El comercio mundial lleva dos años noqueado por la pandemia. Primero fue el cierre de fábricas y fronteras, y después, una inasumible demanda en un contexto de gran incertidumbre y problemas sobrevenidos, como la invasión rusa de Ucrania. Todo ello se está traduciendo en una galopante inflación que toma a América Latina desprevenida y sin recursos.