsible, pero hacerlo tan rápido refleja tensiones más fuertes de las anticipadas”, advirtió recientemente el exministro de Economía Juan Ariel Jiménez.
Un desafío para la política económica
La tendencia al alza del dólar plantea un reto de equilibrio entre la estabilidad macroeconómica y la preservación del poder adquisitivo. El Gobierno apuesta a una gestión responsable de reservas y al dinamismo de sectores generadores de divisas, como turismo y exportaciones, para amortiguar los efectos de la depreciación. Mientras tanto, el mercado ya prueba los límites de las proyecciones oficiales, acercándose antes de lo previsto a la barrera de los RD$65.lc