El
20% de los sobrevivientes de un paro cardiaco dan cuenta de haber tenido una
experiencia cercana a la muerte durante la muerte clínica.
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Un técnico de laboratorio observa una tomografía por resonancia magnética. |
El cerebro agonizante exhibe actividad típica de la percepción consciente
Por EFE
martes 13 de agosto de 2013, 03:17h
El
cerebro agonizante de ratas de laboratorio exhibe actividades características
de la percepción consciente, en un estudio que aparentemente valida las
"experiencias cercanas a la muerte" de la que hablan los
sobrevivientes de fallo cardiaco, según un estudio hoy en Proceedings of the
National Academy of Sciences.
Un
estudio de la Universidad de Michigan (UM) muestra que poco después de la
muerte clínica, que ocurre cuando el corazón deja de latir y la sangre deja de
fluir al cerebro, las ratas exhiben patrones de actividad cerebral
característicos de la percepción consciente.
"Este estudio, llevado a cabo
en animales, es el primero que enfoca qué ocurre en el estado neurofisiológico
del cerebro agonizante", indicó la autora principal del estudio, Jimo
Borjigin, profesora asociada de fisiología molecular e integrativa y de
neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.
"Esta
investigación formará los cimientos de futuros estudios con humanos que
investiguen las experiencias mentales que ocurren en el cerebro cuando está
muriendo, incluida la visión de luz durante el arresto cardiaco", añadió.
Aproximadamente,
el veinte por ciento de los sobrevivientes de un paro cardiaco dan cuenta de
haber tenido una experiencia cercana a la muerte durante la muerte clínica.
Estas visiones y percepciones se han descrito como "más reales que la
realidad", según otros estudios previos, pero todavía no se ha determinado
si el cerebro es capaz de tal actividad después de un paro cardiaco.
Borjigin y
sus colaboradoras especularon que si la experiencia cercana a la muerte procede
de la actividad cerebral, debería ser posible identificar las correlaciones
neurales de la conciencia en humanos o animales aún después que cesa el flujo
sanguíneo al cerebro.
Las investigadoras analizaron los registros de actividad
cerebral llamados electroencefalogramas de nueve ratas anestesiadas que
transcurrían un paro cardiaco inducido experimentalmente. Dentro de los
primeros treinta segundos después del arresto cardiaco todas las ratas exhibían
un incremento generalizado y transitorio de actividad altamente sincronizada
que tenía todas las características asociadas con un cerebro muy excitado.
Además
los autores observaron patrones casi idénticos en los cerebros agonizantes de
ratas que estaban siendo asfixiadas. "Los datos confirmaron nuestro
pronóstico de que encontraríamos algunas señales de actividad consciente en el
cerebro durante el paro cardiaco", escribió Borjigin.
"Pero nos
sorprendieron los elevados niveles de actividad", añadió el autor senior
del estudio, el anestesiólogo George Mashour, profesor asistente de
anestesiología y neurocirugía en la UM. "De hecho, en la cercanía de la
muerte muchas señales eléctricas conocidas de la consciencia excedieron los
niveles encontrados en el estado de vigilia, lo cual indica que el cerebro es
capaz de una actividad eléctrica bien organizada durante la etapa inicial de la
muerte clínica", explicó Mashour.
"Este estudio nos señala que la
reducción de oxígeno, o de oxígeno y glucosa durante el arresto cardiaco puede
estimular una actividad cerebral que es característica del procesamiento
consciente", dijo Borjigin. "También proporciona el primer marco
científico para las experiencias cercanas a la muerte de las que dan cuenta
muchos sobrevivientes de un paro cardiaco".