S&P explica en un comunicado que a su juicio, "el margen de
maniobra fiscal de Francia se ha reducido", tras haberlo considerado un
tiempo como "elevado respecto a otros países comparables".
La decisión de la agencia es un golpe duro para el
gobierno socialista, que ha hecho del control de las finanzas públicas una de
las líneas directrices de su política, con la esperanza de mantener lo más bajo
posible los intereses de la deuda, y por tanto el coste de ésta.