Santo Domingo.- El Día de Los Humedales fue
instituido el 2 de febrero de 1971 con el propósito de promover iniciativas de
conservación de estos frágiles ecosistemas; es refrendado por más de 185
estados y países, los cuales se han comprometido a implementar medidas
efectivas para su preservación.
Consideramos que la vida y el porvenir de la República
Dominicana, dependen esencialmente de la gestión racional e inteligente de los
recursos hídricos. Ante la dramática disminución de las reservas acuíferas
almacenadas en sus embalses y la inestabilidad climática a nivel global y
local, se hace imperativo la conservación y manejo apropiado de las cuencas
hidrográficas, para garantizar el agua en cantidad y calidad que alimentan a
los humedales y presas de nuestro país.
En ocasión de celebrarse, este lunes 2 de febrero el Día
Mundial de los Humedales, la Academia de Ciencias
manifiesta su profunda preocupación por el dramático deterioro que está
sufriendo la Presa de Hatillo, el otrora cuerpo de agua artificial más grande
de la isla y la Región del Caribe.
Esta gran reserva de agua dulce de nuestro país,
construida esencialmente para contener y regular las grandes crecidas del Río
Yuna, va perdiendo progresivamente la calidad de sus aguas, poniendo en grave
estado de amenaza la disponibilidad de ese preciado líquido para decenas de
acueductos y a las extensas e intensas actividades agrícolas y pecuarias del
Valle del Cibao Oriental y el Bajo Yuna, que dependen de estas aguas.
Las amenazas y fuentes de contaminación a que está
sometida la Presa de Hatillo, tienen distintas fuentes y origen. Las
insostenibles actividades mineras localizadas en su entorno, la deforestación
de las cuencas de los ríos Yuna y Maimón, la disminución acentuada de los
caudales que la alimentan, sedimentación acentuada, desperdicios sólidos
procedentes de los pueblos ubicados aguas arriba del embalse, vertidos de
pocilgas y granjas, residuos de pesticidas, extracción de indiscriminada de
agregados, entre otros, son claros indicadores del inminente peligro a que está
sometida esta gran presa, que no tomar medidas heroicas, en corto tiempo se
convertirá en un estercolero más.
La Barrick Pueblo Viejo, utiliza grandes volúmenes de
agua fresca de la Presa de Hatillo en el proceso de extracción del oro y plata,
los cuales son devueltos cargados de metales pesados a dicho embalse por el
Arroyo Margajita; esto sumado a los arrastres de metales pesados que hace el
Río Yuna y afluentes provenientes de la zona de operación de la Falconbridge
Dominicana, adicional a estos, también por del Río Sin, llegan altos
volúmenes de sedimentos; todas estas fuentes de contaminación, representan una
de las mayores amenazas para este cuerpo de agua.
La preocupación que embarga a este colectivo de hombres
de ciencias, se centra en la importancia estratégica que tiene la Presa de
Hatillo para el presente y el futuro del país; de ella depende la seguridad
alimentaria del país y el funcionamiento de 16 acueductos urbanos y rurales del
Bajo Yuna; servicios ambientales se verían seriamente afectados por la contaminación
de sus aguas con metales pesados y sustancias químicas de toda índole.
Esta nota de advertencia e inquietud académica formulada
a propósito del Día Mundial de los Humedales de
2015, año en que concluye el Decenio del Agua, declarado por las Naciones
Unidas (2005-2015), va dirigida especialmente al Ministerio de Medio Ambiente,
al INDRHI, Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Ministerio de
Agricultura y demás entidades oficiales competentes, llamados a garantizar la
calidad y cantidad de agua que se genera en nuestras montañas.
La República Dominicana tiene que replantearse las
alternativas que tiene para mantener la sostenibilidad de su desarrollo, ante
el desafío que representa el Cambio Climático y su mitigación, tratando de
conservar la mayor cantidad y calidad de las aguas que se producen en las
montañas, almacenándolas en sus principales reservorios, regulando firmemente
cualquier proyecto o actividad humana que pueda poner en peligro este recurso.
La problemática del agua es un tema muy sensible para
nuestra institución, razón por la cual hemos defendido la conservación de las
distintas fuentes de agua; es un tema de investigación estratégica para la
Academia de Ciencias y su Comisión de Ciencias Naturales. Aprovechamos esta
celebración para reiterar nuestra disposición de fortalecer o impulsar los
equipos de expertos y especialistas que trabajan en el tema del Ordenamiento de
los Recursos Hídricos del país. Es fundamental un programa para monitorear y
manejar de manera correcta de las lagunas y presas, de manera especial la Presa
de Hatillo, en primer lugar, la de Jiguey o cualquier otro cuerpo de agua de
relevancia para el porvenir de la República Dominicana, que necesite de nuestro
experticio.