Matanzas, Cuba.- La enorme columna de espeso humo negro y las llamas de varios metros de altura siguen envolviendo la Base de Supertanqueros de Matanzas, donde este viernes se inició el incendio por una descarga eléctrica.
El Ministerio de Salud Pública (Minsap) de Cuba indicó en su último informe que el fallecido era un bombero de 60 años de la ciudad de Cienfuegos que se había unido a las labores de extinción.
Agregó asimismo que de los 122 heridos la mayoría ya han sido dados de alta, aunque cinco permanecen en estado crítico, tres están graves y 16 reciben cuidados.
Los 16 desaparecidos son principalmente bomberos que fueron sorprendidos por la explosión del segundo depósito cuando estaban trabajando en primera línea para atajar el fuego en el primero.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que se desplazó a Matanzas el mismo viernes, se reunió con familiares de los desaparecidos y les ofreció "todo el apoyo".
Agregó que en la medida que se pueda apagar el fuego, se podrá "iniciar búsqueda de los desaparecidos". De madrugada se unieron a la lucha contra el incendio equipos de especialistas de México y Venezuela.
El equipo mexicano, el primero en llegar al lugar de los hechos, cuenta con 60 militares y 16 técnicos especialistas en enfrentamiento de incendios industriales de la petrolera estatal Pemex.
Desde Venezuela llegaron 35 especialistas de la petrolera nacional Pdvsa y 20 toneladas de insumos, como espuma antiincendios. Diaz-Canel agradeció la respuesta internacional ante un incendio de una magnitud sin precedentes en Cuba.
OCHO DEPÓSITOS DE 50.000 METROS CÚBICOS
Hasta el momento las llamas han afectado sólo a dos de los ocho depósitos de estas instalaciones, de 50.000 metros cúbicos cada uno, parte de los cuales estaban destinados a la cercana central termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las mayores del país. Pero el riesgo de que se extiendan persiste.
Según las últimas informaciones, el incendio está controlado en el primer depósito afectado, del que sale aún abundante humo blanco, mientras que en el segundo arde aún de forma aparatosa el combustible en su interior después de que por la tarde colapsase la cubierta superior.
Los bomberos trabajan también enfriando con agua de mar un depósito próximo para evitar que explote. En estas tareas se ha empleado también un helicóptero.
De forma paralela se está extrayendo combustibles de los otros cinco depósitos de grandes dimensiones de estas instalaciones mediante camiones cisternas y un buque de cabotaje.
Ante el riesgo latente, las fuerzas de seguridad han evacuado a unas 4.000 personas de los barrios más próximos. Algunos se han alojado en albergues temporales, como el levantado en la Universidad de Matanzas; otros prefirieron ir a casas de familiares.
“No sabíamos si la candela nos iba a alcanzar. Se podía sentir el calor y no fue hasta que vimos redes que supimos lo que había pasado”, relata a Efe Christian, un ayudante de cocina de 16 años que vive en el reparto Dubrocq, el área de Matanzas más próxima al siniestro.
Su vecina Prima Felicia Alfonso, que lleva dos días sin comer por los nervios, lo recuerda aún atemorizada: “Esto nos cogió sorprendidos, ¡nos asustamos tanto! Apagamos todo, cerramos y bajamos al parquecito. Mi nieto nos recogió y nos llevó para Cumbre (un barrio alejado de Matanzas)”.
CRISIS ENERGÉTICA
El Gobierno cubano no ha hecho públicas por el momento estimaciones de los daños económicos causados por este siniestro, que afecta al país en un momento delicado.
Cuba atraviesa actualmente una crisis energética que se agrava progresivamente desde hace semanas por una combinación de fallos técnicos en sus centrales termoeléctricas (responsables de dos tercios de la generación) y de falta de combustible.
Los apagones se han convertido en algo casi diario en el país, que registró cortes de luz en 29 de los 31 días de julio. A la central Antonio Guiteras de Matanzas le quedan apenas 24 horas de combustible a raíz de este siniestro.
El incendio se declaró sobre las 19.00 hora local (23.00 GMT) del viernes, según las primeras hipótesis cuando un rayo impactó en la base de depósitos de combustibles y sobrepasó las capacidades del sistema de pararrayos.
Esa misma tarde explotó el primer depósito, con unos 25.000 metros cúbicos de petróleo, y sobre las 7.00 hora local (11.00 GMT) prendió el segundo, con una cantidad indeterminada de fuel.
La llamas se han llegado a elevar varias decenas de metros, tiñendo el cielo de la cercana Matanzas de rojo, y la enorme columna de humo negro ha alcanzado La Habana, a más de 100 kilómetros de distancia.