La delicadeza y el amor sin condición de las madres dominicanas, un ejemplo a seguir

Dentro y fuera de nuestra amada República Dominicana, las madres tienen un papel preponderante en la formación de una sociedad donde primen los valores del amor, el respeto, la gratitud, la solidaridad…

Esta noble misión inicia en el aspecto biológico, durante nueve meses las madres guardan en su vientre al niño o niña que traerá al mundo. Y vale destacar que en algunos casos sus partos son de mellizos o gemelos, para lo cual requiere una atención más especial.

Desde siglos inmemoriales esa bendición de dar continuidad a la vida ha sido valorada por su fortaleza y por su delicadeza de amar sin condición, abnegación, de darse por entera para sacar adelante a sus retoños.

En este gesto de amor no podemos dejar de mencionar a las madres de corazón que también se entregan en cuerpo y alma para cumplir con esta misión divina. Sin duda, en ambos casos las madres merecen nuestro máximo reconocimiento. Estos son principios que también contemplan el libro sagrado más leído en el mundo, la Biblia.

También, relata cómo debe ser la relación entre madres e hijos. Por ejemplo, Éxodo 20:12 hace referencia al cuarto mandamiento que puntualmente dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra”.

Aunque esta es una frase que va dirigida a los hijos, sin duda, también les hace honor a las madres y a los padres. Según lo que establece esta cita bíblica, es tan importante honrar a una Madre, que entre todos los mandamientos, ese es el único que lleva consigo una promesa, ya que dice que los días del hijo que honrare a sus padres, serán alargados.

Otro capítulo de la Biblia que honra a las madres está en Isaías 49:15. Este fragmento dice “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”.

Un dato interesante es que por este versículo, en muchas ocasiones hemos repetido la frase “El único amor que se parece al de Dios, es el de una madre”. Además, Dios pone de manifiesto que al amor de una madre hacia su hijo se puede comparar con la manera en que Él nos ama de manera incondicional.

Este maravillo rol de la maternidad también está vinculado a su relación con la familia en sentido general, por eso, en Salmos 127:1 dice: “Si Dios no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”.

Por igual, en Proverbios 14:1, dice que “La mujer sabia edifica su casa”, es decir, que edifica a su pareja, a sus hijos y todos los familiares que completan relación de la vida en sociedad, en comunidad.

Otro análisis que hace la Biblia sobre el rol de la madre está en Génesis 3, 20: “El hombre llamó a su mujer ‘Eva’, por ser ella la madre de todos los vivientes”.

Si seguimos hurgando en las Sagradas Escrituras, seguro que vamos a encontrar otras reflexiones que nos hacen pensar y valorar cuán importante es tener una madre que nos cuide, nos corrija, nos guie, nos eduque en la fe y abrace con su amor.

Gracias a todas las madres que con un corazón agradecido han dicho que sí a la promesa de seguir fecundando la tierra con hombres y mujeres que abracen el bien común.

Felicidades a todas las madres dominicanas y a las abuelas que viven en nuestro terruño, y a las que decidieron residir en el extranjero para brindarles una mejor oportunidad a sus hijos, y un agradecimiento eterno a las madres que han subido al cielo con olor fragante.

De manera personal, agradezco a todas las madres que me acompañan en mi misión de vida. Ellas saben quiénes son, y lo mucho que les amo, admiro y respeto porque son mi más adorable bendición.