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Las empresas deben reducir su impacto en el medio ambiente, en especial sus emisiones, porque 'no hay plan B' y si no se frena el cambio climático será 'catastrófico', según el vicepresidente y director general de Europa Continental, Oriente Medio y África de Norwegian Cruise Line (NCL),
Las empresas deben reducir su impacto en el medio ambiente, en especial sus emisiones, porque "no hay plan B" y si no se frena el cambio climático será "catastrófico", según el vicepresidente y director general de Europa Continental, Oriente Medio y África de Norwegian Cruise Line (NCL), (Foto: Kevin Bubolz. EFE/Norwegian Cruise Line)

Norwegian: no hay plan B, hay que reducir las emisiones o será catastrófico

Por EFE
domingo 07 de mayo de 2023, 09:12h



Madrid, 5 may (EFE).- Las empresas deben reducir su impacto en el medio ambiente, en especial sus emisiones, porque "no hay plan B" y si no se frena el cambio climático será "catastrófico", según el vicepresidente y director general de Europa Continental, Oriente Medio y África de Norwegian Cruise Line (NCL), Kevin Bubolz.

El ejecutivo de una de las mayores compañías de cruceros del mundo, aseguró que, para ellos, lo principal es recudir su impacto negativo en el medio ambiente porque consideran que el mundo y los océanos deben evolucionar de forma natural y no en función de la actividad empresarial.

En una entrevista con EFE, reconoció que la industria de los cruceros aún no es sostenible, pero puede conseguir serlo y subrayó que, aunque existen varios frentes sobre los que actuar, actualmente el problema más grave y urgente y para el que todavía hay que encontrar una solución son las emisiones de gases de efecto invernadero.

El primer paso para lograrlo es "ser sinceros y honestos", marcarse objetivos concretos a largo plazo e hitos que permitan ir comprobando que se va por el buen camino.

Así, con el Acuerdo de París como referencia, NCL se ha fijado como meta a largo plazo ser cero emisiones netas en 2050 en toda la cadena de valor, no sólo en lo que respecta a la operación de los buques.

Como hitos intermedios, haber reducido las emisiones un 10 % a finales de 2025 respecto a 2019, y un 25 % en 2030.

Para ello, centran los esfuerzos en reducir su consumo energético y mejorar la eficiencia mediante nuevos sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, iluminación LED, buques "enchufables" a los puertos o cambios en sus rutas para optimizar el consumo de combustible.

METANOL, COMBUSTIBLE ALTERNATIVO

En paralelo, testan el uso de biocombustibles, entre ellos uno procedente de aceite de cocina, con el que han logrado una reducción de las emisiones del 30 %.

"Esos son algunos de los pasos para llegar a este primer 25 %" y, junto a ello, colaboran en el desarrollo del combustible alternativo que permitirá alcanzar la neutralidad.

Para el ejecutivo, el candidato mejor posicionado es el metano que, a diferencia del hidrógeno, puede almacenarse en tanques normales porque se mantiene en estado líquido a temperatura y presión ambiente.

"Creemos que puede ser la solución a largo plazo (...) Puede empezar a llegar a partir de 2026 o 2027", pero su desarrollo requiere de la participación de todos los actores implicados, al igual que cambio climático, que es un reto global.

NO HAY PLAN B

A favor juega, en su opinión, que a estas alturas "todo el mundo está comprometido" y que, aunque algunas empresas han tardado un poco más en ser serias y sinceras, "todos nos hemos dado cuenta de la necesidad de actuar, especialmente en lo que respecta a las emisiones".

"No hay plan B. No hay opción a decir: no funcionó, qué pena, y simplemente seguir adelante, porque si no lo conseguimos será una catástrofe. Tenemos que ser sinceros y empezar a dar pasos", afirmó.

FIN DEL ECOPOSTUREO

Además, ser sostenible es rentable y merece la pena porque los consumidores se fijan en estas cuestiones a la hora de tomar decisiones y, a diferencia de lo que pasaba hace cinco años, están mucho más preparados para comprobar si realmente se hace lo correcto.

En cuanto al riesgo de que haya quien practique el ecopostureo o "greenwashing", en su opinión, "esa época ya pasó", pues los que hacen trampas ya no pueden salirse con la suya porque que existen mecanismos para fiscalizar las promesas verdes, aunque reconoció la necesidad de reforzarlos.

"A largo plazo, nadie puede permitirse no tomárselo en serio y los que sean demasiado lentos pagarán un precio por ello. Creo que las empresas que no sean sinceras, destacarán negativamente y dejarán de ser relevantes para los consumidores", advirtió.

"Cuando era joven, en los 80 y principios de los 90, estos temas ya estaban presentes. Así que te preguntas, ¿por qué las cosas no han sucedido antes? (...) Pero no me gusta mirar atrás para culpar, sino para aprender y mejorar para el futuro. Lo bueno es que todavía podemos conseguirlo y la energía debe centrarse ahí", dijo.

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