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Matthew Perry expone la cara más dura de la adiccion jugándose la vida
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Matthew Perry expone la cara más dura de la adiccion jugándose la vida

Por Redacción
miércoles 26 de octubre de 2022, 08:45h

Matthew Perry se ha abierto en canal. Después de muchos años alejado del foco mediático y sin éxitos profesionales que lo devolvieran al centro de la actualidad, el inolvidable Chandler de Friends ha reaparecido con una misión: ayudar a otras personas que padezcan adicciones.

Beverly Hills, California.- Y lo hace con una biografía donde describe los estragos que la dependencia al alcohol y los opioides causaron en su vida, mientras impone un ejemplo de supervivencia tras alcanzar la sobriedad. Sin embargo, antes de llegar a un punto de sanación y equilibrio, le tocó sufrir y tocar fondo con una dependencia que literalmente lo llevó al borde de la muerte.

El actor de 53 años revela que entró y salió de rehabilitación unas 15 veces gastando unos 9 millones de dólares en el proceso, que llegaba a consumir 55 pastillas de hidrocodona al día (opioide para el dolor) y que únicamente estuvo sobrio por completo en una sola de las diez temporadas de Friends (la novena). Una de las consecuencias fue que pasó dos semanas en coma con “2% probabilidad de sobrevivir” después de sufrir una perforación gastrointestinal por culpa de la adicción en 2018.

Pero eso no es todo. Ni el éxito de Friends ni el salario estratosférico que percibió por entonces, ni tampoco la oportunidad de renovar su carrera con un papel en No mires arriba, significaron lo suficiente porque, literalmente, la dependencia dominaba su existencia. “No importa si tienes éxito o no, a la enfermedad no le importa” explica en el libro.

Según detalla Rolling Stone, Matthew Perry añade otra anécdota en sus memorias,Friends, Lovers and the Big Terrible Thing, explicando por qué terminó desapareciendo del metraje del éxito de Netflix. Durante el rodaje de No mires arriba (que tuvo lugar entre noviembre de 2020 y febrero de 2021) todavía batallaba su adicción consumiendo 1.800 miligramos de hidrocodona. Y por aquel entonces se filtraron fotografías de una escena en donde aparecía junto a Jonah Hill sobre el escenario de una convención política. Sin embargo, cuando fuimos a ver la película terminada, el actor no aparecía por ningún sitio.

Después de muchas especulaciones, Matthew Perry revela que tenía previsto interpretar a un periodista republicano en la que iba a ser “la película más grande que jamás había conseguido”. Incluso iba a compartir escenas con Meryl Streep. Sin embargo, dos años después de su experiencia en coma y pasar nueve meses recuperándose llevando una bolsa de ostomía, terminó en otro centro de rehabilitación. Esta vez en Suiza, un centro lujoso con vista al lago de Ginebra, con mayordomo y chef propio.

Cuenta que mintió a los doctores del centro diciéndoles que sentía dolor severo en el estómago para conseguir que le recetaran hidrocodona. “De hecho, me sentía bien” explica. “Todavía se sentía como si estuviera haciendo abdominales constantemente, por lo que era muy incómodo, pero no era dolor”.

Los doctores decidieron ayudarlo con el dolor a través de una cirugía que iba a “colocar un tipo de artefacto mecánico en mi espalda”. Sin embargo, el actor tomó el opioide la noche anterior y luego le administraron la droga anestésica Propofol durante la intervención, una combinación que fue letal para su corazón. Perry cuenta que se despertó once horas más tarde en un hospital diferente porque la combinación había detenido su corazón durante cinco minutos. “No fue un ataque al corazón, no se detuvo, pero nada estaba latiendo”

Me dijeron que un tipo suizo fornido no quería que el chico de ‘Friends’ muriera en su mesa y me hizo RCP durante los cinco minutos completos, golpeando y golpeando mi pecho. Si no hubiera estado en Friends ¿se habría detenido a los tres minutos? ¿Friends me salvó la vida otra vez?” se pregunta. Perry logró salir con vida pero con ocho costillas rotas tras la presión de los primeros auxilios. A raíz del dolor que le produjo el incidente no pudo volver al set de No mires arriba, viéndose forzado a tomar una decisión que “le rompió el corazón”.

En resumen, toda su anécdota nos permite observar un ejemplo en donde la incapacidad de controlar el consumo, en este caso los opioides, lo llevaron a mentir a los médicos y poner en peligro su vida por completo. El actor no explica si los especialistas le habían prohibido o no el consumo de hidrocodona antes de la cirugía pero según podemos encontrar en sitios médicos, la mezcla del opioide con Propofol conlleva un “mayor riesgo de efectos secundarios cardiovasculares, como una disminución de la frecuencia cardíaca”.

Como bien dice, el dolor no era tan severo como dijo a los médicos, dando prioridad a su necesidad de obtener la droga que a las consecuencias que podía seguir ocasionando a su cuerpo, la oportunidad profesional que tenía por delante y, sobre todo, su propia vida. A través del libro Matthew Perry hace un ejercicio de honestidad y conciencia, soltando todos los trapos sucios de su existencia para servir de ejemplo de “la tortura y horror” vivido, pero también de supervivencia.

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