No soy seguidora de novelas, pero estoy clara de que ellas han sido el boom que ha hecho que Turquía esté vigente en el interés de muchas “almas andantes” que viven las tramas de dichas telenovelas. Estuve recientemente visitando ese bello país, que ha sido catalogado por muchos como uno de los más bellos del mundo, y lo cierto es que disfruté mucho viendo a tantas mujeres fantasear con los lugares y masculinos de ese país.
Turquía es mucho más que eso. Es historia… Es ejemplo de resiliencia… Es un país que sobrevive en medio de un continente lleno de violencia y que actualmente ha dado acogida a alrededor de 13 millones de inmigrantes. Eso es lo que se vive en este momento. Un país inminentemente musulmán, que ha dado acogida a sus iguales en creencias, pero que, según se nos explicó, muchos de ellos están viendo la religión de una manera diferente a las buenas normas de amor y compasión hacia el prójimo.
Son personas entrenadas para ser guerreros. Me refiero a los chiitas. La guerra es lo que se vive en países aledaños como Iraq, Irán, el Líbano, Israel… De todas maneras, a los turistas nos toca siempre ver la parte hermosa y créanme que hay mucho que ver.
Expreso con frecuencia que cuando se viaja se vive 3 veces: “al planearlo, cuando se visita y cuando se recuerda”, pues eso hago a menudo con las experiencias vividas en mis viajes, que es mi principal diversión.
De Turquía, recuerdo ese placentero paseo en el ferry tanto en el día para conocer su historia, como en la noche para descubrir una ciudad iluminada y espectacular, a bordo de un ferry de lujo en el que disfrutamos de un hermoso paseo nocturno, de un espectáculo de bailes del país y una cena con platos típicos. Ah, y al cierre, a bailar música de los turistas a bordo de dicha embarcación, a manera de agradarnos e importantizarnos.
Al otro día de nuestra llegada, me fui con algunas compañeras a visitar el Palacio de Topkapi, residencia del Sultán Suleyman, personaje de la telenovela más famosa de Turquía. Lo cierto es que estuvimos 3 horas en ese lugar y nos perdimos de otros tanto o más importantes que el visitado porque cada espacio que visitábamos era para recordar escenas de dicha telenovela.
Yo felicito a los de la iniciativa de crear un mundo de fantasía alrededor de ese exótico país. Estambul, con una población de 25 millones de habitantes, es una hermosa ciudad. Me encantó. Guardo en mi mente imágenes que jamás voy a olvidar. Se los aseguro.
Nuestra segunda visita fue a Ankara, la capital política de la nación turca, con un poco más de 5 millones de habitantes. Fue escogida como tal por su posición geográfica y por ser el centro de actividad comercial y política del país. Vivir en Ankara es mucho más barato que en Estambul y brinda más tranquilidad, pues no propicia el bullicio de la gran ciudad. Además, tiene mucha afluencia de estudiantes de diferentes puntos del mundo que asisten a sus universidades.
Ya en ruta para Capadocia y todavía en territorio de Ankara, visitamos la tumba del Padre de la Patria turco: Mustafá Kemal Atatürk, militar de rango y Mariscal de Campo. Destacado como célebre estadista turco, quien fuera el primer presidente de la República de Turquía. Un lugar solemne en el que esperamos por las honras militares que hacen cada hora en recordación a su líder, quien liberó su país de varias colonizaciones.
Capadocia, como decía nuestro guía: Capadokia… Segunda ciudad en atractivos. Única en el mundo con las características de esta exótica región en la que prevalecen las viviendas tipo cuevas, que a mí, para serles sincera, me atemoriza permanecer en ellas.
Un dato muy importante es que era el lugar en donde se refugiaban los turcos de las invasiones enemigas. El clima les permitía vivir en estos cráteres protegidos del enemigo. Vimos “ciudades fantasmas” en las que no habita nadie desde hace mucho tiempo, cuyos pobladores se alejaron de esa zona por temor a ser encontrados. Muchas naciones del viejo continente invadieron estas tierras: rusos, ingleses, franceses, griegos… Ha sido un pueblo con mucha historia de asentamientos.
En el segundo día, un grupo participamos en el famoso paseo en globo de Capadocia. Una experiencia única e irrepetible. Es uno de los principales logros del que visita esa ciudad. Es como ir a la Torre Eiffel en París. No se puede quedar. Ese mismo día tuvimos una propuesta de asistir a una “Noche Turca” en la que nos ofrecían un show con los bailes del país, una escena de unas bodas a su manera y el cierre con un show de belly dance muy entretenido, ya que la bailarina interactuó con el público.
Como cierre, de nuevo a bailar, pero me sentí lastimada como dominicana porque aun con tanta afluencia de nuestra gente, no conocían sobre el merengue, ni siquiera sobre Juan Luis Guerra. Música colombiana y suramericana hubo casi todo el tiempo, porque ¡cuántos colombianos nos encontramos!
EFESO es una ciudad acogedora, muy agradable, en la que me maravillé de ver muchos ancianos disfrutando de los parques y compartiendo en las calles. De broma comentamos que los jóvenes se habían ido a Estambul para buscar mejores condiciones de vida. En esa nación se da mucho valor a los ancestros. Fuimos a muchos lugares en los que la madre-abuela era quien preparaba artesanalmente el pan pita a manera de exhibición y los descendientes hacían las demás tareas.
En este pueblo logramos tomar unas cervezas en santa paz porque los musulmanes no beben. Estuvimos en un lugar muy agradable, donde servían cerveza al gusto nuestro: bien fría. Ahí almorzamos con las ricas carnes de cordero, res y pollo que preparan, ¡porque qué ricura esas carnes!
En Éfeso es el lugar donde mejor conservadas están las ruinas romanas y griegas. Lo que más nos impresionó fue la historia a manera de leyenda que presentaron en un escenario por inmersión en el que nos sentíamos parte de la historia. ¡Wahoo! ¡Qué experiencia! También visitamos la vivienda que habitó la Virgen María en esa ciudad. Realmente sentimos una energía especial: acogedor, fresco, con mucho verdor… En fin, rodeado de un halo de espiritualidad.
Según nos comentó el guía, ellos creen en Jesús y la Virgen. Ven al hijo de Dios como un profeta. De todas formas, la veneran y conservan su santuario muy hermoso. Lo cierto es que seguimos ruta a otras 2 hermosas ciudades, pero en este resumen doy valor a lo que entiendo fueron mis más deslumbrantes hallazgos. Fue una experiencia maravillosa y creo que, dada la afluencia de “clientes” que tiene Turquía, el próximo año estaré de nuevo visitando esas tierras con tanta historia que contar. Por supuesto, con mi agencia, Melky Tours.